Capítulo 35

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La semana transcurrió rápido para ambos, quizás debido a la rutina que ambos estaban empezando a adoptar. Daniel se había anotado en natación los martes, jueves y sábados por la mañana bien temprano, dejándole el resto de los días de la semana para llevar a Alicia al trabajo.

Por las tardes pasaba a buscarla siempre en cuanto el trabajo se lo permitiera, el tema de la compra todavía demandaba mucho de su tiempo, pero intentaba por todos los medios salir temprano para poder pasar un rato con Alicia.

Los momentos de las despedidas se hacían cada vez más largos, era evidente que a ambos se les hacía difícil despegarse del otro. Los besos solían subir de intensidad dejándolos sin aliento y con ganas de más, pero Daniel no la presionaba más allá. Alicia estaba experimentando sensaciones que en su vida había sentido y las ganas de dejarse llevar eran cada vez mayores.

Daniel en cambio estaba sorprendido con la tranquilidad que se estaba tomando su relación con Alicia. No podía negar que cada vez se veía más afectado por los besos apasionados que compartían, pero tampoco tenía la urgencia por llevarla a la cama. Disfrutaba de cada pequeño avance que lograba en su relación con aquella chiquilla.

El viernes llegó pronto y con él los planes para el fin de semana. Esa mañana Daniel había hablado con sus hermanos por Whatsapp, quedando en encontrarse al día siguiente para cenar y luego tomar algo. Dai propuso una salida con parejas, lo cual llevó a sus hermanos a interrogarla acerca de quién era el susodicho con quien pensaba ir, soltando un sinfín de palabrotas que terminaron por hacer que Daiana los mandara a pasear para luego abandonar el grupo.

Diego la agregó nuevamente y ambos hermanos se disculparon con ella por ser tan pesados y sobreprotectores según palabras de su hermana. Una vez que la tormenta se calmó, Daniel quedó en confirmar la presencia de Alicia ya que no sabía si podría acompañarlo.

A la tarde recibió el llamado de su madre invitándolo a almorzar el domingo, indicándole que Dai y Diego ya habían aceptado. Le pidió que llevara a Alicia, a lo que él le contestó que le preguntaría al igual que lo había hecho con sus hermanos.

Hacía tiempo que no contaba con tantos planes para un fin de semana, pero lejos de agobiarlo como lo habría hecho poco tiempo atrás, se sentía felizmente complacido con la idea. Quizás se debía al hecho de poder compartir esos momentos con su chiquilla, solo esperaba que aceptara ambas invitaciones sin sentirse abrumada o presionada. Después de todo, ellos solo se estaban conociendo y todo aquello quizás podía parecerle demasiado.

Alicia había ocupado su semana entre el trabajo y Daniel, se sentía cada vez más cómoda con él y con la relación que mantenían. Sabía que todavía no tenía un título, pero Daniel se comportaba con ella como si fueran novios, al menos así se sentía. Su buen humor era más que notable, cosa que no era raro en ella salvo por la sonrisa de tonta que llevaba en su rostro en todo momento.

Pero su humor no solo se debía a Daniel, el frío estaba comenzando a menguar, cosa que la ponía feliz ya que se acercaba su estación favorita, la primavera. Amaba ver como la naturaleza resurgía con todo su resplandor, dando la bienvenida nuevamente a los colores y los olores que tanto la caracterizaba. Era la época del año que más la inspiraba para dibujar y que más disfrutaba de experimentar del aire libre. Miró el relój y noto que ya estaba llegando la hora de salida, Daniel le había dicho que pasaría por ella pero que se demoraría un poco, por lo que no tenía apuro por dejar su puesto de trabajo. 

Daniel se encontraba en una reunión, aunque estaba más atento a su reloj que a la conversación que mantenían los presentes. Estaba cansado luego de una semana ajetreada y no veía la hora de dejar ese lugar y pasar por Alicia para preguntarle sobre los planes para el fin de semana.

Como mariposa en Primavera SIN EDITAR Donde viven las historias. Descúbrelo ahora