Alicia no sabía que contestar, no se trataba de que no quisiera aceptar, pero lo cierto es que tenía ciertas dudas al respecto. Ella no tenía experiencia en que basarse, era la primera vez en su vida que sentía algo por un hombre y eso la traía bastante alterada. Principalmente porque desde que lo conoció se sentía insegura de sí misma y con todo lo relacionado con él.
Daniel la miraba expectante, aunque siendo sincero consigo mismo, no entendía como había llegado a esa situación. Él llevaba demasiado tiempo solo y estaba bastante conforme con la vida que llevaba. Pero desde que había conocido a Alicia, todos sus esquemas habían comenzado a ser derrumbados. Le era imposible ser racional tratándose de ella, se dejaba llevar por sus impulsos, incluso los más primitivos.
—Perdón, creo que quizás me apresure un poco al preguntarte esto —dijo Daniel.
—Creo que sí.
Daniel frunció el seño, no se esperaba tanta sinceridad de su parte.
—No me malinterpretes —se apresuró a aclarar Alicia—. Creo que no pensaste muy bien antes de preguntármelo, simplemente te dejaste llevar por un impulso. Como lo hiciste esta noche en lo de Germán.
Daniel la miraba incrédulo, era increíble como aquella chiquilla podía ver a través de él con tanta facilidad.
—Llevamos poco tiempo de conocernos y si bien debo reconocer que me gustas, no creo que esté lista para llevar esto a un paso más. Entiendo si no queres volver a verme, después de todo debes estar acostumbrado a estar con mujeres más seguras de lo que quieren y que no den tantas vueltas como yo.
Daniel a duras penas había entendido lo que dijo después de que confesara que él le gustaba. Había tenido que usar toda su capacidad para captar todo lo que vino después de esas palabras y para reprimir la sonrisa que quería emerger en su rostro. Tomo una profunda respiración antes de poder comenzar a hablar.
—Tenes razón, en todo —afirmó Daniel—. Esta noche actué por impulso, es que cuando vi como te miraba Germán simplemente tuve la necesidad de hacerle saber que no estabas disponible. Te pido disculpas por mi comportamiento, no fue muy maduro de mi parte. Y respecto a mi pregunta, también fue apresurada, de hecho ni siquiera pensé antes de hablar.
Alicia abrió los ojos de par en par, creyendo que todo eso que decía no hacía más que confirmar sus dudas. Quizás aquello que había comenzado entre ellos estaba llegando a su fin en ese mismo instante. Daniel noto su mirada y se apresuro a continuar.
—Si he actuado así es porque también me gustas Alicia. No quiero que pienses que estoy jugando con vos o algo por el estilo.
El rostro de Alicia se relajó visiblemente, dejando entrever una incipiente sonrisa.
—Te propongo algo, te lo vuelvo a preguntar en, digamos, dos meses. Creo que es tiempo suficiente para que nos conozcamos mejor. ¿Qué opinas?
Alicia lo miraba incrédula, no podía creer que aquel hombre le estuviera proponiendo aquello. Como tampoco podía creer que había confesado gustar de ella. Eso había provocado que miles de mariposas revolotearan en su estomago.
—Acepto —respondió con una sonrisa que era difícil de disimular.
—Muy bien —respondió Daniel sintiéndose pletórico con tan solo aquella palabra.
Ambos descendieron del auto y Daniel tomo su mano para acompañarla hasta el portal del edificio. Una vez allí, Alicia subió un escalón y se giro para quedar a su altura. Daniel subió su mano libre para acariciar su mejilla y luego lentamente llevarla hacia su cuello para acercar su rostro al suyo.
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Como mariposa en Primavera SIN EDITAR
RomanceAlicia era distinta. Daniel era uno más del montón. Hasta que la conoció. No está loco quien mira el mundo con otros ojos, loco esta quien no sabe apreciarlo. Todos los derechos reservados. Obra protegida por el Derecho de Autor DNDA (Direccion Na...