Capítulo 43

1.3K 143 36
                                    


Alicia abrió los ojos como platos, no podía creer lo que sus oídos estaban escuchando. Miro a Daniel sin poder disimular su asombro y luego miro a la pareja.

—Mucho gusto —dijo ella sin saber que más decir.

—Igualmente —respondieron ambos.

—¿Vamos? —preguntó Daniel.

La pareja asintió y comenzaron a caminar rumbo al hogar. Alicia miraba de reojo a Daniel con una sonrisa en su rostro. No podía creer que él estuviera detrás de todo esto, que él se hubiera encargado de hacer los contactos para que esos niños tuvieran una nueva familia. Entraron al hogar y fueron conducidos hacia la oficina de Sor Sara que los estaba esperando.

—Hola Sor Sara.

—Hola pequeña, hola Daniel —saludo a ambos con un beso en el cachete.

—Sor Sara, gracias por recibirnos —dijo Daniel—. Ellos son Luis y Susana, las personas de las que le hable.

—Mucho gusto y bienvenidos. Tomemos asiento.

La pareja se sentó frente al escritorio mientras que Daniel y Alicia decidieron dejarlos solos para que pudieran hablar tranquilos. Alicia comenzó a caminar por los pasillos arrastrando suavemente de la mano a Daniel. Lo condujo hacia su lugar especial. Subieron por las estrechas escaleras hasta salir a la azotea.

La tarde estaba hermosa, un poco fresca, pero mucho menos de cuando estuvieron allí por última vez. De pronto Alicia deseo tener su cámara para fotografiar las hermosas vistas. Se giró notando que Daniel ya estaba a su lado mirando lo mismo que ella.

—Gracias —susurro muy cerca de su oído.

Aquello provoco un agradable cosquilleo en Daniel, quién sonrió ampliamente.

—No tenes nada que agradecerme, además todavía no sabemos si se va a poder arreglar la adopción.

—Lo sé, pero lo que importa es la intención. Gracias por intentar darles felicidad a esos niños, espero que las cosas se den, ellos se lo merecen.

—Lo sé, yo también espero eso, por ellos y por Luis y Susana. Ellos tienen mucho amor para dar y no les han dado la oportunidad.

—Entonces es una hermosa acción por partida doble.

Alicia deposito un pequeño beso en los labios de Daniel dejándolos a ambos con ganas de más al separarse. No tardaron mucho en volver a unir sus labios y en expresar sus sentimientos en aquel beso. Cuando la falta de aire los invadió, se separaron levemente.

—Sos una hermosa persona —dijo Alicia.

—Vos me haces ser así.

—No es cierto, vos ya eras así, solo que no te dabas cuenta porque llevabas esa parte tuya dormida.

Daniel asintió no muy convencido. Para él, Alicia estaba transformando no solo su vida, sino también su ser. Había pasado tanto tiempo sumergido en esa vida rutinaria y vacía que no era capaz de reconocerse a sí mismo. Alicia si podía ver a esa gran persona que llevaba dentro de él, la había visto desde un principio.

Decidieron bajar minutos después, se habían ausentado un buen tiempo y seguro los estaban buscando. Al llegar al pasillo que daba al patio interno, pudieron escuchar el barullo de algunos niños que se encontraban allí. Se asomaron y pudieron ver a Sor Sara junto con Luis y Susana charlando sentados en una banca.

Alicia había visto esta escena un montón de veces, era la forma en que las parejas que venían a adoptar pudieran ver a los niños sin que estos supieran a quien se llevarían. Esto era algo que solo los mayores sabían, ya que para los niños más pequeños pasaba desapercibido. Alicia ubicó a los tres hermanos jugando en un rincón del patio junto con otros dos niños más. Al verla se levantaron corriendo para ir a saludarlos.

Como mariposa en Primavera SIN EDITAR Donde viven las historias. Descúbrelo ahora