Capítulo 23

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Alicia se giró para enfrentar a Daniel, con una mezcla entre ansiedad, intriga y vergüenza.

—Sí, pensaba ir a la plaza. Es que me gustaría aprovechar lo que queda de luz del día —respondió Alicia sintiendo unas inesperadas ganas de quedarse.

—¿Puedo acompañarte? —dijo Daniel sin pensarlo siquiera.

Él quería seguir disfrutando de su compañía, quería prolongar su tiempo juntos lo máximo que pudiera. Alicia aún no le respondía y creyó que quizás ella quería pasar tiempo a solas.

—Perdón, si queres estar sola yo lo...

—No —lo cortó Alicia usando un tono un tanto elevado de voz, lo cual la hizo sonrojar—. Es decir, yo no tengo problema en que me acompañes.

Daniel sonrió y se giró para ir a agarrar su abrigo. Tomo el de Alicia y la ayudo a colocárselo. Agarro su billetera, su celular y las llaves de su casa, lo cual le hizo recordar las llaves de Alicia. Busco en los bolsillos de su campera hasta dar con ella.

—Tus llaves —dijo Daniel entregándoselas.

—Gracias. Perdón por cómo te trato mi amiga anoche. Ella es algo protectora conmigo y exagero un poco ya que nunca me había visto borracha.

—No hace falta que te disculpes, tampoco fue buena idea de mi parte haberte llevado en esas condiciones.

—Soy adulta —dijo Alicia algo ofendida—. Puedo tomar mis propias decisiones, nadie me obligo a tomar, lo hice porque quise.

—Perdón, no quise ofenderte —dijo Daniel algo sorprendido—. Por supuesto que podes tomar tus decisiones, solo creo que debí frenarte antes teniendo en cuenta que era la primera vez que tomabas.

Alicia lo observo y pudo notar que sus palabras eran sinceras. Solo atino a asentir mientras guardaba las llaves en su morral.

—Hablando del tema ¿Cómo amaneciste hoy? —preguntó Daniel intentando aligerar un poco el ambiente.

—Con mucho dolor de cabeza —dijo Alicia frunciendo el rostro al recordarlo—. Pero me tomé un ibuprofeno y ya estoy mejor por suerte. No voy a decir que no voy a volver a beber en mi vida, pero prometo no abusar tanto la próxima vez.

—Sí estás conmigo prometo hacerte cumplir esa promesa.

Alicia no comprendió del todo su comentario ¿A qué se refería al decir si estaba con él? Daniel también se había quedado pensativo ante sus palabras, había querido referirse a si volvía a tomar en su presencia, pero había sonado más a otra cosa.

Salieron del edificio en silencio, ambos perdidos en sus propios pensamientos. Comenzaron a caminar uno al lado del otro rumbo a la plaza. El sol todavía calentaba lo suficiente como para afrontar el frío de aquella despejada tarde.

—La pasé muy bien anoche —dijo Alicia rompiendo el silencio—. Son muy simpáticos tus amigos.

—Ex compañeros —corrigió Daniel—. Solo podría considerar amigos a Javier, a Diego y a Julia. Aunque llevo mucho tiempo sin juntarme con ellos.

—El trabajo —dijo Alicia afirmando más que preguntando.

—Sí, es muy demandante —dijo Daniel sabiendo que era una excusa para nada válida—. Les caíste muy bien a mis padres.

Daniel cambio de tema para evitar que Alicia pensara mal de él, sabía que opinaba ella al respecto y últimamente se estaba dando cuenta de que tenía más razón de lo que le gustaría admitir.

—Y ellos a mí, son adorables —dijo Alicia con una sincera sonrisa.

—Lo son, salvo cuando me hacen pasar vergüenza.

Como mariposa en Primavera SIN EDITAR Donde viven las historias. Descúbrelo ahora