A las ocho en punto el timbre sonó. Alicia pudo sentir como un millón de mariposas revoloteaban en su estomago. Estaba nerviosa, por primera vez en su vida iba a tener una cita. Aunque no estaba segura de que él lo considerara como tal, quizás solo era idea de ella. Quizás estaba viendo lo que ella deseaba ver.
Sacudió su cabeza en un intento de despejar esas ideas, cita o no cita iría con él a una fiesta como su acompañante e iba a disfrutar de esa noche. Se acerco al portero y levantó el tubo.
—¿Hola?
—Hola Alicia, soy Daniel —su voz se escucho ronca desde los parlantes del portero.
—Sí, ya bajo.
Alicia agarro su saco y luego metió en la cartera el celular y su billetera. A la tarde había llamado a u amiga para pedirle prestados los zapatos y la cartera que hacia juego con ella, la cuál era muy mona. Ella aceptó con la condición de que luego le contara todo con lujos de detalles. Ella siempre tan ávida de información. Salió y cerró la puerta tras de sí. Se aseguro de guardar bien las llaves en la cartera y luego tomó el ascensor, no se animaba a bajar la escalera con aquellos tacos.
Cuando llegó a la planta baja pudo ver a Daniel parado afuera en la vereda de espadas a ella. Llevaba unos jeans oscuros, unos náuticos marrones y una chaqueta de cuero haciendo juego con sus zapatos. Estaba acostumbrada a verlo siempre de traje, solo en un par de ocasiones lo había visto en ropa deportiva, pero verlo vestido así le hizo suspirar. Agradeció estar todavía dentro del edificio, hubiera pasado mucha vergüenza si él la hubiera escuchado.
El ruido de la puerta lo hizo girarse a ver. No pudo evitar abrir la boca del asombro, Alicia se veía increíble con aquellos jeans ajustados y esos tacones. Llevaba el pelo suelto y lacio e iba levemente maquillada. Si le quedaba alguna duda sobre que hacer respecto a ella se había esfumado en ese mismo instante.
—Hola —su voz salió más ronca de lo que esperaba—. Al final tenía razón al decirte que cualquier cosa que te pusieras te iba a quedar bien, estas hermosa.
—Gracias —dijo Alicia intentando disimular sus mejillas encendidas—. Vos también te ves muy bien, es raro no verte de traje.
—Me has visto sin traje —dijo Daniel sin darse cuenta del doble sentido de sus palabras—. Digo, me viste con ropa deportiva.
—Sí, pero esa ropa no se te veía tan bien como esta.
Daniel sonrió complacido y se anotó mentalmente agradecerle a su hermana luego por la elección de aquel atuendo.
—¿Vamos?
—Sí.
Se acercaron al auto y él le abrió la puerta de acompañante.
—Gracias —dijo Alicia.
Cerró la puerta y paso por delante del auto hasta llegar a su puerta. Se sentó frente al volante y puso en marcha el auto. Sunset estaba cruzando el centro, sobre la zona costera. Tardarían una media hora en llegar con el tráfico a favor.
—¿De qué se trata la fiesta? —preguntó Alicia con curiosidad.
—Es más bien una reunión con algunos ex compañeros y compañeras de la facultad.
—Ah —dijo Alicia algo pensativa.
—¿Qué ocurre? —preguntó Daniel al notar ese gesto.
—Es que no sé si es buena idea que vaya contigo.
—¿Por? —Daniel no entendía el porqué de aquel comentario—. No voy a dejarte de lado, si es eso lo que te preocupa.
—No es que me preocupe, es que creo que vas a tener mucho que charlar con ellos y no quisiera ser una molestia.
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Como mariposa en Primavera SIN EDITAR
RomanceAlicia era distinta. Daniel era uno más del montón. Hasta que la conoció. No está loco quien mira el mundo con otros ojos, loco esta quien no sabe apreciarlo. Todos los derechos reservados. Obra protegida por el Derecho de Autor DNDA (Direccion Na...