Caso 21» j.b

Capítulo 19. {Parte I}

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Treinta y nueve horas restantes.

Eran las nueve de la mañana y ________ había amanecido temprano. Tenía muchas cosas que hacer.

Se duchó y se colocó unos pantalones negros, una camisa oscura que dejaba ver su escote y sus botas militares. Luego se puso encima una cazadora de cuero que encontró en el armario y salió de casa.

Subió al auto y le puso en marcha.

Nueva York no estaba siendo una buena idea estos últimos días. El clima había enfriado demasiado y el viento cada vez venía con más fuerza. _______ aumentó el volumen de la radio para escuchar el parte meteorológico.

- Para el día de hoy tendremos alguna que otra precipitación en todo en estado y los vientos seguirán hasta alcanzar, hoy, los ochenta kilómetros por hora. Buenos días.

Llegó hasta un pequeño supermercado y fue a la zona de cosmética. Allí escogió un tinte para pelo de color rojo y también algo de ropa. Cuando lo pagó, subió de nuevo al coche y condujo hasta su casa.

Treinta y siete horas restantes.

Había pensado en un cambio de peinado completo (en multimedia les muestro el resultado). Eso haría que fuera más difícil reconocerla, y había decidido usar lentes verdes para que sus ojos no la delataran. Se había fijado muy detalladamente en la foto del documento que había robado en la oficina para parecerse lo más posible a la mujer de la foto, y parecía haber dado resultado.

Giovanni no había vuelto a llamar y _______ había ignorado totalmente lo que él la había advertido, pero contaba el tiempo que la quedaba antes de enfrentarse a los hombres de G.

Eran las once de la mañana y ________ se acercó a la ventana de su casa. Observaba a un grupo pequeño de niños jugar y reír. De repente el teléfono que había sonado el día anterior volvió a emitir un sonido y _______ dudó el cogerlo.

-   Hola preciosa. - se oyó el la otra línea.

_______ se mantuvo en silencio esperando a que Giovanni le amenazara y le dijera la cuenta atrás.

-   Quizá podamos llegar a un trato.

Y aquello impresionó a _______. Sus músculos se relajaron y volvió a dirigirse al ventanal mientras escuchaba atenta por el auricular.

-   ¿Qué puedes ofrecerme que no pueda conseguir por mi misma? - ______ estaba empleando un tono arrogante.

-   Lo que tu quieras. Y mucho más.

* * *

Justin conducía a ochenta kilómetros por hora. Llegaba demasiado tarde a la oficina. Exactamente cuatro horas más tarde.

Había pasado la noche despierto pensando en todo lo que estaba ocurriendo. No sabía ni que opinar ni que decir. Ni siquiera sabía que sentir en esos momentos. La realidad le había estallado en la cara y lo que había ocurrido era lo que intentaba evitar desde hace mucho tiempo; el compromiso. Y sin darse cuenta era él el que había comenzado todo aquello.

Aparcó de una sola maniobra el auto en el aparcamiento del edificio y salió de este lo más rápido que pudo. Luego lo bloqueó con el mando y corrió hacia el ascensor.