Capítulo 25

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Nueva York, Estados Unidos - 7.00

El despertador de Justin había sonado en medio de la habitación en un tono medio. Se podía ver el interior del cuarto porque un rayo de luz estaba entrando desde un pequeño hueco de la cortina opaca.

Se levantó de la cama sin pensarlo mucho y, a la vez que caminaba hacia el baño para darse una ducha corta, se quitaba la camiseta de algodón gris que llevaba puesta como pijama dejando al descubierto todos los tatuajes de sus brazos, pecho y espalda.

Cuando entró al baño suspiró y se miró al espejo.

Justin inevitablemente calculó la hora que debiera ser en Budapest, pero no sabía nada de _______ y mentiría si dijese que no la extrañaba. Mentiría y mucho.

Pero no había intentado llamarla ni buscarla. Consideraba necesario su petición porque la última vez que hablaron ella se veía diferente. Más vulnerable, más ligera. Más cansada. Recordaba perfectamente los detalles de su cara; estaba más pálida y podían diferenciarse pequeñas bolsas formadas bajo sus ojos, los cuales ya no eran un azul intenso, sino un azul casi gris.

Quiso evitar el seguir pensando sobre ______ así que terminó de desnudarse y se metió debajo del agua fría para despertarse más rápido.

Cuando acabó se vistió con un pantalón ancho negro y una sudadera gris. Miró por la ventana el tiempo y pudo ver un cielo cubierto de una nube gris a punto de explotar.

Iba a llover. Y a juzgar por esa nube gigante llovería con intensidad.

Bajó a la planta de abajo y abrió la nevera para beber un sorbo de zumo de naranja. Luego cogió su reproductor de música y lo colocó en su brazo para después ponerse los auriculares y reproducir algún clásico que Trevor le había descargado.

Salió de casa y cerró la puerta de la entrada con fuerza tras él pudiendo salir luego corriendo a un ritmo bastante rápido y continuo.

Cinco minutos después sintió que comenzaban a caer gotas, así que se puso la capucha de la sudadera y siguió corriendo al mismo ritmo por Central Park.

A su alrededor la gente caminaba con paraguas. Otros corrían con un maletín o una carpeta sobre la cabeza para intentar no mojarse. Y luego estaba Justin, que seguía corriendo a un ritmo moderado dejando que la lluvia le empapara. Apenas mostraba su rostro, y era mejor así. A esas alturas la gente era capaz de reconocerle como "el hombre que dejaba en libertad a una criminal".

Budapest, Hungría - 13.00

- ¿_______? Pero... de verdad que yo no recuerdo a ninguna ______.

Angélica repetía por tercera vez esa frase mientras entallaba los ojos mirando a _______ intentando recordar su rostro o cualquier vago recuerdo que hiciera que su memoria la hiciese acordarse.

________ comenzaba a perder la paciencia. Llevaba más de dos horas intentando hacer recordar a su abuela que era ella, ________. Su nieta.

Por una milésima parte se alegraba que no se acordara de ella, así no podría relacionarla con alguno sus asesinatos, robos o infracciones, pero por otra parte la dolía que el único familiar que le quedaba en la Tierra no le recordara. Eso le partía el corazón.

Angélica tenía alzheimer. Era una enfermedad mental progresiva que provocaba una degeneración de las células nerviosas del cerebro y una disminución de la masa cerebral. Primero, comenzaban las pérdidas de memoria leves, como olvidar citas importantes, algunos nombres o pagar facturas. Después todo ello empeoraba con el paso de los años, desde olvidar a conocidos o familiares hasta la fase terminal, donde olvidan comer y respirar.

Caso 21» j.b Donde viven las historias. Descúbrelo ahora