Capítulo 27

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- ¿Hola?

Se oyó en un lado de la línea con una voz desganada. El sol de Nueva York no brillaba mucho, había nubes esparcidas por todo el cielo azul y el tráfico en las calles era abrumador.

- Hola.

En cambio, esa voz femenina era relajada. Su contestación había ido acompañada de un suspiro y una pequeña risa que se había escapado entre los labios al oír que él contestaba por fin.

La noche era despejada y llena de estrellas en Budapest. La luna era llena e iluminaba mucho más que todas las farolas juntas creando una sombra plateada preciosa en toda la ciudad.

- ¿_______? - Sonaba sorprendido.

- Pensaba que ahora no tenías nada que hacer y se me ocurrió llamarte.
________ jugaba con un dado de azar en su mano derecha mientras que con la otra mano sujetaba el teléfono. Se veía nerviosa.

- Hum... Un momento... por favor.

Justin se separó del teléfono y sonó un pequeño golpe, parecía haber posado el teléfono en algún lado. Luego se oyeron pasos alejándose, un pequeño portazo y de nuevo pasos hacia la llamada telefónica.

- Ya está.

- ¿Qué tal estás? - _______ dejó el dado con el que jugaba encima de la mesa de su habitación y se recompuso en su cama.

- Hum... bien. Estoy... bien.

_______ frunció el ceño.

- Genial, ahora cuéntame lo que te pasa.

- ¿Qué? No me pasa nada.

_______ miró hacia la ventana y luego volvió a fijar la vista al frente. Suspiró y carraspeó.

- Eres un hombre seguro de ti mismo, así que piensas que no te van a pillar en las mentiras o en cualquier cosa por el estilo que hagas. Eres autoritario. Serio. Y cuando quieres conseguir algo eres capaz de manipular únicamente con la mirada a una persona.
No te gusta que te mientan, y cuando tú mientes te pones nervioso repitiendo la muletilla "hum" dejando una pausa en cada frase y repitiendo la primera palabra de lo que dices. Ahora, ¿vas a seguir ocultando que te ha pasado algo relacionado con el amor o con la amistad? Porque esos son los dos tipos de relaciones que no se te dan para nada bien.

Justin dejó el cigarro que estaba fumando en el cenicero y se recompuso en su silla.

- ¿Me has hecho un perfil?

- Tú tienes uno mío. Tengo derecho a tener el tuyo.

Justin comenzó a reír y _______ también reía mientras se mordía el labio.

- No se te da nada mal.

- Mi padre era policía. Pude aprender algo.

- Vaya... Qué contradictorio.

- No te debería sorprender, también debes de tener mi cuadro psicológico.

- Ya, es solo... Solo no consigo entender que sin tener rastro de un trastorno de doble personalidad puedas ser a la vez una asesina y una buena mujer.

- ¿Qué te pasa? - ______ quiso cambiar de tema rápidamente. Detestaba hablar de ella con alguien que la conocía tan bien como ella misma.

- Es... complicado.

- Tengo todo el tiempo del mundo.
Justin volvió a prender el cigarro que estaba fumando y aspiró por la boquilla de este para luego soltar el humo gris por la boca y la nariz.

Caso 21» j.b Donde viven las historias. Descúbrelo ahora