Capítulo 38

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Era pronto en la oficina y Taylor estaba es su despacho haciendo y recibiendo llamadas con la misma información: _______ Johnson todavía no había aparecido y no se sabía absolutamente nada. Como si el propio planeta Tierra la hubiera tragado por completo y hubiera borrado su paso por la humanidad.

Fuera del despacho los agentes de la unidad trabajaban en el caso y Taylor les observaba desde el ventanal de aquella oficina mientras tomaba un vaso de Whisky con hielos. Decidió descolgar una vez más el teléfono y marcar un teléfono que todavía no había marcado; Justin Bieber.

Los característicos pitidos que daban señal sonaron enseguida y Taylor quiso tener la pequeña esperanza de que no sólo le cogiera el teléfono, sino que también le diera la gran noticia de que habían atrapado a ________ Johnson y que se dirigían en un avión privado hacia Nueva York para meter por fin entre rejas de manera definitiva a aquel demonio encarnado en mujer, pero sólo recibió el silencio y después la voz de una mujer anunciando que podría dejar un mensaje después de la señal. Pero antes de que sonara el famoso pitido para poder grabar un mensaje Taylor colgó y después volvió a llamar para poder volverlo a intentar, pero ocurrió lo mismo. Fue a intentarlo una tercera vez, pero vio a Trevor entrar por la puerta de la entrada a la planta y colgó el teléfono con fuerza y con una mueca de ira en su rostro terminó de golpe el Whisky y salió de su despacho –no sin antes dar un portazo– y dirigirse a él con rapidez, haciendo que todo el mundo centrara la atención en la escena que estaba a punto de suceder.

- ¿Dónde está? – Escupió. Su aliento había golpeado en la cara de Trevor, el cual no pudo evitar hacer una mueca.

- ¿Dónde está quién? – Trevor tragó saliva suplicando mentalmente que no fuera por Justin por quién preguntaba, porque entonces tendría que ser el quién se encargara de encontrarlo. Taylor Brooks no tenía tiempo para encontrar a alguien como Justin. Alguien que se había burlado de él y alguien que, aunque le resultaba difícil de admitir a Taylor Brooks, era mucho más inteligente que su propio jefe.

- Bieber. Justin Bieber. – Volvió a escupir todavía más alto y algunos de los agentes se sobresaltaron, pero Trevor no. Trevor quiso aparentar la seriedad que tanto le caracterizaba y la frialdad que tanto necesitaba en ese momento.

- Hace días que no lo veo. Tampoco he hablado con él, jefe. – Intentó bajar la voz para aparentar seriedad en el asunto aunque, ¿qué podría hacer él? Era la verdad, no sabía dónde estaba.

- Llámalo. – Espetó cuando todo el lugar estuvo en silencio. - Llámalo y dile que quiero verlo enseguida.

- Señor, no creo que... - La voz quebrada de Trevor se vio interrumpida por los gritos de Taylor.

- ¡Me da exactamente igual todo! Sólo quiero ver a un hombre en este momento. – luego se dirigió a todos los que estaban en aquella planta. – Y lo quiero ver ahora, así que háganme el favor de ponerse manos a la obra. – luego volvió mirar al muchacho. - Trevor, ven conmigo.

Él lo siguió y entraron de nuevo a su despacho. Taylor se volvió a servir un Whisky e hizo un gesto con la cabeza ofreciendo a Trevor uno, pero el negó con la cabeza y tragó saliva.

- Llámalo. – Señaló a Trevor con la mano con la que sujetaba el vaso haciendo que se derramara un poco de bebida.

Trevor cogió su teléfono y marcó el número de Justin. Comunicó, pero tampoco le cogió a él la llamada.

- ¿Está con Elisabeth? – Taylor ahora miraba por el ventanal gigante que tenía en su despacho con vistas a toda la ciudad de Nueva York.

- No, señor. Él ya no sale con Elisabeth. – Contestó con un nudo en la garganta.

Caso 21» j.b Donde viven las historias. Descúbrelo ahora