Capítulo 39

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Sé que muchas de ustedes han recibido la notificación de que había actualizado el capítulo 39 pero no pudieron leerlo. La cuestión es que Wattpad experimentó problemas y no notificaba nada, así que decidí borrar el capítulo y esperar a que esto estuviera solucionado para que todo el mundo pudiera recibir su notificación correctamente. Siento las molestias, ¡mi intención era actualizar el domingo!

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- Justin. - Trevor sonó en la otra línea intranquilo. – Ahora más que nunca tienes que escucharme porque estoy contigo. Te lo debo.

La respiración de Justin era entrecortada y seguía escuchando sus propios latidos. Cerró los ojos y agachó la cabeza mientras pellizcaba el puente de su nariz. Chasqueó la lengua y resopló.

- ¿Qué pasa, Justin? – El tono alarmado de _______ lo hizo volver a la realidad y cayó en la cuenta de que Trevor estaba hablándole desde la otra línea.

- Justin, escúchame bien. – Trevor bajó la voz y después dejó de hablar, haciendo que en el móvil sonaran un par de pitidos indicando que había encriptado la llamada. – Taylor va a por ti con todo el equipo. Sabe que estás con ________ porque te ha rastreado.

- Eso es jodidamente ilegal. – Justin pasó su mano por su pelo con desesperación y tiró de él debido a la rabia acumulada.

- Por eso mismo tienes que escucharme. En diez minutos partiremos en un avión privado del FBI hacia Budapest. – Justin cerró los ojos al oír aquello que no quería oír. – Escóndete en un lugar seguro, iré llamándote con llamadas encriptadas para que puedas prepararte para cualquier cosa, ¿entendido?

- Entendido. – Justin sacó su pistola de detrás de los pantalones y _______ abrió los ojos en modo sorpresa.

- Como en los viejos tiempos en la academia, ¿recuerdas? Tengo tu espalda y tú la mía.

- Gracias, Trevor.

- Siempre serás mi hermano, Justin.
La llamada se cortó sin que Justin pudiese contestar. Cogió a ________ de la mano y, prácticamente, la arrastró hasta el auto. Cuando se subieron, Justin encendió el motor y condujo con precaución, con las manos tensas alrededor del volante y con su típica actitud fría y calculadora.

- Vale, ¿qué está pasando? - _______ cuestionó con inquietud.

- Están viniendo. Ellos están viniendo. Saben dónde estamos, ¡joder! – Justin dio un golpe al volante y acto seguido tomo un fuerte suspiro intentando calmarse. – ¿Cómo he podido ser tan imbécil? Tuve que haberme desecho del móvil desde el minuto cero en el que llegué aquí. – susurró para el mismo mientras seguía respirando con fuerza para intentar tranquilizarse.

- Bueno, pero tienes un plan, ¿no? - La voz tan ilusa de ________ se escuchó y Justin tensó su mandíbula.

- No, no tengo ningún plan.

- ¿Qué?

________ pestañeó varias veces antes de voltearse y mirarlo de nuevo con asombro. ¿Pensaba salir de esta sin ningún plan?

- Eso.

- ¿Cómo que no tienes ningún plan? ¿Y entonces que vamos a hacer?

Justin cerró los ojos un segundo para poder relajarse y pensar con claridad. Estaba jodidamente agobiado, pero no porque todo aquello le hubiera pillado de sorpresa, sino porque en el fondo sabía que iba a ocurrir y no había hecho nada para poder evitarlo o para poder enfrentarlo. Había vuelto a abrir los ojos y se centró en la carretera. _________, a su lado, seguía hablando de forma acelerada, sin embargo él le había dejado de prestar atención para evitar que sus característicos nervios se apoderaran de él y hubiera actuado de una forma de la que luego se arrepentiría.

Caso 21» j.b Donde viven las historias. Descúbrelo ahora