Siempre me solía echar la culpa cuando era pequeño, "Si tan solo hubiera sido un mejor hermano él volvería" pensaba siempre. Pero luego me di cuenta que yo no tenía que ver en nada, era mi familia pero no era mi problema, quería hacer algo pero no podía así que decidí olvidarlo.
Pensé muchas veces en seguir visitando a Mauricio pero después decidí no hacerlo, él estaba bien, después de todo yo iba a ser un estorbo en su vida. Él tenía un buen aspecto físico, tenía dinero, pronto podría tener otra familia. Formar una con alguna mujer, tener hijos, y yo sería olvidado pronto, después de todo nunca compartimos mucho.
¿Para qué quería tener un hermano? cuando era pequeño quería uno para que me proteja o tal vez para jugar con él y aprender de sus hazañas pero eso ya pasó, ahora era un adolescente y tenía que pensar en otras cosas, en mi vida, mejor dicho.
Había pasado dos semanas en las que yo no decidí ni ver a Mauricio.
Un lunes llegué a clases. Desde que tengo ocho años conocí a mi mejor amigo, Nicolás, siempre pasábamos juntos, jugábamos básquet todo el tiempo. Me apoyaba en todo especialmente en hablarle a la chica que me gustaba, era una niña hermosa, se llamaba Solange y por suerte me hacía caso, había veces que salíamos juntos en recreos, y yo le solía dar dulces de vez en cuando.
Ese lunes en salida estaba con Solange y Nicolás, entonces distinguí a un hombre en la salida del colegio, estaba en bicicleta, con un jean y una camiseta negra. Muchas chicas volteaban a verlo y le sonreían pero él solo me miraba a mí.
- ¿Mauricio?- pregunté apenas me fui acercando.
- ¿Lo conoces?- preguntó Solange con los ojos brillantes.
Asentí con la cabeza y ligeramente nervioso le extendí la mano a mi hermano apenas me acerqué lo suficiente.
- Enano- dijo bajando la mirada hacia mí, era muy alto, siempre tenía que alzar la cabeza para verlo.
- Mauricio- le respondí con la voz un poco baja mientras él apretaba mi mano.
- ¿No nos vas a presentar?- susurró Solange un poco nerviosa
- Soy Mauricio, ¿son sus amigos?
- Sí- respondió Solange
Yo miré de reojo a Nicolás quien estaba con una mirada de seriedad ante la actitud de Solange.
- ¿A qué viniste?- dije a la defensiva, harto de que Solange lo mirara de esa manera.
- Vine a verte, ¿no es obvio?
- ¿Por qué?
- Porque eres mi hermano...
- ¿Es tu hermano?- intervino Solange sorprendida- No parece... es decir, no se parecen.
- Por suerte para ti, ¿no, enano?
- No- murmuró Solange.
Me puse fúrico en ese momento, quería echar a Mauricio de allí y hacer que todo mundo dejara de verlo como si fuera un famoso.
- ¿No pudiste avisar que venías? Voy a casa, tengo muchísima tarea.
- Pero ¿No tienes tiempo para un helado?
- ¡No!
Intenté irme pero Solange me detuvo.
- No tenemos tarea- dijo ella con voz pasiva- No es correcto que le mientas.
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Apuesto mi vida por ti
Teen FictionA veces vivir se limita a darle un propósito burdo a tu vida, algo que crees querer para conseguir tu libertad porque no sólo con cadenas alguien puede ser prisionero. Cuando tu mente te aprisiona es más difícil ser libre. Fernando nunca pudo enten...