capitulo 23

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Estaba totalmente destruido escuchaba a la gente que me hablaba, pero no les prestaba atención. Salí de la estación de policía totalmente aturdido, sin poder pensar. Estaba en shock.

Apenas entré a mi auto apoyé mi frente en el volante y lloré mientras maldecía a Martín, apreté mis ojos mientras gritaba, golpeé el asiento del auto, golpeé el volante traté de desahogarme pero no funcionaba.

De pronto sonó mi celular, me tranquilicé y vi que Isabel me estaba llamando. No le contesté. Decidí que era mejor ir directamente a casa para tranquilizarme y después arreglar el funeral y todo eso.

Traté de manejar a conciencia pero mi mente se perdía en unos momentos, estuve a punto de chocarme dos veces pero sólo fue un susto, los conductores me maldecían y yo sólo seguí manejando, estaba muy distraído, pero ¿Quién no lo estaría? Perdí a mi hermano, mi mejor amigo, el único miembro de la familia que ha estado siempre conmigo, mi socio, la persona que hizo que conozca a mi esposa, gracias a él tengo familia, dinero, casa, él fue todo en mi vida. Todo.

Al llegar a mi casa tenía los ojos completamente rojos, entré e Isabel bajó rápidamente las escaleras.

- Te llamé... ¿estás bien?- preguntó apenas cerré la puerta.

Miré a Isabel pero las palabras no salían.

- Mi amor- murmuró acercándose a mí.

Me abrazó fuertemente. Ella sabía que todo estaba mal, sabía que la necesitaba más que nunca.

- Martín lo mató- dije mientras mi voz se quebró- Al final si destruyó la vida de Mauricio.

Isabel sabía toda la historia de Mauricio, ella era mi compañera de vida, no le tenía secretos.

- Y después se suicidó- continué mientras la abracé más fuerte- Dejó un video, lo explicó todo y lo peor es que mi hermano no pudo hacer nada. No entiendo cómo es que no pudo defenderse, no entiendo.

- Cariño, todo se mejorará, todo pasa por algo en esta vida.

- Pero no entiendo por qué tuvo que pasar esto, no le encuentro la razón.

- Necesitas respirar y aclarar tu mente para poder encontrar una razón.

- No puedo con este dolor, Isabel.

- Podrás, porque no estás solo, me tienes a tu lado.

- ¿Siempre?

- Siempre.

Dejó de abrazarme y puso sus manos en mis mejillas y luego me besó.

- Déjame ayudarte con el funeral.

- Sí.

- Tú descansa y yo iré... mi madre está arriba cuidando a Catherine.

Catherine, lo que más me dolía era que mi hija no hubiera podido conocer a Mauricio.

- Está bien- murmuré.

Tenía que descansar, era lo mejor para aclarar mi mente

Desde ese momento todo pasó muy rápido. En un pestañear ya estaba en el funeral de Mauricio, no recuerdo bien todo lo que hice desde que él murió, creo que esos días no hice más que dormir. Isabel se encargó de absolutamente todo, invitó a mis papás pero ellos no asistieron, eso me sorprendió, después de todo su hijo había muerto y ni así se preocuparon por ir. Lo último que supe de mis padres era que estaban con vida viviendo en la misma casa de siempre.

Apuesto mi vida por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora