Pasaron días y no hubo señal de Mauricio, mi padre me preguntaba todos los días que pasó con mi hermano, que si me hizo algo malo, como si Mauricio me hubiera hecho daño. Con todo lo que pasó guardé todos mis regalos en el sótano, no tenía ganas de abrirlos.
Todos los días cenamos juntos sin falta pero esos días cenar con ellos era un infierno.
- Nunca debimos dejar entrar a esa persona en esta casa- decía mi padre rechinando los dientes- Maldito sea el día que nació.
Me dolía escuchar a mi papá. Era como si me lo dijera a mí pero era insultos hacia mi hermano, no entendía, él no era una mala persona sin embargo mis padres se preocupaban de que Mauricio me hubiera echo algo malo.
- Si él se sobrepasó- comenzó a decir mi madre, pero no lo toleré
- ¡Calla!- grité con mi garganta.
Nunca había alzado la voz en esa casa, pero que hubiera insinuado algo tan ruin de mi hermano me enfermó y no me pude controlar.
- ¡No levantes la voz!- gritó mi papá fúrico
- ¡Entonces no digan esas cosas! ¡Nunca me haría un daño de esa manera! ¡¿Qué tienen en la cabeza?!
- ¡Entiende que nos preocupamos!- gritó mamá
- ¡No lo conocen! ¡No digan eso!
- Tú no lo conoces...- murmuró papá
- ¿Cómo hacerlo si lo echaste de esa manera de la casa? ¡Me quitaste a mi hermano, y crees que yo puedo ser su reemplazo!
- ¡No digas tonterías!
- ¡Es cierto, papá! ¡Son egoístas! ¿Qué padres abandonan a sus hijos de esa manera? Nunca debieron ser padres... él sufre...
- ¡Basta!- gritó mamá
- ¡Sufre por ustedes!-completé- ¿Sabían que se graduó en el extranjero con honores gracias a una beca? ¡No saben nada de él!
- ¿Y tú que sabes? Recién lo ves...
- Yo lo veía antes, a escondidas. Lo conocí más de lo que ustedes lo conocerán.
- ¿Qué?- dijo papá sorprendido- ¡¿Qué hiciste que?!
Estaba tan alterado, estaba desahogándome después de tanto tiempo.
- Insolente... me has desobedecido... ¡yo confiaba en ti!
- ¿Qué me vas a hacer? Me golpearás y me echarás de patadas de la casa ¿o qué? Pero no me quedaré quieto como Mauricio, ¡Yo me defenderé!
- ¿Te crees hombre, insolente?
- ¿Te crees buen padre, despreocupado?
En ese momento me dio una gran bofetada que hasta me hizo perder un segundo el equilibrio, cuando me reincorporé me sostuve la mejilla y di un paso para abalanzarme sobre él pero mi madre me jaló del brazo con los ojos llorosos.
- No, por favor- suplicó
- ¡Déjalo! Hemos estado viviendo con un hipócrita.
- ¡¿Por qué hipócrita?!- grité soltando mi mejilla
- Nos haz mentido todo este tiempo, te haz hecho el hijo bueno, pero no lo eres.
- No, no les mentí todo el tiempo, lo único que hice fue ver a mi hermano hace años, a sus espaldas, eso para mí tiene justificación pues yo no lo odio.
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Apuesto mi vida por ti
Teen FictionA veces vivir se limita a darle un propósito burdo a tu vida, algo que crees querer para conseguir tu libertad porque no sólo con cadenas alguien puede ser prisionero. Cuando tu mente te aprisiona es más difícil ser libre. Fernando nunca pudo enten...