capítulo 11

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Él conducía por la carretera y cantaba a la misma vez.

Sus canciones preferidas estaban reproduciéndose una y otra vez, a pesar de eso no me cansaba de escucharlas, tenía música de bandas que no sabría ni pronunciar su nombre pero su banda preferida era Coldplay, tenía casi todas sus canciones y se las sabía de memoria casi la mayoría. Apenas habíamos cruzado media ciudad, faltaba mucho y al parecer íbamos a dormir en el carro esa noche ya que él no quería hacer paradas.

- ¿Y si te quedas dormido al volante?- pregunté aburrido.

- No. No me quedaré dormido no te preocupes sí duro un buen rato despierto, tú puedes dormir a la hora que quieras.

- Bueno, no tengo sueño pero pronto lo tendré si no hacemos algo divertido.

- ¿Cómo qué?

- No lo sé, dame una idea... cuéntame algo, de tu vida, lo que sea. Debes tener alguna anécdota o algo...

- Pues- miró a la carretera, pensativo- No creo que tengo ninguna anécdota divertida, al menos no se me ocurre alguna...

- Yo... creo que no tengo alguna... o tampoco recuerdo- abrí la ventana para que el viento refresque mi rostro y respiré hondo- Creo que necesitamos algo emocionante que hacer... o lo que sea...

- Eso creo, pero ya se nos ocurrirá algo- dijo moviendo los dedos que estaban aferrados al volante al ritmo de la música- ¿Quieres escuchar alguna canción en especial?

- No realmente, me gusta tu música.

- Me alegro- murmuró sonriente.

El silencio era un poco incómodo así que decidí sacar mi maleta y ver mi celular, no tenía ninguna llamada, ni un mensaje. Nada. Simplemente guardé nuevamente mi celular en la maleta y saqué un suéter. Lo utilicé de almohada y me fijé en la hora. Ya iba a anochecer, tan pronto... o bueno, tampoco es que las horas pasaron muy rápido.

- ¿Tienes hambre?- preguntó al mirar como acomodaba el suéter en forma de almohada.

- No, no tengo hambre... creo que comeremos para desayunar mañana... quiero dormir un poco- dije cerrado la ventana.

- Está bien...

Cerré mis ojos lentamente y empecé a soñar miles de cosas, me gustaba dormir, siempre imagino cosas que no puedo cuando estoy despierto.

De pronto, sentí como Mauricio frenó de golpe haciendo que me vaya para adelante, gracias a Dios tenía puesto el cinturón de seguridad o posiblemente hubiera salido disparado del auto.

Abrí mis ojos de golpe al sentir el impacto y los sueños que había tenido se me olvidaron en menos de un segundo, vi a mi hermano e identifiqué su rostro de sorpresa entre la oscuridad, mis ojos se fijaron en la hora y era un poco más de las once de la noche, en menos de un segundo miré al frente y noté a una chica con sus manos apoyadas en la camioneta. El rostro de aquella chica era de auxilio y desesperación, mi hermano casi la atropella.

Mauricio se quedó mirándola sin decir nada hasta que ella reaccionó y miró a sus lados como si la estuvieran siguiendo, de pronto corrió hacia la puerta trasera y entró rápidamente, al parecer a mi hermano se le olvidó poner seguro a las puertas.

- Por favor, arranquen- suplicó ella con la respiración agitada.

- ¿Qué?- respondió mi hermano volteando a verla un poco molesto- ¡Casi te matas!

- ¡Por favor!- insistió.

Al fijarnos en sus ojos nos dimos cuenta de que había estado llorando, tenía los ojos verdes profundos y grandes, su piel era ligeramente morena y su cabello era ondulado y largo con un flequillo.

Apuesto mi vida por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora