Mauricio se encargó de contarle todo lo de Martín a Sarah antes de irnos al barco rumbo a México.
Habíamos tomado un mapa y lanzamos una moneda, en el país que cayera la moneda iríamos, no importa lo lejos que esté. Mientras Mauricio contaba su historia no se notaba tan afectado, ya no se le quebraba la voz ni tampoco derramó una lágrima.
- Eres fuerte- dijo Sarah apenas Mauricio terminó de contárselo- Y eso es admirable.
Se sonrieron cálidamente y me ayudaron a empacar.
Salimos muy temprano y Rosalía fue a dejarnos en el barco. Todos le dimos un fuerte abrazo y ella nos deseo mucha suerte.
Hablamos tanto en aquel barco, nos reímos mucho, nos divertimos aún más. Fue la mejor época de mi vida, estábamos cómodos, no era comparado cómo cuando íbamos a Brasil, esta vez todo era sin presión sólo disfrutábamos el momento.
Fuimos a tantos países que no recuerdo con exactitud en que país pasaron las cosas, sólo sé que disfrutamos mucho. Viajamos un año entero, mi hermano gastó el dinero que tenía sin pensarlo dos veces.
- Por algo trabajé tanto- decía cada vez que sacaba una buena cantidad de dinero del banco.
Compramos recuerdos y ropa, mucha ropa y más maletas.
Nuestra última parada fue Perú, íbamos a estar en Lima por unos días y luego iríamos a Macchu-picchu en todos esos meses yo me acerqué mucho a Sarah pero nunca intenté nada más, nunca di el gran paso porque me aterraba que el viaje se haga incómodo si no resultaba, no quería dañar el momento.
Cuando estábamos en Lima noté que Mauricio se empezó a acercar a Sarah, al principio lo creí normal pero luego me dieron celos, después de todo Mauricio era un hombre con una apariencia excepcional.
La primera noche en Lima decidimos salir a caminar hasta encontrar una hueca o un buen lugar para cenar.
- Qué lindo cielo- murmuró Sarah mirando las estrellas.
- Es hermoso, de verdad- afirmó Mauricio.
Hacía mucho frío esa noche, teníamos puesto unos abrigos de lana que compramos en un mercado artesanal.
- Casi es un año desde que nos conocimos- dijo Sarah con una sonrisa bajando la mirada para ver hacia dónde caminaba.
En unos días ya se iban a cumplir un año desde que aquella chica desesperada entró a nuestra camioneta e intentó robar nuestro dinero. Nunca la presionamos para que nos diga que pasó esa noche ni quienes eran esos hombres, decidimos que ella nos lo tenía que decir cómo lo hizo Mauricio pero ella no hablaba de ello y a nosotros después de un tiempo nos dejó de importar su pasado y decidimos vivir el presente junto a Sarah sin preguntas.
- Las cosas pasan por algo- continuó- Gracias a ustedes creo en el destino.
Ella estaba muy feliz, supongo que ella también necesitaba ese viaje.
- ¿Qué piensan hacer cuando termine el viaje? Ya mismo se acaban nuestros días.
- Yo estudiaré- le respondí después de unos segundos.
- Seguiré con mi trabajo, con la compañía en la que Fernando va a hacer mi socio.
Al final nos decidimos por una compañía chocolatera, dudamos mucho en si hacerlo de autos pero a la final decidimos hacer la compañía chocolatera ya que nuestro país tenía el mejor chocolate del mundo además cuando fuimos a Suiza aprendimos mucho sobre el tema, hablamos mucho de eso en los camarotes del barco.
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Apuesto mi vida por ti
Teen FictionA veces vivir se limita a darle un propósito burdo a tu vida, algo que crees querer para conseguir tu libertad porque no sólo con cadenas alguien puede ser prisionero. Cuando tu mente te aprisiona es más difícil ser libre. Fernando nunca pudo enten...