capitulo 15

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Al siguiente día no paramos en ningún hotel ni nada porque estábamos en medio de montañas donde no había ningún pueblo cercano.

- No... no... no- dijo Mauricio y yo abrí los ojos pues estaba durmiendo.

- ¿Qué pasó?- pregunté despertándome.

- Se acaba la gasolina... no sabía que por aquí estaba desolado, maldición.

- ¿No viste un mapa o algo así?

- Estaba tan apresurado que no me detuve para nada...

Poco a poco el carro comenzó a parar hasta que no siguió más.

- ¡Maldición!- gritó Mauricio golpeando el volante.

- No puede ser- murmuré- ¿Qué vamos a hacer?

Mauricio estaba furioso consigo mismo, miré atrás y noté a Sarah que estaba dormida con mis audífonos puestos y con mi celular en sus manos pues le había prestado para que se distrajera.

- No...- murmuró Mauricio poniendo su frente en el volante- No más retrasos- suplicaba como si la solución estuviera allí.

- Sarah- dije pasando mi mano por su cabello- Despierta.

Ella abrió los ojos y me miró con una sonrisa.

- ¿Llegamos?- preguntó adormilada.

- No- respondí mientras ella miró por la ventana.

- ¿Por qué estamos en medio del camino?

- Se acabó la gasolina- contestó Mauricio con la frente en el volante.

- Pues- se fijó por las ventanas- No hay nada... ni nadie... ¿estamos varados en la nada?

- Debes ser la mujer más inteligente del mundo- dijo Mauricio abriendo la puerta.

Salió del auto mientras Sarah lo miraba con desprecio.

- Déjalo, está muy estresado y cansado- lo excusé.

Nosotros también nos bajamos y miramos a Mauricio. Él miraba a los lados y al encontrar sólo montañas puso sus manos en su rostro y suspiró.

- Tranquilo...- murmuré detrás de él.

- ¿Por qué no pusimos gasolina antes?- preguntó Sarah- Pasamos por dos gasolineras.

- ¡Estaba pensando en otras cosas!- gritó Mauricio quitando sus manos de su rostro- ¡Es mi culpa, lo sé!

- No importa... podemos caminar... o esperar que pase alguien- dijo ella con tranquilidad- No nos pasará nada.

- ¡No me importa eso!- gritó- ¡Llegaré tarde!

- Habrá otra oportunidad- le susurré pero él no se tranquilizó.

- ¡No! ¡No habrá otra! No es tan fácil encontrarlo ¿sabes? Lo he buscado años ¡AÑOS!

- Mira, si es tu amigo él entenderá y posiblemente se vean en otra ocasión- dijo Sarah para poder tranquilizar a Mauricio.

Mauricio solo la miró y sonrió sínicamente sin comprender la tranquilidad de Sarah.

- No es sólo eso... ¿verdad?- murmuró ella.

- Pues no, no es sólo eso- respondió Mauricio irritado- No lo entenderías, es más aunque entendieras no te quiero explicar.

Apuesto mi vida por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora