Al llegar a mi casa pusimos a Catherine en su cuna, abracé a Isabel y miramos a nuestra pequeña, nuestra suegra se quedó a nuestro lado todo el tiempo, estaba muy emocionada con nuestra pequeña al igual que Mauricio.
En la tarde mientras Isabel estaba cuidando a nuestra pequeña con nuestra suegra Mauricio estaba sentado en un sofá de la sala.
- ¿Me contarás qué pasó con Sarah?- pregunté.
- Ella está bien- me respondió con una sonrisa- Pero todo es una sorpresa, no puedo hablar más.
- ¿Por qué tanto secreto?
- Es sorpresa, no secreto.
- Me lo contarás pronto ¿verdad?
- Ya lo verás- se paró y me entregó un disco que tenía en la mano- Mientras se preparaban para volver aproveché.
- ¿Qué es?
- Lo que un enfermero y yo grabamos del parto.
Sonreí y miré fijamente el disco.
- Para que puedas ver lo que sucedió...
- Gracias, Mauricio... por todo.
De inmediato abracé a mi hermano fuertemente, él siempre fue todo lo que tuve, no sabía nada de nuestros padres desde hace tanto que ya no me importaba, ellos no fueron a mi boda ni al nacimiento de ni bebé pero no los culpo, el orgullo es mayor para ellos.
- Soy tan feliz- me susurró Mauricio apenas dejamos de abrazarnos- Lo tengo todo... todo.
Le sonreí, noté sus ojos tan brillantes.
Guardé el disco en un cajón con seguro, iba a verlo más después. Quería ver cómo mi pequeña abrió los ojos por primera vez, sería emocionante.
Me tomé unos días de descanso y Mauricio se encargó de todo sin dificultades, estábamos en la cumbre de todo, nuestros ingresos aumentaban y todo por nuestro trabajo. No imaginábamos que íbamos a tener tanto éxito.
Mauricio siempre iba a visitarnos, todos los días para ver a Catherine quien desde ya se convirtió en su princesa consentida, le traía regalos, peluches, muñecas de porcelana, ropa, zapatos, adornos de cabello, siempre traía algo nuevo y durante un mes ya no sabíamos que hacer con tantos regalos.
Mauricio tenía una llave de nuestra casa para que entre cuando quiera y nos sorprendió en una noche antes de cenar.
- ¿Dónde está la más hermosa del mundo?- preguntó Mauricio apenas entró.
- Estoy cocinando- exclamó Isabel desde la cocina mientras yo recibí a mi hermano apenas entró.
- ¡Dije hermosa!
- Hey- murmuré dándole un pequeño golpe en el hombro.
Me fijé en sus manos y noté un pequeño regalo.
- ¿Qué es?- pregunté mientras Isabel salió de la cocina y caminó hacia nosotros secándose las manos en su delantal blanco.
- Hoy es un mes desde que Catherine nació, es un pequeño presente.
- ¿Sabes que los cumpleaños son cada año?- dijo Isabel con un tono de burla.
- Lo sé, Isabel, pero es un día especial. Un mes de vida para la niña más hermosa del mundo, hermosa gracias a la genética de Fernando, claro.
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Apuesto mi vida por ti
Teen FictionA veces vivir se limita a darle un propósito burdo a tu vida, algo que crees querer para conseguir tu libertad porque no sólo con cadenas alguien puede ser prisionero. Cuando tu mente te aprisiona es más difícil ser libre. Fernando nunca pudo enten...