capitulo 21

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Al llegar a mi casa pusimos a Catherine en su cuna, abracé a Isabel y miramos a nuestra pequeña, nuestra suegra se quedó a nuestro lado todo el tiempo, estaba muy emocionada con nuestra pequeña al igual que Mauricio.

En la tarde mientras Isabel estaba cuidando a nuestra pequeña con nuestra suegra Mauricio estaba sentado en un sofá de la sala.

- ¿Me contarás qué pasó con Sarah?- pregunté.

- Ella está bien- me respondió con una sonrisa- Pero todo es una sorpresa, no puedo hablar más.

- ¿Por qué tanto secreto?

- Es sorpresa, no secreto.

- Me lo contarás pronto ¿verdad?

- Ya lo verás- se paró y me entregó un disco que tenía en la mano- Mientras se preparaban para volver aproveché.

- ¿Qué es?

- Lo que un enfermero y yo grabamos del parto.

Sonreí y miré fijamente el disco.

- Para que puedas ver lo que sucedió...

- Gracias, Mauricio... por todo.

De inmediato abracé a mi hermano fuertemente, él siempre fue todo lo que tuve, no sabía nada de nuestros padres desde hace tanto que ya no me importaba, ellos no fueron a mi boda ni al nacimiento de ni bebé pero no los culpo, el orgullo es mayor para ellos.

- Soy tan feliz- me susurró Mauricio apenas dejamos de abrazarnos- Lo tengo todo... todo.

Le sonreí, noté sus ojos tan brillantes.

Guardé el disco en un cajón con seguro, iba a verlo más después. Quería ver cómo mi pequeña abrió los ojos por primera vez, sería emocionante.

Me tomé unos días de descanso y Mauricio se encargó de todo sin dificultades, estábamos en la cumbre de todo, nuestros ingresos aumentaban y todo por nuestro trabajo. No imaginábamos que íbamos a tener tanto éxito.

Mauricio siempre iba a visitarnos, todos los días para ver a Catherine quien desde ya se convirtió en su princesa consentida, le traía regalos, peluches, muñecas de porcelana, ropa, zapatos, adornos de cabello, siempre traía algo nuevo y durante un mes ya no sabíamos que hacer con tantos regalos.

Mauricio tenía una llave de nuestra casa para que entre cuando quiera y nos sorprendió en una noche antes de cenar.

- ¿Dónde está la más hermosa del mundo?- preguntó Mauricio apenas entró.

- Estoy cocinando- exclamó Isabel desde la cocina mientras yo recibí a mi hermano apenas entró.

- ¡Dije hermosa!

- Hey- murmuré dándole un pequeño golpe en el hombro.

Me fijé en sus manos y noté un pequeño regalo.

- ¿Qué es?- pregunté mientras Isabel salió de la cocina y caminó hacia nosotros secándose las manos en su delantal blanco.

- Hoy es un mes desde que Catherine nació, es un pequeño presente.

- ¿Sabes que los cumpleaños son cada año?- dijo Isabel con un tono de burla.

- Lo sé, Isabel, pero es un día especial. Un mes de vida para la niña más hermosa del mundo, hermosa gracias a la genética de Fernando, claro.

Apuesto mi vida por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora