Capítulo 41

303 21 2
                                    

N/A: Gracias a todos y espero que os siga gustando aunque ya os advierto de que voy a meter elementos por medio que no os gustara pero que nos llevara a un buen final. Gracias por seguir ahí a todos y en especial a mi compañera por su gran trabajo.

Los personajes no me pertenecen...




.
POV KATE

No quería ver a nadie. Me encerré en mi habitación y me tiré en la cama. Las lágrimas caían libres por las mejillas. La rabia me invadía por todo lo que había pasado, me sentía impotente e inútil. Confiaba tanto en esta relación, había dado tanto en ella que necesitaba que esto funcionara. Todo iba tan bien, que no me podía creer lo que había pasado. Ojala pudiera hacer como si no hubiera sucedido nada, olvidarlo, pero no podía soportar que me mintieran y más sobre algo tan serio como mi padre, porque no me dijo que estaba mal, que necesitaba ayuda. No tenía derecho a ocultármelo y menos a mentirme. Estaba cansada de que la gente me engañara, necesitaba a alguien cerca en quien pudiera confiar con los ojos cerrados, pensé haberlo encontrado, pero resulto ser todo una sucia mentira.

De repente escuché como golpeaban la puerta, pero ignore el llamado, no tenía cuerpo de visitas y charlas, pero mucho menos con mi padre, que había sido parte del engaño. Mi padre se había hecho cargo del niño y se lo agradecía, pero aun así estaba enfadada, porque él también me había mentido.

Estaba sumida en mis pensamientos cuando dieron en la puerta de mi habitación de nuevo, había pasado diez minutos desde el primer llamado. No aguantaría una charla ahora, no, necesitaba pensar y decidir qué hacer después de haber ilusionado tanto a Dani. ¿Cómo le explicaría? Intente ignorar el tercer llamado insistieron repetidamente, así que desistí y di permiso para entrar.

- Adelante - dije incorporándome para quedar sentada sobre la cama.

Esperaba cualquier persona, pero no a Martha, que es quien apareció en la puerta, así que me limpié las lágrimas rápidamente pero estoy segura de que las vio.

- Veo que estáis igual - me comento sentándose a mi lado - Lo vuestro son ganas de haceros daño... ¿Por qué no os evitáis este mal trago?

- Me mintió Martha.

- No creo que sea para tanto. ¿Porque no olvidáis esto?

- ¿No? Mi padre tuvo problemas, consiguió bebida, me mintió, lo encubrió, y encima me hizo creer que fue él quien lo hizo - vi su cara de sorpresa y me di cuenta de que había metido la pata - ¿No lo sabías?

- No me había dicho el motivo - Martha me seco con una servilleta de papel mi cara de forma cariñosa - ¿Somos amigas?

- Por supuesto, claro Martha.

- Entonces...yo tendría que estar enfadada contigo por ocultarme que mi hijo consiguió pastillas dentro.

- Martha, no... no es lo mismo.

- Amiga mía. Sé que es mentira, pero tú lo creíste y no me lo contaste. ¿Por qué?

- Porque pensé que no iba a solucionar nada haciéndolo, era un dolor innecesario.

- ¿No crees que son los mismos perros con distintos collares?

- Yo... - dude antes de responder, era básicamente lo mismo, tenía razón - no lo sé. Pero no creo poder confiar en el ahora.

- Solo date algo de tiempo. Mi hijo es muy leal, respeta a tu padre. Para él era imposible decírtelo porque estaría rompiendo su palabra y para el eso es sagrado. Estoy segura que hubiera deseado no tener que mentirte pero tenía que hacerlo. Si tu padre hubiera tomado algo estoy segura que te lo hubiera dicho, pero no sucedió nada, por lo tanto, no era necesario asustarte sin motivo.

Una nueva vida es posibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora