En El Camino (Katniss y Peeta si no hubiesen ido a los juegos)

Prólogo

—Deja de postergarlo, solo tienes que elegir el día, da igual, solo elige.
Su voz testaruda y sus ojos acero con el reflejo del enfado por mi indecisión.

—No veo cuál es la prisa, podríamos seguir esperando— respondo molesta. Él sabe que hablándome así no conseguirá nada.

—Katniss, tenemos comprometidos 2 años, estas a punto de cumplir 22 y sigues dándome largas— lo dice haciéndome sentir culpable.

—Lo sé, lo lamento, se me han acabado las excusas, elige tú. Tienes razón Gale, llegó el momento— le sonrió para calmarlo, él se levanta de su lugar y me toma las manos.

—Iré al edificio de justicia y elegiré la fecha más próxima, así le dirás a Prim de una vez— me da un ligero beso en los labios

—Ella estará feliz.

Me da un gran abrazo
—Sé que temes, pero lo sabes Catnip: el casarnos no implicará familia. Tú no quieres hijos y yo tampoco— me ve con esos ojos luminosos que rara vez aparecen, que solo se presentan cuando compartimos intimidad.

—Jamás tendré hijos— reafirmó sus palabras

Beso sus labios y le veo caminar hacía la salida.

Por la ventana observo su figura emprender el camino, tomo mi cazadora y salgo dispuesta a ir al bosque, necesito aire fresco, y sé que si me quedo mi madre y hermana verán mi cara y sabrán que algo malo ha pasado.

¿Algo malo? Me preguntó mentalmente qué tan malo puede ser esto. Soy novia de Gale desde que cumplí 17; nos conocemos desde los 11 años, ambos hemos sustentado y sacado adelante a nuestras familias, y aunque él aún teme por la vida de la pequeña Posy con las cosechas, francamente ya hemos pasado lo peor.

Mi patito esta a salvo y verla convertirse en una señorita me ha hecho inmensamente feliz.

Salgo y camino hacía la alambrada, cuando unas risas me distraen.

Veo a mi alrededor pero no ubico la fuente de ese sonidito.

Me agacho dispuesta a cruzar cuando vuelvo a escuchar esas risas.

Y ahora la fuente se hace clara.

Sus rubios cabellos, sus ojos azules, esa sonrisa que me llega de una manera diferente a la de cualquiera que conozca, y su mano, enlazada junto a la chica rubia que le acompaña.
Ella ríe por lo que sea que él a dicho, y mientras él la observa con esa sonrisa plasmada, sus ojos se levantan y me ve.

La sonrisa desaparece y nuestros ojos se conectan, siento mis mejillas colorearse, y me ruego ser capaz de sonreírle para que él responda por primera vez con una sonrisa hacía mi.

—Mi amor, ¿qué pasa? —pregunta la rubia que ve en la dirección hacía donde su novio observa.

—Ella... – balbucea con rencor–Vamos Peeta— dice jalándolo logrando que  él baje la vista para verla.

Recobró mi dominio y cruzo.

El chico del pan y yo... ¡De donyde saco estas ideas!, si jamás hemos hablado.

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Hola

A falta de un mejor nombre le he puesto a esto prólogo, aunque aclaró que el primer capítulo estará ubicado tiempo atrás e iré contando hasta llegar a este tiempo.

No serán largos y no me demorare mucho en los años, que irán desde: los 17 de ella hasta los 22 que esta por cumplir, de ahí hacía adelante es otra cosa XD me conocen.

Espero les guste

Besos
Lyla