UN BESO

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Este capítulo me lo borró Wattpad, la bella ThorntonDarcyMellark que hace un tiempo me tradujo la historia a portugués me hizo favor de ayudarme a traerlo de vuelta.
GRACIAS Isa eres  MARAVILLOSA

Voy a molestarlos con sus votos otra vez para esta cap, muchos votos y comentarios para que no se sienta menos jajajaja

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PEETA

Olor a bosque, olor a libertad, olor a ella.

La beso con todo lo que soy capaz, con todo lo que tengo dentro, con todo lo que siempre guardé, amándola en silencio.

Besarla es…

Como haber vivido bajo el agua, salir al exterior y percibir que necesitaba respirar , que había un mundo en la superficie.

No hay palabras, no hay nada que se deba decir que nuestros labios y ojos no hayan dicho ya.
Cuando me separo de ella, por la sencillez de ser humano y necesitar de aire, ella se encarga de volver a unirnos y, si no es ella, soy yo.

Nos sentamos juntos en el transcurso de la mañana, sin haber emitido una palabra. Sólo mirandola, la miro sin poder creer que esté aquí. Ella siempre me pareció hermosa, pero jamás fui justo. Ella es aún más bella de lo que yo podría expresar.

No me privo de acariciar su cara, de admirar sus pecas, de seguir con mis dedos el contorno de sus facciones, de sentir su respiración en mi mano, mientras sigo la línea de sus labios.
Frente a frente.
Ella acaricia mis pestañas, perfila mi nariz, pasa sus dedos sobre mis labios, toca mi pelo, y me observa, justamente como hago yo: como un ciego que ve por primera vez.

La beso incontables veces, conozco cada rincón de su boca y me doy cuenta de que la amo más de lo que pensaba.
Ella nunca estuvo en mis posibilidades. Aprendí a verla a distancia, aprendí a resignarme a no tenerla.
La vi crecer y convertirse en la mujer más bella que podría existir, la vi convertirse en la mujer que viviría su vida junto a otro hombre.
Y, entre burlas y risas de los que se decían mis amigos, aprendí a callar lo que mi corazón seguía gritando cada vez que la veía.
Me esforcé en continuar, en conseguir algo para mí, por simple cordura.

¡Pero qué difícil es fingir amor!, qué difícil es ver cómo se entrega todo y, sin embargo, te das cuenta de que ese “todo” no es nada en comparación a lo que recibes.
Qué difícil es ver a tu amor pasar del brazo junto a otro, qué difícil es abrazar a quien te ama, fingiendo amarla, cuando en tu corazón reina otro nombre.

Creí que yo aprendería a amarla, creí que eso era posible.
Pero, ¿cómo se aprende algo así?

Mis labios dijeron miles de cosas a lo largo de mi vida, pero hay una simple palabra que jamás salió de ellos y ahora sé la causa. Estaba esperando para decirla a la única que debería escucharla:

- Te amo - digo, soltando lo que siempre guardé para ella. - Siempre te he amado.
Ella me observa sorprendida. Sus ojos se ensombrecen con la duda.

- ¿Cómo sabes que me amas? - pregunta insegura.

- ¿Cómo no saberlo? - respondo, tocando su rostro.

- Tú nunca sonríes para mí. No vi una sola sonrisa en ti, que respalde la verdad de tus palabras.

- Aprendí que las sonrisas enmascaran la verdad detrás de ellas. Si yo sonreía, la gente no preguntaba qué pasaba. La gente cree que eres feliz. Aprendí que es más fácil ocultar lo que está aquí dentro - digo, tocando mi pecho. - »Puedo sonreír para cualquiera, para que no se detenga y observe éstos. - señalo mis ojos. - Sólo tú has visto lo que hay aquí, sólo tú sabes lo que guardó y puedes saber lo que soy. Jamás voy a sonreír solo para que no veas aquí dentro.

Cada sonrisa que tu veas en mí, quiero que sea real, sincera, como sé que va a suceder cuando yo vea la tuya.

Ella habla de sonrisas cuando es la persona que menos he visto sonreír en este mundo, la mujer más admirable que yo conozco, la mujer más real que existe.

Ella guarda silencio y me observa detenidamente, midiendo si miento. Sus ojos me dicen que llegó a la conclusión de que soy sincero. Toma mi mano.
- ¿No eres feliz? - pregunta.

- Lo soy, al menos lo más que puedo ser, pero justo ahora, soy el más feliz de la Tierra - afirmo con absoluta franqueza.
Ella sonríe en respuesta y me maravillo al contemplarla. Mi cara responde con un gesto similar al de ella. Ella vuelve a mirarme y veo su rostro resplandecer.
- Creo que copiaré tu respuesta. Justo ahora, soy más feliz de lo que he estado en toda mi vida.

Estas simples palabras me hacen sonreír como un idiota, y me alegro por eso, me alegro de haber escuchado esas palabras.
Conversamos, después de eso conversamos. Sobre todo, sobre nada, sobre el pasado; pero no sobre el futuro.

La noche comienza a dejarnos saber que se hará presente y me asombra el hecho de que el día pasó así, sin sentirse, como en un sueño.
Me levanto del claro donde estuvimos sentados. Ella me acompaña, pero, antes de abandonar el bosque, la tomo por la cintura.
- No voy a pedirte que canceles tu compromiso con Gale, no voy a pedirte que digas que me amas, no voy a pedir que pienses en mí, sólo pido que no te olvides de este día. - la suelto y camino.

- ¿Te vas a casar? - pregunta, cuando sólo he dado un paso.
Me giro para mirarla.
- ¿Tú lo harás?

- ¿Yo? No sé, Gale es mi no…

- No hay necesidad de darme explicaciones, díme que quieres volver a verme y vendré.
»Si te casas y aún así quieres verme, vendré.
Vendré cada vez que quieras, hasta que un día despiertes y seas tú la que vaya a mí y digas: 'Vamos al infierno'. Y voy a seguirte al infierno, si me lo pides, y si no lo haces, también.

Ella se queda parada en el límite del bosque y yo cruzo la alambrada.

Quiero que ella reflexione sin interferencias de mi parte, así como también sé que ella no quiere que nos vean salir del bosque juntos y, mucho menos, caminar por la Veta en mi compañía.

Mi lugar, por más que yo quiera, aún no es estar a su lado y llamarla mía. Ese lugar y privilegio debe darmelo y debo ganarlo.
Camino a lo que me espera como una nueva vida, lo que construí con años de silencio y amor callado, años dedicados a esa mentira, que hoy he derrumbado con un simple beso a la única que es mi verdad.

Llego a su casa.

- ¡Cariño! - ella corre para abrazarme, no merece lo que diré a continuación, pero no le mentiré más.
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En El Camino (Katniss y Peeta si no hubiesen ido a los juegos) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora