Ella

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-Vamos, ¿sí?, no me digas que no.

Veo sus ojos azules que piden no la decepcione.

-Tengo trabajo- contesto tratando de no herir sus sentimientos.

Ella avanza y me pone los brazos al cuello:
-No tardaremos mucho, quiero que lo veas.

-Dell, podemos ir otro día, de verdad hoy no- mi mente no esta para esto, desde hace un par de días cuando ella llegó con la fecha para nuestro matrimonio, he tratado de aceptarlo de buen grado, de no pensar en la tontería que estoy por hacer...

Ella me sujeta la cara y me pone esa mirada de tristeza y suplica
-Vamos cariño, te negaste a acompañarme al edifico de justicia. Pareciera no importarte nuestra boda- su voz tiene tal matiz de tristeza que me hace sentir culpable.

¡Dios! Como quisiera amarla, todo sería tan fácil...

-¿A qué hora es la cita?- pregunto sonriéndole para que se tranquilice.
Ella brinca y me da un beso casto en los labios.

-A las 7, pedí ser la última, quería el lugar solo para nosotros- me acaricia el pelo y retira de mi rostro unos mechones que caían. Sus dedos cosquillean en mi pómulo y sus ojos brillantes estudian mis labios.

-Eres un sol, el mejor novio de todos, bueno el mejor prometido de todos. ¡Estoy tan contenta!, no dejo de pensar en nuestra boda-
Me da otro leve beso y se recarga en mi pecho, levanto los brazos para abrazarla, como he aprendido a hacer a causa de ensayó en lo que se espera de un novio.

-Mi madre piensa hacer un gran evento, quiere hacer una comida e invitar a varias familias.

-Dell, no, nosotros no podemos- la interrumpo.

-Lo sé cariño- afirma ella volviendo a verme al rostro, sonriéndo radiante
-Se lo dije. Le dije que preferiríamos ahorrar cualquier gasto, esperaremos a ver que casa nos asignan y abrir nuestro negocio propio. Le platique de los planes y sobre la posibilidad de tener hijos de inmediato- se calla y me mira dudosa, porque sabe lo que pienso de los hijos, porque sabe y prefiere ignorarlo: No tendremos hijos.

-No empieces ¿quieres?, lo hemos hablado. Delly, tal vez esto no sea lo correcto, te lo he dicho, no quiero hijos; ni ahora, ni después: nunca.
» No quiero ser egoísta, aún estamos a tiempo, tú quieres ser madre y yo no quiero impedírtelo, puedes casarte con alguien más, quizá ese otro tenga tus mismos sueñ...

-¡Basta!- me interrumpe con los ojos cristalinos y una sonrisa forzada. ¡Dios como me duele lastimarla! -Lo sé, no quieres hijos, yo solo no quiero perder las esperanzas, tal vez tú algún día cambies de opinión y...

-No voy a cambiar de opinión- ahora soy yo quien la interrumpe tomándola de la barbilla para que me vea y sepa que no estoy jugando. -Los hijos no son una opción ahora, ni después Delly.

-Cambiemos de platica cariño, por favor, que estoy muy feliz porque en dos meses seré tu esposa, seré la señora de Peeta Mellark- sonríe pero aún brillan lágrimas en sus ojos.

-¿Recuerdas cuándo me pediste matrimonio?, me parece que fue ayer.-su cabeza se recarga de nuevo en mi pecho, pero esta vez soy incapaz de cubrirla con mis brazos.

-Lo recuerdo.

Durante semanas la imagen de Katniss sentada en una banca de la plaza, observando el edificio de justicia, me persiguió.

Yo había ido para pedir información de registro para la boda de mi hermano mayor, pero no entre porqué no recordaba el nombre de la chica, no la conocía, y parecería estúpido ahí parado sin saber que decir.
Mi cuerpo se erizo de golpe y un cosquilleo me recorrió la columna, busque la fuente porqué sabía a que se debía. Solo me ocurría cuando ella estaba cerca. Efectivamente ahí estaba.
Sentada en una banca; se levantó y por milésimas de segundo pensé que vendría hacía mi, pero solo fue para acomodarse en otra.

En El Camino (Katniss y Peeta si no hubiesen ido a los juegos) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora