Capítulo 18

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Al menos cuatro delfines rosados se movían alrededor del barco, jugaban entre ellos dando saltos en el agua y haciendo sonidos. Ana los contemplaba asombrada, el capitán del barco se acercó hasta ella.

—El boto —dijo. Ana lo miró confundida.

—¿Perdón?

—El boto, delfín rosado. Son sagrados en el Amazonas.

—¿De verdad?

—Sí señora, son adorados por los nativos. Nuestros antepasados nos contaron que un día o boto viró homem, y todas las mujeres que buscaban marido de todas las tribus se pusieron sus mejores plumas o decoraron su cuerpo con los mejores dibujos, se perfumaron con las flores más bonitas y se acercaron a la orilla del río para esperar al boto, él elegiría a una de ellas. Esperaron por días y noches enteras, pero el boto no apareció, no con su forma humana, aunque sí el delfín rosado que bailó con ellas, las llevó en su lomo, se sumergió hasta las profundidades y volvió a la superficie. Ellas jugaban con él, pero cuando el boto les mostraba sus dientes, huían despavoridas. Todas fueron volviendo a sus hogares, sólo quedaron tres mujeres que con el paso de los días se fueron transformando: a una le salieron escamas, otra se arrugó como una lombriz y a la tercera se le pegaron las piernas. El boto homem apareció por fin en una orilla del río; era hombre de cuerpo armonioso, mirada serena y sonrisa sencilla. Se acercó a la primera mujer cubierta por escamas, la miró y le dijo "tú desde ahora serás conocida como la verdad, porque para acercarme a ti he tenido que presentarme como soy para ti, como tú querías que fuera, tus escamas te recordarán eso y aprenderás que para alcanzar la verdad se necesita devoción". Luego se acercó a la segunda, a la que estaba arrugada como una lombriz, bailó con ella, se amaron, luego el boto le dijo "serás conocida como Verdad, porque para disfrutar del éxtasis de la vida, para vivir el sueño y probar la tierra prometida has debido primero encontrarte, conocer tus infiernos y así arrugada como estás, aceptarte a ti misma. Y entonces te reconoces en mí y bailas conmigo, sin importar tu imagen, lo haces desde el fondo de tu corazón". Más a la tercera mujer el boto nunca se le apareció, pero sus piernas viraron a cola de boto y nadó y nadó a través del Amazonas buscando a su amor, llamándolo con un canto melodioso, pero nunca lo halló. Ahora son muchos los hombres que se acercan al río de noche, atraídos por el canto de ella. Se disfrazan de boto para engañarla, pero ella sabe quién es su amor. Algunas veces se deja engañar para mitigar el dolor y dar rienda suelta a su pasión. Por eso algunos nobles guerreros dicen que la han visto y por su pasión desenfrenada han perdido la cordura. Otros han desaparecido bajo las aguas del río para nunca más volver. El boto homem también vuelve, con su mirada azul serena, su sonrisa sencilla y su cuerpo armonioso. Conquista a las jovencitas, baila con ella y las ama. A veces nacen los hijos del boto, niños adorados.

Ana escuchaba el relato y miraba a los delfines danzar, imaginaba cada pedacito de lo que Auré le contaba, le parecía magnífico. Se imaginó a ella misma como la mujer convertida en lombriz, que había tenido que aprender a quererse a pesar de no sentirse bella; imaginó a Philippe como el boto homem, mirada serena, sonrisa sencilla, cuerpo armonioso. Habían danzado juntos y se habían amado, pero una pregunta azotaba su mente "¿Él la amaba realmente o sólo cumplía su papel como marido?" y también en su corazón se preguntaba si ella se había enamorado de él o tan sólo estaba comenzando a aceptar la suerte que su familia había determinado para su vida.

Toda la tripulación comía fruta en la cubierta. Ana cortaba la suya con ayuda de una pequeña navaja y llevaba los jugosos trozos a su boca. Mientras lo hacía miraba a su alrededor, a través de una pared verde de árboles apareció una niña nativa. Su piel era del color de la madera de caoba, estaba desnuda, alrededor de su cuello colgaban collares hechos con cuentas de muchísimos colores. Ana se puso de pie y se la señaló a Philippe, él asintió con la cabeza.

AnaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora