3 años,6 meses y 5 días.

Capítulo 57

Sonará cruel,el ambiente es más tranquilo ahora que Elisabeth no está. Amo a mi hija,que quede claro. La relación entre ellas, Amelia y Elisabeth no es agradable e incómoda. Ahor que están separadas, todo es tranquilo. Le servirá a las dos para tranquilizarse.

-He pensado es Joe o en Robert-me dijo Amelia,refiriéndose al nombre que le pondremos a nuestro hijo.

Negué y seguí lavando los platos.
Es gracioso que pensamos en todos los bienes y servicios de nuestro hijo,excepto en su nombre.
Amelia se la pasó todo el día diciendo nombres masculinos. Debo decir que tiene gustos horribles. Solo me dice nombres típicos, yo quiero que mi hijo tenga un nombre desconocido o raro. Son los mejores.

-Deberíamos pensarlo más.
-Debemos ponerle un nombre-aclaro.
-Lo sé. Pero,pensemos mejor.

Sequé mis manos y tomé mi teléfono. Tenía un mensaje de mi hija.

Beth:) 4:49pm
Hola papá¿Cómo estás? Espero que todo esté bien. Necesito que me hagas un favor... Olvidé mi cámara instantánea y la necesito urgentemente¿Podrias llevarla a casa de la abuela? Por favor. Xx

No tenía nada que perder. Subí a su habitación y busqué su cámara. Traté no mirar más allá de sus cosas,debo respetar su privacidad. Miré su mesa de noche y ahí se encontraba. Abrí el cajón y tome dos cajas de rollos. Camine hacia mi habitación por una chamarra y baje a la sala.

-¿A dónde vas?
-Iré a dejarle su cámara a Elisabeth¿viene?
-Nuestro hijo-dijo molesta-no puede salir.
-Ok,regresó más tarde.

Salí de la casa,subí al auto y conduci tranquilamente a casa de mis padres. En un alto,me miré por el espejo. Me sonreí a mi mismo. Me impacte al ver mi cambio físico. Desde hace tiempo dejé mi barba, me hace ver mas masculino. Mi cuerpo,aunque es ancho, ahora está tonificado, ya no es guango.
Me guiñe el ojo y seguí conduciendo.

Al llegar, miré el cielo. Unos cuantos pasos di y toque la puerta. Mi madre abrió y me sonrió. Está vez no fue una sonrisa normal,fue una... ¿anormal? No lo sé,pero no es como la que me muestra normalmente. Pase y salude a mi padre,al igual que mi madre,me sonrió anormal.

Sacudí mi cabeza y busqué a mi hija.

-Está en el jardín-dijo mi padre.

Al salir, volví a mirar el cielo. Tenía un color especial. Aún con la mirada en el cielo,grité el nombre de mi hija. Ella me respondió con un horrible gritó,baje mi mirada y corrió hacia mi.

-Gracias por venir.
-De nada,supongo.

Le entregue la cámara.

-¿Ya viste el cielo?Es muy lindo.
-Lo sé,mientras venía,lo admiraba.
-¿Sabes a quien me recuerda?
-¿A quién?-pregunté curioso.
-A Hera.

Mordí mis labios.

-Debo irme.-Camine hacia la casa.
-No te vayas.
-¿Para que me quieres aquí?-me giré.

Maldición. Dios mió. Santos cielos. Caracoles. Rayos y centellas.

Al igual que ella me asombre. La miré a los ojos,mi lugar favorito en el mundo. Sus ojos destellaban emociones. Tapó su boca.

-¡Sorpresa!-gritó Elisabeth.

Mi hija me tomó una foto y luego le tomó una a ella.

-¿Por qué no hablan?-preguntó Elisabeth confundida.-¿Debo presentarlos?

Seguí mirándola. Sigue siendo tan magnífica y bella,como siempre. Ella también me miraba,me encantaría saber qué pasá por su mente.

Mi teléfono sonó,lo saqué. Era mi esposa. La mandé a buzón,lo siento. Este momento era más importante.

-Papá,no muerde. Él tampoco, ya lo vacune.

Tomé valor y me acerqué a ella.

-¿Puedo abrazarte?-le pregunté.

Ella,sonrojada, asintió.

Llevé mis manos a su cadera y la pegue hacia mi. Llevé mi rostro a su cuello, besé su cabello y la abracé más fuerte. Olí detenidamente su olor,me recordaba ao verdadero amor. Acaricie su cabello.
Ella,por otro lado,me abrazaba con fuerza. Su cabeza se encontraba en mi hombro y sus manos acarician mi espalda.
Su respiración era lenta,como la mía. Los dos estábamos disfrutando el momento. Mis ojos se llenaron de lágrimas, poco a poco cayeron en forma de laguna. No me importaba llorar, no con ella. Con mi chica, podía ser quien soy. Sin máscara ni capa. Con ella soy yo mismo,por qué no me juzga y me ama así cual soy.