Lucas Hemmings
Grandes sucesos han pasado a lo largo de estos ocho meses. La mayoría han sido difíciles.
Todo empezó desde el día que Hera se enteró que sería mamá. Días antes,cuando no lo sabía,Hera tomó medicamentos que las embarazadas no pueden tomar y casi provoca un aborto. Después de éso, tres o cuatro días posteriores,Hera volvió al hospital. Esta vez,le diagnosticaron anemia. Según Hera,hace años que se le había quitado,pero a la anemia volvió. El doctor nos dijo que las mujeres embarazadas con anemia sufren muchas complicaciones en el proceso.
Cuando el doctor dijo eso,caí en una pequeña depresión.
Otro suceso fue la inmadurez de Elisabeth. Se perfectamente que no es un adulto, pero ella sabía bien lo que vendría.
Sus actitudes me molestaron bastante. Nunca me había hacia caso,me ignoraba. Un día, casi le pego,si no fuera por Hera,Elisabeth tendría un trauma para toda su vida.
Mi hermano,Jack,se llevó un tiempo a Elisabeth de vacaciones. Creí que todo mejoraría para cuando volviera,pero no fue así,en vez de mejorar,todo empeoró.
Ella se volvió muy rebelde. Cambio su carácter totalmente. Daba miedo. La adolescencia se le había adelantado. Había noches en las que lloraba porque no podía controlarla. Un día,su impotencia fue tan grande que golpeó a Hera en el vientre. Ése día,fue el peor.
Hera trataba de tranquilizarla y le explicaba todo. Yo,como padre futuro estaba en el cielo. Admito que he estado muy emocionado por el bebé,pero jamás he abandonado a Eli. Siempre he estado para ella. Que me ignore es otra cosa.
Volviendo a el día horrible. Hera trataba de calmarla,pero no podía. A todos se nos hacia entraño. Hera siempre la calmaba. Era como su droga o su medicina.
Al momento que Hera quería abrazarla,Elisabeth se alejo de ella. Hera se acercó un poco, con esperanza de que se calmara y, ahí,Elisabeth la golpeó con fuerza.Todo fue muy difícil. No sabía si ayudar a Hera a levantarse o regañar a Elisabeth. Por suerte, el mejor amigo de Hera estaba ahí y el se la llevo.
Lo más triste de todo es que Elisabeth no se estaba dando cuenta de lo que había dicho.
Ésa noche,Hera me llamo. Me dijo que lo mejor era separarnos un tiempo. Que ella no se sentía cómoda viviendo conmigo y que lo mejor era vernos hasta que el bebé naciera.
Esa noticia me cayó como rayo. No sabía que hacer,de nuevo. Me sentía perdido.
Yo quería verla,pero ella se negaba. Hades ni Hooder me dejaban verla. Ellos sabían perfectamente que estaba sufriendo,pero por dentro, ellos sabían que era lo mejor tanto para Hera como para mi.El día que Hera se fue, Elisabeth volvió a ser la misma. Pero yo,era otro.
Cuando me sentía mal, entraba al cuarto de mi futuro bebé. Había días en los que dormía en la cuna. No sé cómo le hacía para entrar. Me gustaba recordar momentos. Como cuando Hera y yo pintamos la habitación o cuándo le compramos ropa.Al salir del trabajo, ya no me sentía con la misma actitud para regresar a casa. Elisabeth se la pasaba en casa de sus amigas y yo estaba solo. La casa solo para mi.
Sinceramente, solo me recostaba en cualquier lugar y recordaba.
Lo único que me mantenía vivo era la esperanza de que Hera o alguien más me llamará para saber que ya había nacido mi bebé.-¿Luke?¿Estás ahí?
Regresé a los ojos de mi mejor amigo.
-Aquí estoy.
-Debes tranquilizarte. Todo estará bien.
-Amigo,nada está bien.
-Si lo está,no seas tan negativo.Elisabeth se sentó a mi lado y me abrazo.
-Ella llamará.-Me dijo Alexander Junior con una sonrisa.
Amaba a mi Junior. Siempre tan positivo y amante de la vida como su papá.
Aleje a Elisabeth de mi. Me recoste en el sillón y cerré los ojos.
-Lo mejor es que lo dejen solo.
El teléfono sonó. Mis ojos se abrieron. Rápidamente me levante, Hooder corrió al teléfono y contesto.
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3 años,6 meses y 5 días.
FanfictionLas cartas debieron ser entregadas el 1 de Enero de 2016. Debieron... Segunda parte de "365 cartas para ti ".