3. O GANAS O ESTÁS MUERTO

1.1K 82 2
                                    


MARATÓN 1/5

Acaricio su mejilla, y ella baja la mirada con ternura. La noto preocupada por algo, y a la vez alejada. No me gusta esta sensación, es como si la tuviera segura en mis manos, pero de la nada, se pudiera convertir en polvo. Sube su mirada, y captura la mía demasiado fácilmente. Sus ojos me agujerean el alma, y dejo salir un suspiro. ¿Cuánto tiempo ha pasado des de la última vez que la vi?

—No te vayas, no aún. —Dejo ir en un susurro. —Te necesito conmigo, Abby.

Ella levanta las comisuras de sus labios, y se acerca lentamente a mí para acariciarme el rostro con suma delicadeza. Cerrando los ojos, el espacio que hay entre nosotros se queda nulo. Sus labios chocan con los míos suavemente, y mi estómago se retuerce de placer, al hacer tiempo que no sentía esta sensación. Coloco mis manos en su cintura, y la atraigo hacía mí, para poder sentirla más cerca, más mía.

—Te quiero, Jake...

Acerco mi nariz a la suya, y se la rozo lentamente, sin ninguna prisa. Sonrío, como hacía tiempo que no lo hacía, y la vuelvo a besar. Cierro los ojos para hacer el beso más profundo, y ella coloca las manos alrededor de mi cuello, y se acerca aún más, si es que eso es posible. Cuando ya no hay suficiente espacio ni para pasar un alfiler, algo me la quita de los brazos, donde descansaba cómoda. Una fuerza oscura y sobrenatural, me la arranca, escuchando sus últimos gritos de socorro.

— ¡Jake! —Chilla con fuerza y temor. — ¡JAKE!

Me levanto sobresaltado de la cama, y sudando. Hacía 3 meses que no soñaba con ella...y lo echaba de menos, porque es de la única manera que la puedo ver. En sueños. Y si no la encuentro, juro que me pasaré la vida durmiendo solo para tenerla un rato entre mis brazos, y poder besarla, o sentir que lo hago, porque no es real, aunque así se note.

Voy hacia la ducha para despejarme, y también despegarme del sueño. Aunque no quiera, tengo que volver a la vida real. Me desvisto lentamente y sin ganas, y me meto en la ducha, dónde salgo en menos de 10 minutos con una toalla alrededor de la cintura. Me seco, y me pongo unos pantalones negros, y una camisa gris por dentro, que me queda un poco ajustada al cuerpo. Cojo el móvil, y la cartera, y bajo a desayunar algo.

***

—Jake, hemos encontrado algo. —Dice Susan cuando estoy cruzando la puerta del ascensor. —Encontraron un rastro de ellos, y han encontrado la casa donde se reúnen, cuando fueron a investigar encontraron un chico dentro.

Me pasa una hoja con la información del chico, y mientras pongo rumbo a mi despacho, me sigue por detrás.

—Se llama Alix Woods, tiene 19 años, y se unió al grupo con tan solo 14 años. Sus padres necesitaban dinero, y fue cuando recurrió a esa salida. —Deja salir un suspiro de sus labios. — ¿Crees que no hay suficientes ayudas sociales para que tengan que recurrir a esto? ¿A matar gente, Jake?

Dejo ir la hoja a mi mesa, y me froto la cara con las dos manos. Asiento lentamente, y me siento en la silla delante del ordenador.

—Creo que podrían haber más. Pero nosotros no podemos hacer nada, Susan, ya lo sabes.

—Lo sé, por desgracia. —Susurra. —Tienes al chico en la sala de interrogatorios. El capitán Madison ya ha ido, pero no ha conseguido información importante. Te toca a ti.

—Bien. Vamos.

Me levanto de la silla con alguna esperanza de resolver este asunto lo antes posible. Sigo a Susan por un largo pasillo, hasta que damos con dos puertas juntas. Una es la que está él, la otra están los guardias y otras personas viendo la conversación a través de un cristal. Que privacidad tengo. Acerco mi mano al picaporte, y girándolo, empujo la puerta hacia adentro.

Amor Robado [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora