La noche ha pasado tranquila, sin ruidos, y sin ninguna pesadilla. Me despierto en la cama de invitados en casa de Bright. No sé qué haría sin ella.
Cojo el móvil para mirar la hora, pero otra cosa se me viene en mente; sólo faltan 9 días para encontrarla.
Sin querer, un escalofrío se hace presente por todo mi cuerpo. Y la relajación que obtuve ayer sin pensar en nada, se desvanece como la nieve en primavera.
— ¡Tito Jake! —Daisy canturrea entrando en la habitación—. Dice mamá si bajarás para desayunar.
Asiento dedicándole una sonrisa, y se hecha a mis brazos, para darme un abrazo de buenos días de los que tanto echaba de menos. Ella se ríe cuando mis dedos rozan sus costillas, haciéndole cosquillas. Le deposito un tierno beso en la cabeza, y cuando me visto, la cojo en brazos y bajamos a la cocina, donde Bright está poniendo el desayuno encima la mesa. Pero, en vez de tener 3 platos, tiene 4. Me sorprendo.
—Buenos días, ¿cómo has dormido? —pregunta suavemente Bright.
—Bien. Oye, ¿Por qué hay un plato de más? —pregunto frunciendo el ceño—. ¿Otra vez con problemas de matemáticas, hermana?
Ella me mira sacando la lengua, al recordar cuando me burlaba de ella en el instituto por suspender siempre la misma asignatura. Me río, y me acerco a ellas para abrazarla. De repente, dejo atrás un peso que tenía sobre los hombros, al sentir su fortaleza chocar contra mí. Recuesto la cabeza encima de su hombro, y dejo salir un suspiro.
—Hey, Jake —dice cuándo empieza a notar las lágrimas de frustración en su pequeño hombro que ha soportado tantas veces esas mismas lágrimas—. Mírame.
Lo hago, por qué siempre lo he hecho, mirarla siempre me ha transmitido paz. Me seca las lágrimas, y después, me sonríe.
—Sé que todo el mundo te dice lo mismo, pero te conozco, sé de los que eres capaz, hermanito —dice ella segura de sí misma—, y sé que la encontrarás. No sé si será hoy, mañana, o quizá...dentro de mucho, pero lo harás.
Asiento, abrazándola de nuevo, y acto seguido oímos la puerta.
—Es papá. Ves a abrir.
La suelto, y camino hacia la puerta, para abrir la puerta a esa persona que ha estado siempre conmigo.
—Hola papá.
—Hola, Jake —dice un poco cabizbajo, pero desde luego que todos lo estamos—. ¿Cómo estás?
Muevo un poco la cabeza, dándole a entender que no quiero responder a eso. Y me hago a un lado, dejándolo pasar. Él se acerca a mí, dándome un abrazo, y después va a saludar a las chicas. Yo me quedo con la puerta abierta, viendo la calle. Bajo la cabeza, y es que ya no doy para más. Casi 7 meses sin ella son demasiados. ¿Y si no me recuerda? Mi mano frota los ojos para que estos no vuelvan a soltar las malditas y jodidas lágrimas de siempre.
Cierro la puerta, y voy hacia ellos. Cuando llego, oigo salir de sus labios el nombre de ella, y sin querer, mis manos se convierten en puños. Por no sé cuánta vez. Ellos me miran apenados, y luego noto como Bright deja salir una sonrisa mientras se sienta.
—Quiero hacer algo —dice mirándome sólo a mí—. Todos vamos a decir el mejor recuerdo que tengamos con Abby.
— ¿Cómo si estuviera muerta? —pregunto alzando un poco la voz.
Mi hermana abre de golpe la boca, y empieza a negar repetidamente con la cabeza.
—Mierda, no, Jake. No quería decir eso —dice sintiéndose mal—. Yo sólo...déjalo, quería hacerte sentir mejor.
—Cuando Abby me vino a buscar al colegio —dice Daisy haciendo que toda nuestra atención solo quede puesta en ella—. Mamá, ni tú, ni el abuelo podías. Me quedé sola afuera esperando a que aparecierais uno de vosotros, y cuando levanté la vista y vi el coche de Abby, me puse muy contenta. Había venido corriendo de en medio de una clase para venirme a buscar.
Todos nos quedamos fijados en aquella pequeña hermosura, nunca antes habíamos oído la historia. Ni siquiera Abby me la contó.
—Cuando me dijo eso me puse a llorar, y ella me abrazo y me llevo a vuestra casa —dice mirándome a mí—. Me hizo la merienda, y estuvimos viendo dibujos toda la tarde.
Una sonrisa sale de mis labios, sin pretender hacerla, sale rápido y sin ser prevista. Abby está enamorada de Daisy, y me creo perfectamente que hubiera salido de una clase solo para ir a buscarla al colegio.
—En la cafetería del hospital —dice esta vez mi padre—. La vi como un reflejo de tu madre, y desde ese entonces la veo así. Como una persona bondadosa, que hace lo que sea por los demás, y lo más importante, una persona que quiere a mi hijo.
Cierro los ojos, y pongo mis manos en el cuello, echándolo hacia atrás. Esto es demasiado.
—Cuando la vi suplicando por tu vida, supe que realmente valía la pena —dice poniéndome una mano en la espalda—, y desde ese entonces, para mí ya es parte de la familia.
Me quedo mirando a Bright, y ella se me queda mirando a mí, estoy esperando a que me cuente su recuerdo. Pero ella niega con la cabeza, y unas lágrimas se le caen por la mejilla.
—No puedo.
Alargo el brazo hasta tocar sus manos, y las envuelvo con las mías, ella sube la mirada.
—Por mí, por favor.
—Unos días antes de su secuestro —dice secando sus lágrimas, o intentándolo, por qué no paran de salir de sus ojos y lo único que puede hacer es apretarle fuerte la mano—. Ella y yo quedamos para ir a la piscina. Ella...
Bajo la mirada, sé a lo que se refiere. Bright nunca ha tenido amigas. En el instituto lo único que hacían era meterse con ella, yo la tenía que defender, y ella esconderse detrás de mi espalda asustada. Nunca le ha gustado mantener una amistad por miedo.
—Ella se abrió de una manera a mí, que nunca nadie lo había hecho —dice poniéndose recta, preparada para hablar de ello delante de su familia—. Y yo me abrí a ella, contándole mis sentimientos, mi vida. Me sentí feliz, por una vez, me sentí feliz de poder contarle eso a alguien, y que no fuera por obligación. Jake, ella es mi amiga. La única que tengo.
—Lo sé, Bright. Y la voy a traer de vuelta.
Ella se pone la mano en la boca, para no soltar un sollozo, y Daisy rápidamente se levanta con los ojos ahogados para abrazar a su madre.
—El primer verano juntos —susurro bajando de nuevo la mirada—, fue el mejor verano de mi vida. Ella tan risueña, tan niña, y yo volviendo a ser un niño con ella.
SIENTO QUE SEA TAN CORTO, PERO NECESITABA ESCRIBIR ESTE CAPÍTULO.
GRACIAS!!!!
BESOS,
LENA.

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Amor Robado [#2]
Azione''Tranquilo, aún está viva, pero no le queda mucha vida que digamos. Los ojos ya no le brillan como le brillaban antes, ahora su piel es pálida y fría como el hielo, ya no sonríe, ya no llora... ¿Sabes porque ya no llora, Jake? Por qué cuando alguie...