MARATÓN 2/5
— ¿Sabes lo que más duele, Jake? —Dice retirándose las lágrimas de los ojos. —Qué no sé si podréis salvarla.
Me quedo mirándola sin saber que decir. Sé que es lo que más duele, no hace falta que lo diga. Lo sé mejor que nadie, de tenerla cada día entre mis brazos, ha pasado a ser solo recuerdos que con el tiempo tengo miedo de que se desvanezcan. Niega con la cabeza, y baja la mirada, limpiándose el maquillaje recorrido por las mejillas.
—Por qué sin embargo ahora sé que aún sigue viva. Pero, ¿Y cuando la encontréis? —Vuelve a negar con la cabeza, y yo repito su acción. —No sé si podrá sobrevivir a esa gente, Jake, como dijo Alix, es poderosa. Y si lo sabe él que está dentro del grupo, imagínate Abby que es la que tiene que convivir con ellos cada día.
Mi puño impacta de lleno contra pared. Y bajo la cabeza recaído, agotado, sin fuerzas de seguir. Ella viene corriendo y me separa de la pared.
—Tienes que hacer lo posible para mantenerla con vida. —Dice cogiéndome la cara con las dos manos. —Lo haces bien, y lo seguirás haciendo bien. Por qué la amas y ella te ama ti.
Asiento, y la atraigo contra mi cuerpo para poder abrazarla, y darle un beso en la cabeza. Es la única que me hace recordar a Abby, aunque solo sea una milésima parte. Pero la siento más cerca. Nos separamos cuando le dejo un beso en la cabeza, y nos giramos al oír la voz de Anne.
—Chicos, hola. —Dice mostrando una pequeña sonrisa. Tampoco es que haya muchos motivos para sonreír. — ¿Cómo estáis?
Los dos nos encogemos de hombros, y le mostramos una mueca con la boca, lo que nos hace gracia y nos echamos a reír. Ella pasa la puerta de la entrada de la casa de Marly, y se sienta al sillón que hay a unos pasos de nosotros y se nos queda mirando.
—Christian me ha pedido salir y ni siquiera sé si ahora mismo le puedo dar lo que él necesita. —Dice mirando esta vez la mesa que hay delante fijamente y sin pestañear. —Sólo quiero ser feliz...pero no puedo.
—Eh, nena, tranquila. —Dice Marly suavemente mientras se acerca a ella y le da un tierno abrazo por los hombros. Se unieron todavía más cuando cogieron a Abby, y estoy contento en parte, por qué al menos pasan esto juntas. —Cuando tienes alguien a tu lado, que está contigo para apoyarte y hacerte feliz, no puedes pedir más. Así que hazlo. Sale con él, y de mientras pasa toda esta mierda, distráete.
Anne asiente quitándose las lágrimas que le han caído poco a poco mientras Marly le hablaba. Me cruzo de brazos mientras contemplo la emocionante escena, cuando de pronto se oye un ruido en la puerta donde Anne la ha dejado abierta de par en par. Con las prisas no se habrá dado cuenta. Ellas se giran asustadas mirando a la puerta, para después mirarme a mí. Con un movimiento con la mano, cojo a Marly de su brazo, y ella coge a Anne para que vayan detrás de mí, y se escondan detrás la pared.
—Otra vez no, —Susurra Marly. —Por favor.
Recuerdo la vez que tuvimos que ir a la joyería a rescatarlas cuando unos cabrones las utilizaron de rehenes, y Marly estaba asustada. O aún peor, muerta de miedo. Ahí fue cuando Abby se tuvo que hacer la fuerte, y ahora se han intercambiado los papeles. Cojo la pistola que tengo detrás del pantalón, y la sujeto delante de mí, desbloqueándola. Camino lentamente hacia la puerta, mirando por todos lados.
— ¡Anne, te has dejado el—
Apunto directamente hacia él, apunto de apretar el gatillo. Al chico se le cae el bolso de las manos, y las levanta rápidamente.
—Joder, tío. Deja de apuntar. —Protesta Christian. —Me has dado un susto de muerte.
— ¡Christian! ¿Estás loco? —Chilla Anne abrazándolo.
Él le rodea la cintura, y yo vuelvo a guardar el arma de nuevo a los pantalones. Dejo ir un suspiro, y voy a dejarme caer en el sillón. Del humor que estoy no me extraña no haber apretado el gatillo en un abrir y cerrar de ojos.
¡Bang!
Me levanto rápidamente del sillón al oír el disparo proveniente de la cocina. Ha dejado un agujero en el sillón. Cojo a Marly del codo, y a los otros dos, y los hago subir arriba mientras cojo el arma, y me giro cuando una bala pasa peligrosamente por mi hombro hasta clavarse en la pared. Disparo al chico que ha venido a por nosotros, bajando rápidamente las escaleras.
— ¡Marly, llama a Matt! Enceraros en la habitación con llave, no salgáis. —Chillo mientras doy vueltas por la planta baja. —Vamos cabrón, ven.
Oigo la puerta de arriba cerrarse, y respiro profundamente. Me arrodillo a tiempo que el tipo se aparece delante de mí con la arma, y quiere dispararme. Doy una voltereta hasta quedarme detrás del sofá. Cuando pasan unos segundos, me vuelvo a levantar al tiempo que se levanta él.
— ¡Vamos tira la puta arma! —Le chillo. —Quedas arrestado, hijo de puta.
Él me mira sonriendo, y sin pensárselo dos veces, aprieta el gatillo al tiempo que aparto el hombro del camino de la bala, otra vez. Lo miro rápidamente, y lo apunto en el pecho dándole al gatillo. La bala sale disparada hacía él, sin tener tiempo a moverse, choca de lleno en su pecho, mirándome un momento, y cayendo a los pocos segundos después. Voy hacia él mientras guardo el arma, y me agacho. Le toco el pulso, está muerto.
Un impacto llega de pronto, sin pensar, y sin reaccionar en todo mi hombro. Todo se vuelve oscuro, el aire empieza a faltarme, y bufo repetidamente por los labios cuando noto la rapidez que ha entrado. Pongo la mano derecha encima, y la quito, llena de sangre. Levanto la mirada, encontrándome otro tío viniendo por la cocina. Caigo al suelo sin fuerzas, y mareándome. Con la vista borrosa, veo como el tío cae al suelo de bruces. Unos brazos me levantan del suelo para ponerme en el sofá.
—Veo que no puedes vivir sin mí. —Dice Matt haciendo una mueca con la boca. —Literalmente.
***
Me levanto en la cama de mi casa, dolorido. Y con dolor de cabeza, para variar. Me froto la cara con una mano, ya que noto la otra sin movimiento. Miro hacia el lado del hombro donde me disparó, y lo veo vendado. Joder, si es que estás cosas solo me pueden pasar a mí. Grito de frustración, pero a los segundos paro, ya que me duele todavía más la cabeza con ese gesto desesperado. Las lágrimas empiezan hacerse presente otra vez, como cada día de los malditos 6 meses sin ella a mi lado. Me levanto de la cama, para sentarme, y beber un poco de agua que hay en la mesita de noche. Cojo el móvil, que marca las nueve de la noche. Han pasado dos días. Perfecto.
Bajo las escaleras, y voy hacia la cocina a prepararme algo para comer. Cuando me siento en la mesa que solíamos sentarnos los dos, mi mundo se rompe en mil pedazos. ¿Cómo puedes sentirte así al no tener a la persona que amas a tu lado? Me revuelvo el pelo, y vuelvo a prestarle atención a la comida que tengo delante de mí, sin muchas ganas de comer, me trago otro pedazo de carne. Miro el móvil cuando empieza a temblar encima de la mesa, y leo el mensaje que hay escrito en él.
Número desconocido.
''Tuviste suerte cabrón. Mis chicos tienen buena puntería, aunque tú eres bueno en esto. Tu novia y yo seguimos esperando a que vengas. Pero los planes han dado un inesperado giro a los acontecimientos; si no nos encuentras en 15 días, la mataré. ''
Un vacío se proyecta en mi barriga, y sube por mi garganta en forma de grito. Mi vista oscurece, y cogiendo el vaso de cristal que está delante de mí, lo tiro hacia la pared, para que se rompa en mil pedazos, pero no alivia para nada mi dolor.
Estoy como ese vaso; en mil pedazos. Y sin creer poder salvarla.
Espero que os guste, y como siempre, dad a la estrellita.
Gracias por los ánimos. Os quiere,
Lena.
PD: ¡EL PRÓXIMO SERÁ UN ESPECIAL DE NARRADO POR MARLY! ¡ESPERO QUE OS GUSTE!

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Amor Robado [#2]
Acción''Tranquilo, aún está viva, pero no le queda mucha vida que digamos. Los ojos ya no le brillan como le brillaban antes, ahora su piel es pálida y fría como el hielo, ya no sonríe, ya no llora... ¿Sabes porque ya no llora, Jake? Por qué cuando alguie...