MARATÓN 3/5
Siento una caricia en mi cadera, y dejo ir un sonido de placer. Abro los ojos, parpadeando varias veces, para adaptar mis ojos a la luz que entra por la ventana de mi habitación. Me estiro mientras me giro, para contemplar al hombre que da sentido a mi vida. Le muestro una pequeña sonrisa, cuando él me coge de la cintura, para atraerme hacia él. Le rozo lentamente el rostro con una mano, a lo que él responde cerrando los ojos, y mostrándome una sonrisa tranquilizadora.
—Buenos días, pequeña. —Me susurra en el oído una vez abre los ojos. —Quiero levantarme así todos los días de mi vida.
Le respondo acercándome a sus labios, acariciándolos con los míos, él deja ir un suspiro y me pongo a reír. Cuando él me coge con las dos manos mi cara, para enganchar sus labios con los míos, dejo de reír, para integrarme el beso de buenos días que me propina mi novio.
Mi novio. Suena tan bien. Nunca he sido de tener novios, me ha gustado más disfrutar de la vida, no como a Abby, ella siempre ha sido de disfrutar la vida con la nariz pegada a un libro, y que decir de Anne...tiene que gustarle mucho al chico para lanzarle el lazo. A mí me ha gustado disfrutarla de otro modo, pero tampoco me arrepiento, porque forma parte de mi pasado, y gracias a eso, he ido madurando con los años.
Me besa apasionadamente, como si no lo hubiera hecho por días, o incluso semanas. Y mi cuerpo se entrega a él, de una manera que nunca le había entregado a alguien, dándole mi alma, mi corazón, mi amor. Nos separamos lentamente y bajo la mirada, al darme cuenta de que me estoy enganchando de una manera incontrolable a él. Cada latido de mi corazón le pertenece, él es quien me los provoca cuando lo hacen exageradamente. Me revuelve el estómago, y me hace querer tenerlo todo el día conmigo, para estar envuelta entre sus brazos, para sentirme, una vez más, protegida.
—Te quiero, Matt. —Susurro en su pecho.
—Y yo a ti, cariño. —Susurra esta vez él en mi cabeza, dejando un beso.
Nos levantamos para ir a desayunar, mis padres se han ido hace rato a trabajar. Estamos de vacaciones, y que vacaciones madre mía, con el chico que amo a mi lado. Me prepara unas tostadas con café y zumo de naranja mientras me doy una ducha rápida. Cuando acabamos todo, nos vestimos, y subimos a su coche.
— ¿Qué te apetece hacer hoy? —Me pregunta una vez le da vida al coche.
Me pongo el dedo en la barbilla, pensando en algo para empezar nuestras vacaciones. Lo miro con la ceja levantada y le sonrío.
—Podríamos ir a la playa. Pasar ahí el día.
—Buena idea, preciosa. —Dice sonriendo. —Pues vamos.
Me abrocho el cinturón de seguridad, cuando acelera a toda prisa por la calle de delante de mi casa.
— ¿Que playa quieres ir?
—Podemos ir a Coney Island, está en Brooklyn.
—Sí, ya sé cuál es. Esa playa es preciosa.
Le muestro una sonrisa, y vuelvo a mirar hacia delante. Es media hora en coche, así que reposo la cabeza en el cristal, mientras me acomodo las gafas de sol. Él me apoya su mano en mi muslo, y se la cojo cariñosamente. El móvil vibrar me saca de mis pensamientos, y doy un bote del susto. Sonrío al ver en la pantalla Abbs.
— ¡Nena! ¿Cómo estás? —Digo con un noto de felicidad en mi voz que se nota a kilómetros de distancia.
—Marly...—Dice ella nerviosa. —Necesito hablar contigo.

ESTÁS LEYENDO
Amor Robado [#2]
Ação''Tranquilo, aún está viva, pero no le queda mucha vida que digamos. Los ojos ya no le brillan como le brillaban antes, ahora su piel es pálida y fría como el hielo, ya no sonríe, ya no llora... ¿Sabes porque ya no llora, Jake? Por qué cuando alguie...