Capítulo 23: El descubrimiento (Parte 1)

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Riley despertó sobresaltada por la alarma. La apagó y vio la hora, las once de la mañana. Dió un largo suspiro y se llevó las manos a la cara. No quería ir a la escuela de nuevo. Comenzaba a extrañar las vacaciones.

Ya había pasado un mes entero desde que los padres se empezaron a preocupar por ella. Y la habían empezado a mandar al psicólogo, una vez a la semana, para apoyarla. Y el doctor dijo que ella estaba con un desequilibro emocional repentino, que no era muy común tantos cambios, que debía seguir yendo. Y a veces ella se preguntaba si el diploma que colgaba de la pared del consultorio era verdadero.

Se levanto, se arregló, desayunó. Y cuando estuvo lista, agarro sus cosas y salió de casa. Se puso los auriculares, puso una canción de New Age, y empezó a caminar despacio. No es un género de moda, por supuesto. Pero es muy lindo para ponerte distraerte, para que llegue la inspiración... Y para no pensar en el sol que te da en toda la cara.

Los manuales les fueron muy útiles a las Emociones. Estos, aconsejaban sobre todo lo que podría pasar en la adolescencia. Y fue un milagro. Ellos, que estaban tan confundidos, les llegó la fuete más fiable de información: Libros.

Mientras Riley iba a la escuela, las Emociones estaban haciendo sus cosas. Desagrado peinaba su cabello mientras charlaba,con Alegría y Tristeza, Temor y Furia examinaban los objetos que el Tren les había traído... Y Amor y Placer estaban repasando los manuales juntos. Sentados uno en frente del otro, Placer leía:


"Nada de secretos. Estos, aunque sean pequeños, guardan dolor, matan la confianza y generan malentendidos. Aunque claro, esto también depende del tipo de secreto, si es de un enamoramiento, de un problema, o de algo muy importante..."


-Así que nada de secretos...- Dijo Placer cuando terminó- Entonces, quiere decir...

-¡...! No, Placer, por favor no...- Susurró Amor acercándose a Placer.

-Pero, ¿Lo podremos seguir ocultándolo?- Placer se acercó más a Amor para que nadie los oyera.

-Estoy segura que sí. Lo pudimos ocultar durante todo un mes entero, lo podremos ocultar durante mucho más tiempo.

-No lo se, yo no estoy tan seguro...

-Yo no sé, pero la verdad me aterra la idea de que todos se enteren de que hace un mes que llevamos una relación.

­-... Si, a mi también, pero no sé, me da cosa que les estemos ocultando semejante cosa...

-Si quieres, diles tú, pero ten en cuenta que yo jamás me animaré a hablar- Dijo Amor sin rodeos.

-Pero Amor, esto nos incluye a los dos...

-Sí, lo sé, pero, ¿Cómo crees que se tomarán el hecho de que le ocultamos por un mes entero que fuimos y somos novios?

-... Bueno, podemos decirles que es reciente...

-Ah... Esa es buena idea...

De repente Placer cambió de opinión:

-Sí, tienes razón, no les digamos nada.

-¿Ehh?

Placer se paró, dejó el libro en el estante y se estaba por ir con los demás, cuando Amor lo tomó de la mano:

-¡Hey! ¿Por qué ese cambio de opinión tan repentina?

-Porque tienes razón, no podemos decirles.

Placer se soltó de la mano de Amor y se fue con Furia y Temor.

Amor quedó un poco confundida. Pero le dio la razón a Placer al final. Le aterraba la idea de decirles.

¿Pero no era que había mucha confianza entre ellos? Se preguntarán. Pues claro que sí. Pero siempre falta confianza a la hora de revelar secretos.

El día siguió normal. En la escuela, a Riley no le iba ni muy bien ni muy mal. Y con lo demás, no había mucho de qué hablarles. Con las amigas todo iba normal, como siempre. Y con Leo... La cosa había quedado muy confusa. Se hablaban, claro, pero no era lo mismo. No hablaban muy profundamente. Como si se ocultaban algo. Pero no había duda de que cuando él se iba, ella lo miraba muy especial.

Cuando volvió a su casa, almorzó y se echó a dormir. Todos los demás también se fueron a dormir.

Placer, en su cama, estaba muy dudoso. No sabía si decirles a los demás o no. Si les decía, puede que reaccionaran mal, que cómo pueden llevar una relación, que no son la pareja perfecta, etc. Y si no contaban nada, no pasaría nada, a menos que los descubrieran. Y ahí la cosa sería peor, que por que nos ocultaban esto, que no nos pueden esconder algo tan grande, etc. La verdad él no sabía qué hacer. Jamás le había entrado esa duda en su mente, era la primera vez. De tanto pensar, se quedó dormido.

Respecto a Amor, ella directamente se quedó dormida y tuvo un sueño muy extraño. No lo pudo recordar mucho, pero si se acordó bien se oían gritos enojados de Alegría.

Cinco de la tarde. Riley despierta, al igual que sus Emociones. Todo seguía igual. Pero Desagrado se acercó a Alegría:

-Oye, ¿Te diste cuenta de que hay mucha onda entre Placer y Amor?

-Desagrado, no soy chismosa, y no es mi problema.

-¡Pero escúchame! Ellos parecen novios. Creo que nos ocultan algo.

-No lo creo...

-Yo si lo creo... Habría que investigar...

-Eso sería meterse en la vida de los demás, y no está bien hacer eso.

-¿No me vas a ayudar?

-¿A qué? ¿A espiarlos? No, gracias.

-Entonces lo haré sola.

-Bien, como quieras, nunca me importó, y no me importará.

Cada una se fue por su lado; Alegría se fue a hablar con Temor, y Desagrado, a espiar la conversación de Placer y Amor. Quería saber si ocultaban algo. Y si mis amigos, Desgrado se volvió chismosa así de la nada.

No descubrió nada en toda la tarde. Los vio hablando, eso sí, pero de cosas normales.

Pero esa noche...

Esa noche, Desagrado estaba en su tocador, y recordó que le había prestado su cepillo a Amor. Fue a su cuarto, y toco la puerta. Nadie abrió.

-¿Amor?- Desagrado volvió a tocar la puerta, pero era igual.

La abrió despacito, despacito... Y se sorprendió. Amor no estaba.

-¿Qué?

Paseó por todo el Cuartel General en busca de Amor, pero ella no estaba.

Entonces, tuvo un presentimiento... La petrificó. Pero... ¿Sería buen idea? Espero que sí.

Fue a la puerta del cuarto de Placer. Tomó el picaporte redondo. La giro lentamente, y poco a poco fue abriendo la puertecita. Un proceso muy despacio. La abrió un poco. Desagrado miró y...

Se sorprendió.

Amor y Placer dormían profundamente, abrazados, acobijados entre frazadas.

Desagrado estaba tan sorprendida que no podía ni mediar palabra. Claro, ella pudo haberles llamado la atención. Pero lo que ella hizo, fue cerrar lentamente la puerta, hasta hacerlo por completo. Y lentamente, fue a su cuarto, sin poder quitarse la cara de asombro.

-Placer... Y... Amor... ¿Son novios? ¿Pero cómo?

En principio, se sentía feliz por haber descubierto la verdad. Se sentía enojada, porque ellos les ocultaron algo tan grade a todos. Se sentía sorprendida, porque ellos parecían mejores amigos nada más.

No lo podía creer.

-¿Le diré esto a Alegría o no?


Intensamente: Una nueva etapa, un nuevo desafíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora