Ahora
El sonido de mi alarma me hace sobresaltar, siempre me pasa eso en las mañanas, pero sé que si mi alarma no es lo suficientemente ruidosa no me despertaría nunca, yo dormiría todo el día si pudiera. Abro los ojos pero veo todo borroso así que extiendo mi brazo y agarro mis gafas de montura negra, realmente odio estas gafas pero los lentes de contacto me irritan los ojos.
Me levanto de mi cama y siento a Oliver, mi hurón, frotarse contra mis piernas, muchas personas tienen perros, gatos o peces como mascotas, sin embargo los hurones son mejores que cualquiera de ellos, son inteligentes, cariñosos y juguetones, a casi nadie les gusta porque son diferentes, pero yo en cierta forma soy igual. Acaricio a mi mascota que me lame con su pequeña lengua.
Voy al baño con los ojos entrecerrados por el sueño, paso frente la habitación de mi hermana y escucho un ronquido poco femenino, río mientras entro al baño, me miro en el espejo y suspiro con frustración al ver a la chica que me devuelve la mirada, a veces quisiera despertar y ser simplemente otra persona.
Soy bastante común, mi estatura es promedio, mi cabello es largo y de color negro, tengo muchas pecas en mi nariz y pómulos, pero mis gafas las ocultan un poco, uso breakets desde hace unos años y tengo la esperanza de que me los quiten rápido, mi cuerpo es normal no soy ni muy delgada ni rellenita.
Lo único que me hace diferente son mis ojos de color violeta y siempre me pasan cosas raras.
Por ejemplo cuando quiero alcanzar algo pero tengo pereza de levantarme ese objeto flota hacia mí, eso es lo más normal que me pasa, a veces puedo escuchar voces en mi cabeza como si me susurraran cosas, pero yo trato de ocultarlo.
Me lavo los dientes y me recojo el cabello en una trenza, me visto rápidamente con unos vaqueros desgastados converse y una sudadera de color negro.
Saludo a mis padres que están hablando alegremente en la cocina, me siento en mi lugar habitual en medio de ambos, siento como algo en el bolsillo de mi sudadera se mueve, meto mi mano y saco a Oliver
-Oliver, amiguito ¿Cómo te metiste ahí?- ven es inteligente.
-Quiere acompañarte al instituto, no es la primera vez que lo hace- comenta papá sonriéndome con cariño.
-Baja a Oliver de la mesa cariño- pide mi mamá, a ella no le agrada mi mascota ya que Roger es un animalito muy curioso y siempre esconde las cosas que le llamen la atención como anillos, llaves, pendientes. Lo meto en su jaula y el me da una mirada triste.
-Lo siento Oliver.
-¿Naira está despierta?
-No, creo que se murió.- bromeo
-No digas eso- dice mamá golpeándome el brazo.
-Despierta a tu hermana- ordena papá.
-¿Por qué yo?- me quejo.
-Porque ella da miedo en las mañanas- susurra y me río.
-Dejen a mi hija tranquila- nos regaña mamá.
Me levanto de la mesa y subo a la habitación de Naira, ella está dormida con una pierna fuera de la cama, tiene un brazo sobre su cabeza y su boca está abierta ¿La despierto como una persona normal? No, no hay nada de divertido en eso. Bajo a la cocina y busco una cacerola y una chuchara, vuelvo a su habitación y comienzo a golpear la cacerola con la chuchara haciendo un ruido estruendoso.
-Hija de puta- grita y se cae de la cama.
-Tenemos la misma madre- me burlo.
-Joder, le dije a mamá que adoptarte fue un error. Yo quería un perrito pero vinieron contigo y tu odiosa rata.- me mira enojada mientras se levanta del suelo.
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El ángel del Lobo
WerewolfSostengo a la bebé entre mis brazos, la miro con adoración y sus ojos violeta me devolvieron la mirada. "Eres mía pequeña y te prometo que nadie te hará daño" Obra registrada en SafeCreative