Capitulo 7

18.2K 1.5K 70
                                    


Antes

-¡Ya entendí Aida! ¡Solo serán tres días! ¡Además siempre estoy con ella, no es como si fuera la primera vez!- digo enfadado por sus constantes explicaciones, Aida se va a visitar a otra manada por tres días y yo cuidaré a Libby, pero ella no deja de decirme como la alimentaría, horarios de dormir, entrenamientos de magia y bla bla bla.

-Siempre estás con ella, pero nunca le preparas el biberón o la papilla, nunca la has bañado o vestido o peinado.

-No puede ser tan difícil- comento mientras observo a Olivia que está girando sobre sí misma con los brazos extendidos- Ángel, deja de girar que te puedes caer.- advierto pero fue como si hablara con la pared porque siguió girando.

-Tú estás en la parte fácil, nunca te ha tocado regañarla o ser el foco de su enojo- dice Aida.- Olivia deja de dar vueltas que te vas a caer.

-Eres una exagerada. ¿Qué daño podría hacer esa ternurita?- digo señalando a la bebé que sigue girando.

-¡Bien! Has lo que quieras- me da una hoja con muchas indicaciones- vendré dentro de tres días y espero ver a Olivia viva.

-Es mi mate no dejaría que le pasara nada.

-Suerte- dice antes de agarrar sus maletas e irse.

Olivia gira sin parar, se ríe.

-Libby te vas a...- mi ángel se cae y se golpea la frente con la mesita de café- caer.

Corro hacia ella, su llanto desgarrador hizo que mi corazón latiera furiosamente, un débil olor a sangre hizo que mi lobo gruñera y me volví loco. Cargo a mi mate que tiene un pequeño corte en su frente, se le cura rápidamente gracias a sus poderes, pero eso no mejora su llanto y mi miedo. La abrazo y la muevo suavemente de un lado a otro. Después de unos minutos deja de llorar.

Suspiro aliviado, creo que envejecí como 10 años.

-Oliva Alejandra. Nunca vuelvas a girar así- le digo sintiendo mis manos temblorosas.

-Me dele- balbucea con lágrimas en sus ojos.

-Lo sé bebé ¿Te cuento un secreto?- le sigo susurrando, tratando de hacerla sentir mejor.

-Sí.

-Mis besos son mágicos, y si te doy uno el dolor desaparecerá- dije y ella forma una O con su boquita- Te voy a dar muchos besos para que no te duela más.

Le comienzo a dar muchos besos y le hago cosquillas en su barriguita, ella se retuerce en mis brazos riéndose.

-Te quelo Trip- dice cuando paro y mi corazón da un vuelco.

-Y yo a ti ángel.

-¿Chocolate?- pregunta con una sonrisa.

-¿Quieres chocolate?

-¡Sí!- grita y levanta sus brazos.

Observo la lista de indicaciones en mi mano, una de las indicaciones es no darle chocolate antes del almuerzo, pero sus ojitos están llenos de esperanza y felicidad que no puedo negarme, además ¿Qué puede pasar?

-¡Por la diosa! Olivia deja de correr y come tu almuerzo- le grito frustrado, pero ella me ignora y sigue corriendo por toda la cocina y el comedor mientras grita la palabra "chocolate" una y otra vez, logro atraparla pero se retuerce en mis brazos.

-No quelo comel, quelo chocolate- exige.

-Ya comiste mucho chocolate, tienes que almorzar. ¡Mira es pasta con queso! ¡Tú favori...- la pasta con queso que estaba en el plato ahora está en mi cara.

-¡No!

-¡Olivia! Te lo diré una sola vez te vas a sentar y comerás toda tu comida ¡Ahora!- digo con voz autoritaria, nunca había estado tan enojada con ella.

Mi ángel, que ya no es tan ángel, me mira enojada, se cruza los brazos y hace un puchero mientras se sienta en la silla. Vuelvo a servirle otro plato con pasta, ella agarra su tenedor de plástico comienza a comer sin dejar de mirarme mal. Cuando termina, se levanta de la mesa sin decir una palabra y se va corriendo a su habitación, suspiro frustrado, ella nunca se había enojado conmigo y ahora siento un extraño hueco en mi pecho.

Abro la puerta de su habitación y la veo en silencio, está sentada en su pequeña mesa hay otros peluches en otras sillas, entre ellos su elefante rosado, usa sus poderes para mover la tetera y las tazas, es increíble la magnitud de sus poderes, ahora solo puede mover cosas con su mente y curarse rápidamente pero va a desarrollar más cuando crezca.

-¿Libby? ¿Ángel?- la llamo pero ella me ignora monumentalmente- Siento haberte gritado antes.

-¿Del colazón?- balbucea.

-Sí, lo siento del corazón ¿Me perdonas?

-Sí...pero si tomas el té conmigo- exige, yo sonrío y me siento en la pequeña silla.- usa la colona.

-Libby- me quejo pero me pongo la ridícula corona, ella se ríe y me abraza.

Tienes tres años y medio y ya haces lo que quieras conmigo, pienso.

DC#

El ángel del LoboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora