Capítulo 18

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Ahora

-Yo...yo quiero ir a casa- susurro aún conmocionada con todas las cosas que me dijo. Solo quiero acostarme en mi cama, abrazar a Oliver y pretender que el chico que me gusta no se transformó en lobo, mató a 5 "vampiros", y resultó ser el hombre, increíblemente sexy, de mi sueño.

-Esperemos un poco, ángel. Te ves aterrorizada, no puedo dejarte así.- Dice Tristan. Asiento con la cabeza, sigo sin mirarlo, es demasiado guapo y me incomoda un poco, me hace sentir insegura de mi misma. Cómo alguien como él quiere estar conmigo.

-Necesito tomar aire- digo y salgo del auto precipitadamente.

¿Esto es real? ¿Cómo puede ser real? Hombres lobos, vampiros y brujas, realmente existen. Pueden internarme ahora en un manicomio. Tengo un "compañero" que dice que me ama a pesar de que no conoce nada de mí, yo soy una bruja aparentemente poderosa y todos quieren utilizarme para no sé qué diablos, ¡por Dios! Si apenas soy capaz de mantener una conversación con otra persona, no podré dominar todos estos poderes, tanta responsabilidad sobre mis hombros, no lo quiero. ¿Por qué no puedo ser una persona normal?

-Libby, Libby. Tienes que calmarte- escucho una voz lejana que me habla pero mi cabeza es un torbellino de pensamientos.

-No puedo hacerlo, no puedo hacerlo, no puedo hacerlo- repito una y otra vez.

-¡Olivia!- me sobresalto por el grito y veo que Tristan está frente a mí, estira su mano y limpia las lágrimas que caen libremente por mis mejillas- Todo saldrá bien, yo siempre estaré a tu lado, aprenderás a usar tus poderes y nadie será capaz de controlarte ¿de acuerdo?

-De acuerdo- susurro y no puedo evitar abrazarlo, sus brazos me rodean protectoramente, siento sus labios sobre mi frente, me da suaves besos mientras susurra palabras tranquilizadoras. Su aroma y los constantes latidos de su corazón me calman, entonces puedo respirar libremente.

-¿Estás mejor?- pregunta después de un rato.

-Sí, gracias.

-Esto es lo que haremos, iremos a mi casa, ahí está Rose y otra bruja que nos puede ayudar y planearemos el siguiente paso.

-Sí, está bien. Vamos.

Él me abre la puerta del auto, me siento y el me coloca el cinturón de seguridad, antes de alejarse me da un beso muy cerca de mis labios y cierra la puerta, mi corazón late frenéticamente en mi pecho por su acción y no puedo dejar de mirarlo mientras se sube al auto, sé que mi rostro debe estar todo sonrojado. Conduce por la montaña y de un momento a otro aleja una de sus manos del volante para sostener la mía.

¡Oh, mi Dios! ¡Oh mi Dios! ¡Está sosteniendo mi mano! ¿Qué debo hacer ahora? Es como si Chris Hemsworth lo hiciera, así de guapo es, espero que mis palmas no empiecen a sudar.

¿En serio, Olivia? ¿Hace unos minutos colapsabas porque te enteraste que eras una bruja y ahora te preocupa que tus manos suden? Me regaño a mí misma por ser tan estúpida.

Estaciono el auto frente al edificio donde vivo con Rose, hace cinco minutos que Libby se quedó dormida con su cabeza apoyada en la ventana, le advertí que no lo hiciera porque pronto íbamos a llegar ¿pero me escuchó? No, claro que no, es mi ángel de la quien estamos hablando. Es algo gracioso ver como algunas cosas no han cambiado en ella.

-Ángel es hora de despertarse- Olivia mueve su mano como si estuviera espantando a una mosca.- ya llegamos.

-Déjame- dice sin abrir los ojos.

-Vamos, abre esos hermosos ojos violeta para mi- le susurro en su oído. Ella se despierta sobresaltada, y mira alrededor desorientada.

-Lo siento- murmura con sus mejillas rojas. ¡Qué linda!- Ha sido un día largo.

-Sí quieres podemos dejar esto para después.

-Ya estamos aquí, es mejor hacerlo de una vez.

-No hay problema. Espera ahí- le digo, salgo y le abro la puerta, ella me sonríe mientras se quita el cinturón de seguridad y sale, le coloco el seguro al auto y tomo de su mano, sé que dije que iba a ir lento, pero ahora que ella sabe todo no puedo evitar tocarla, he esperado muchos años por esto.

Hacemos todo el trayecto en el ascensor en silencio, puedo notar que Libby está nerviosa, su corazón late demasiado rápido. Sé que es difícil para ella adaptarse a la idea de que es una bruja y todo lo demás, pero daré todo de mí para que sea lo más sencillo posible.

Entramos al apartamento y jadeo al ver la imagen frente a mí, Olivia se cubre la boca con su mano libre para ahogar la risa, que bien que ella pueda, porque yo no puedo evitar soltar una carcajada tras otra, mis ojos se llenan de lágrimas por la risa.

Rose está sobre la mesa de café, haciendo una especie de bailecito extraño, parece como si tuviera ataques epilépticos de forma repetida, es un poco preocupante la verdad, canta a todo pulmón una canción de chicas, usa un cepillo como micrófono y debo decir que lo hace terrible. Amo a Rose pero ¿quién le dijo a ella que podía cantar o bailar? ¿Ya mencioné qué tiene la cara verde?

-Hey I just met you, and this is crazy, but here's my number, so call me maybe.- grita ella.

-¡Rose! ¿Qué demonios estás haciendo?- grito para llamar su atención. Ella se asusta y se cae de la mesa. Como buen amigo que soy primero me rio y después la ayudo a levantarse.

-¿Qué haces aquí, idiota? Casi haces que mí angelito se salga de mi dulce cuerpo.

-¿Qué angelito?- bromeo.- ¿Qué diablos tienes en la cara?

-Es un tratamiento facial, ignorante. ¿No deberías estar con...-corta su frase cuando ve a Olivia detrás de mí.- Oh.

-Unos vampiros nos atacaron, me transformé, Olivia lo sabe todo. Fin de la historia- la corto.

-¡Eso es increíble! Ya no tendrás que usar esa apariencia extraña que hizo Griselda.

-Sí, gracias a la Diosa, por cierto. ¿Dónde está Griselda? Necesitamos hablar con ella para programar los entrenamientos de Libby.

-Ella salió a comprar...ahí está- dice Rose señalando a la puerta por donde está entrando la bruja.

-¡Hola chicos! ¿Están haciendo una fiesta de Karaoke y no me invitaron?

-¿Cómo sabes que estaba cantando?- pregunta Rose mirándome con ojos asesinos por alguna extraña razón.

-Cariño, te podía escuchar desde la esquina. Creo que los vigilantes pensaban llamar a una ambulancia por si alguien estaba muriendo aquí.- bromea Griselda.

-Todos ustedes son unos envidiosos. Ya quisieran tener mi voz y mis movimientos.- Olivia, observa con curiosidad a Rose, y quién no lo haría, hasta yo me pregunto sobre lo que la motivó para usar esa cosa verde, ¿de dónde lo habrá sacado? ¿Olivia también usa esas cosas? Me pregunto mientras mi ángel se voltea a mirar a Griselda y suelta un grito.

-Tú...tú...Tú eres. Eres ella.-su cuerpo de desploma contra el suelo, no soy lo suficientemente rápido para alcanzarla.

-¡Olivia!- grito cargándola entre mis brazos, revisándola por si se hizo algún daño. Qué demonios pasó, ella acaba de desmayarse. Miro a Griselda enojado, ella está pálida, más blanca que una hoja de papel lo que me hace sospechar. ¿Qué mierda es esta?

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El ángel del LoboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora