Capítulo 13

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Antes

El pánico y el miedo recorre mi cuerpo, siento como se me hiela la sangre y mi corazón late frenéticamente, gruño y corro lo más rápido que mis patas me lo permiten, me guío rápidamente por el olor de mi ángel, mientras más me acerco a dónde están puedo escuchar los gruñidos de Ben y otras voces que no puedo identificar.

Veo a mi mate detrás de Ben, tiene lágrimas corriendo por sus mejillas y mira con temor a los 10 vampiros que los rodean con sonrisas maliciosas en sus labios. Rose se baja de mi espalda y le hago señas para que se esconda, cuando ataque a los vampiros ella agarrará a Olivia y correrá.

En unos minutos estará toda la manada aquí y será más fácil vencerlos, pero no puedo esperar para que lleguen, la vida de Olivia está en juego.

-Escucha, dame a la niña y nos iremos- dice uno de ellos. Ben se tensa y gruñe, mi ángel llora más fuerte y mira a todos lados con temor, esos bastardos morirán por haberla hecho llorar.

-¿Vale la pena sacrificar tu manada por una niña bruja? Porque si tienes suerte y nos logras matar, vendrán más a buscarla y no solamente vampiros- dijo otro en voz baja y yo me alarmé.

Cansado de sus habladurías salto sobre el que parece ser el líder y le quito la cabeza con una fuerte mordida, aterrizo al lado de Ben que se lanza a atacar a los otros. Veo por el rabillo del ojo como Rose se acerca sigilosamente y carga a Olivia que mira todo como en shock, un vampiro me da una patada y termino impactado a un árbol. Joder eso duele, le digo a mi lobo que gruñe en respuesta y se lanza nuevamente para atacar.

El grito de Olivia me hace estremecer y girarme rápidamente, aúllo al ver a la pequeña Rose desmayada en el piso con un vampiro sobre ella, sin pensarlo mudo me abalanzo sobre ese maldito y lo mato sin pensarlo, veo los ojos de mi pequeña mate llenos de miedo y enojo al mismo tiempo. Entonces la tierra comienza a temblar.

-Joder ¿Qué está pasando?- exclama uno de los miserables vampiros tambaleándose, miro a Olivia nuevamente asombrado, de repente los 5 vampiros restantes salieron disparados muchos metros hacia atrás, fue como si una fuerza invisible los hubiera empujado, los refuerzos llegan y sé que ganamos la batalla.

Gimo de preocupación al ver a mi mate desplomarse en el piso como una marioneta a la que le cortan los hilos, me transformo sin importarme estar desnudo, cargo a Olivia y a Rose y corro hacia donde la sanadora.

-¡Laura!-grito entrando a su casa.

-¡Hey Trip! ¿Qué su...

-¡Una pelea! Ellas estaban...y yo debí...- se me quiebra la voz al final cuando veo el rostro pálido de Rose.

-Vamos, déjalas cada una en una cama- dice mirándome compasiva llevándome hacia las habitaciones.

-Me quedaré con Olivia mientras revisas a Rose- digo aunque me desgarre por dentro poner alguien sobre Libby- Ella está más herida.

-De acuerdo- Laura se va en silencio.

Veo el pecho de mi ángel subir y bajar lentamente por cada vez que toma una respiración, su cabello está desordenado, sus mejillas redondas están rojas y aún tiene la marcas de sus lágrimas. Tengo la necesidad de romper algo, de gritar, de matar a todos los vampiros de la faz de la tierra, debí haber protegido más a Rose y Olivia, ahora están lastimadas por mi culpa. Además me preocupa la idea de que estén buscando a mi mate para utilizarla para sus fines malignos.

-Lo siento pequeño ángel- susurro acariciándole la mejilla.

-¿Tristan?-susurra Laura detrás de mi- ya revisé a Rose, está bien, solo tiene una pequeña contusión y algunos hematomas, pero nada que no pueda curar.

-Gracias a la diosa- susurro un poco aliviado, me siento tan culpable ella no debía estar ahí.

-Revisaré a Olivia, dime ¿Qué le sucedió?

-Estábamos luchando contra los vampiros, Rose iba a huir con ella pero uno de ellos la ataco, entonces todo comenzó a temblar y los vampiros salieron volando, Libby hizo eso.

-Está bien, déjanos solas.

-De acuerdo- digo sin pelear.

Salgo de la casa rápidamente y comienzo a golpear al árbol más cercano sacando toda mi frustración e ira. Sólo podía pensar en esos vampiros apoderándose de mi Libby, ella es tan pequeña e indefensa y ellos solo quieren utilizarla pero no lo permitiré la protegeré con mi vida, nadie la va a apartar de mi lado.

-¡Tristan! ¡Para!- dice Ben apartándome de un empujón del árbol, mis nudillos están sangrando e hinchados. Respiro hondo varias veces para calmarme.

-¿Y los vampiros?

-Muertos- dice secamente.- ¿Rose?

-Está bien, solo está inconsciente.

-Esos malditos. ¿Sabes que todas las criaturas mágicas buscan a Olivia?

-Sí- digo apretando la mandíbula.

-Necesitamos más seguridad- me informa.

-Doblaré mis turnos.

-No, tú tienes que estar con Olivia, sé cómo se siente tener y no vincularse.

-Pero...

-Tristan, Olivia ya despertó- anuncia Laura viéndose preocupada.

-¿Cómo está? ¿Por qué se desmayó? ¿Está bien?- pregunto sin detenerme a tomar un respiro.

-Usó demasiada energía de su cuerpo sin estar preparada para eso. Hablaré con Aida hay que aumentar su entrenamiento porque si llega a sobrepasar su capacidad de energía probablemente ella...- deja la frase en el aire y siento que mi corazón se detiene por un segundo.

-Tranquilo amigo, eso no pasará- trata de tranquilizarme Ben.

-Yo...yo iré a verla.

Subo corriendo las escaleras y entro precipitadamente a la habitación, mi ángel está acostada en la cama, su cuerpecito está temblando y se cubre su rostro con las sábanas. La cargo, la abrazo y le doy millones de besos en su cabeza.

-Lo siento tanto pequeño ángel, pero no ocurrirá de nuevo, yo siempre te protegeré porque te amo más que a mi vida.

-Trip- solloza ella contra mi cuello, yo la mezo suavemente hasta que deja de llorar.- ¿Dónde ta tonto?- pregunta, su labio inferior tiembla y sé que va a llorar de nuevo.

-Aquí estoy diablillo- Libby comienza a llorar nuevamente y por primera vez extiende sus brazos hacia él. Ben la carga y la abraza- Tranquila pequeña, estoy bien.

-¿Esos hombles malos te hicielon daño?- balbucea.

-No pequeña, los tontos somos muy duros de roer- dice.

-Te quelo – susurra entonces es más de lo que puedo soportar, le quito a mi mate de sus brazos.

-Ve a abrazar a tu mate- gruño.

-Tranquilo fiera, no soy un pedófilo como tú- se burla.

-Cállate, sabes que yo no la quiero de forma sexual o romántica...todavía- agrego.- Yo la amo de forma más profunda que eso y cuando llegue el momento la amaré de todas las formas posibles.

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El ángel del LoboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora