Capítulo 1

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Antes

-¿Vendrás a la fiesta de cumpleaños de Rose?- me pregunta Ben Worth alfa de la manada DarkShade.

-No lo sé, estoy muy cansado- comento mientras me pongo mis pantalones.

-¿Oh, de verdad?- pregunta condescendiente.

-Sí, mi alfa nos sacó hasta la mierda en el entrenamiento- me quejo.

-Eres mi beta, no deberías ser tan debilucho- dice de forma burlona- Además Rose se enfadará si no vas.

Rose es la hermana de 8 años de Ben y es obvio que corre sangre de alfa por sus venas porque es bastante tenaz, feroz, luchadora y traviesa, las personas tiemblan si son el foco de sus "inocentes" bromas, sin embargo ella tiene algo por mí, eso me hace estar a salvo de su ira. Dice que cuando sea mayor va a ser mi mate, pero qué puedo decir, es inevitable no quererme.

-En realidad se enojará contigo por haberme hecho sufrir- digo malvadamente- Recuerda lo que pasó la última vez.

-Ni que lo digas, ahora le tengo miedo a las princesas.

-Eres el alfa, no deberías ser tan debilucho- lo imito.

-Cállate.

-¿Le compraste un regalo? Porque si no dime para irte organizando el funeral.

-Claro que se lo compré. Soy muy joven para morir.

-¡Ben!- grita una voz femenina detrás de nosotros, la cara de mi amigo se transforma de soy el jefe del universo a una de un tonto enamorado.

-Lily- dice suspirando, la pequeña omega de 14 años se cuelga en su cuello y le da un beso en la mejilla.

Lily es la mate de Ben, se trasladó con su familia hace unos pocos meses, ni siquiera se había bajado del auto cuando mi amigo corrió hacia ella gritando "mía" no sé cómo la adolescente no se murió de un infarto ahí mismo, desde ese momento él siempre está con ella cada minuto que tiene libre, está esperando a que cumpla 17 para marcarla, y eso lo está volviendo loco.

-Hola Lily, ya decidiste que este idiota no te merece y escaparás con un hombre de verdad- bromeo, Ben me gruñe y ella se ríe.

-Obviamente no sería contigo.- dice Ben entre dientes.

-¿Qué te sucede? No hay ninguna otra especie con la gloriosa masculinidad que poseo yo.

-No gracias, puedes guardarte tu gloriosa masculinidad no quiero que Rose me mate.

-Tantas chicas peleando por mí, yo tengo para todas- digo de forma engreída.

-Sí claro, compadezco a tu mate.

-Ella será una chica afortunada.

-Sigue diciéndote eso- dice Ben dándome palmadas en mi espalda.

-Estás envidioso de que yo sea más guapo que tú.

-Qué bueno que tienes una gran autoestima.

-Disculpa por interrumpir su interesante conversación pero tienen que venir ahora- dice Damián mirándonos con seriedad.

-¿Sucedió algo?

-Tiene que verlo usted mismo.

-Lily, quédate aquí- ordena Ben.

Corremos de forma humana hasta los límites de nuestro territorio, mi lobo está inquieto dentro de mí cabeza, lo que me hace estar intranquilo a mí también. Un delicioso aroma entra por mis fosas nasales, el lobo aúlla en mi interior. Apoyada en un árbol está una chica no mayor a 20 años, está cubierta de sangre que emana de sus múltiples heridas, su respiración es superficial y rápida, abraza a un bulto de tela contra su pecho.

El olor es más fuerte, es dulce y almizclado, no sé por qué pero me recuerda al algodón de azúcar. "Mate, mate, mate" grita mi lobo dentro de mi cabeza, busco frenéticamente a mi alrededor pero solo está la chica agonizante.

-Por...favor, no me las...lastimen- susurra entrecortadamente.

-¿Quién eres?- exige Ben con un tono demandante

-Me llamo Bren...Brenda- cada palabra es como correr un maratón para ella.- Soy una bruja.

Nosotros inmediatamente gruñimos, las brujas son conocidas por ser malvadas y manipuladoras, ellas solo traen problemas.

-No...no- dijo levantando una de sus manos, con la otra aferra el bulto de tela.- Soy buena.

Lucho con mi lobo por el control de mi cuerpo, él está frenético porque nuestra mate está cerca, pero solo está Brenda y ella no es.

-Sí, hay que creerle a alguien que se proclama buena- dice Ben de forma sarcástica.

Un llanto de bebé me hace sobresaltar el pequeño bulto de la chica comienza a moverse, trato de acercarme pero ella levanta su mano y una extraña fuerza invisible me empuja varios metros atrás. Ben y Damián gruñen de forma amenazadora.

-Mi bebé...no lastimen a...- comienza pero su cabeza cae a hacia delante y sus brazos quedan laxos a ambos lados de su cuerpo. El pequeño bebé, que ahora está en el piso, llora con más fuerza.

"Mate, ella es nuestra mate"

Me acerco algo temeroso, agarro a la pequeña bebé del suelo y la sostengo entre mis brazos, es tan pequeña que pudiera sostenerla solo con mis manos, ella agita sus puños mientras llora. Su cabello es de color negro, sus mejillas son regordetas y rosadas, su nariz es pequeña y adorable. No puedo evitar frotar mi nariz con la de ella y aspirar su rico aroma que ya es como una droga para mí.

Entonces abre sus ojitos, la miro con adoración y ella me devuelve la mirada con esos hipnóticos ojos color violeta, nunca he visto algo parecido, su llanto inmediatamente cesa y me da una hermosa sonrisa que me roba el aliento.

-¡Ben!- grita Damián sacándome de mi trance. Miro a la chica que tiene su mano sobre la mejilla de mi amigo, él la mira con confusión, luego con asombro y después con terror. Después Brenda cae al suelo y lanza su último suspiro.

Mi pequeña mate comienza a cerrar sus ojos y se duerme tranquilamente en mis brazos, le doy un beso en su frente. Mi alfa me mira asombrado y se acerca a nosotros, trata de tocar a la bebé pero yo le gruño. Ella es mía.

-Mía- es lo único que le digo.

-Olivia, se llama Olivia- me dice.

-¿Cómo lo sabes?

-Brenda, su madre, me dio sus recuerdos. Tenemos que irnos ahora- dice seriamente.

Corremos hasta la casa de Ben, Olivia se aferra a mi camisa con su puñito pero no se despierta, cuando llegamos él cierra todas las puertas y ventanas, nos lleva a su habitación, yo solo tengo ojos para mi mate, no me importa a dónde vamos.

-¿Qué demonios pasó allá?- pregunta Damián confundido.

-Olivia, tú mate, es una bruja muy especial, tiene unos dones increíbles que todos quieren poseer, brujas, vampiros, hombres lobos y otras criaturas mágicas quieren usarla para tener el control "del mundo". Cuando Brenda supo cuánto poder tenía su hija huyó, todos tratan de matarla. Pero el peor de todos es Dimitri, él es el príncipe de los vampiros, si logra conseguirla podremos darnos por muertos.

-¿Qué haremos?- pregunta Damián.

-Protegeré a Olivia hasta con mi vida, nadie la tocara- digo gruñendo y abrazando un poco más a mi mate.

-La protegeremos- corrige Ben.

-Eres mía pequeña y nadie te hará daño.

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Hola a todos, yo tengo una obsesión con los Hombres Lobos y decidí escribir esta historia. 

Los capítulos serán uno de antes (como un recuerdo) y otro del presente. 

Esper 

El ángel del LoboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora