Ahora
Camino de un lado a otro dentro de mi habitación. Dios, realmente estoy nerviosa, los minutos no pasan lo suficientemente rápido aún falta media hora para que Tristan llegue, pero yo ya estoy lista. Estoy usando uno de mis vestidos favoritos con unas zapatillas bajas, nunca he reparado mucho en mi aspecto pero quiero verme bonita para él, sin embargo no puedo librarme de mis gafas y mis breakers. Hago lo mejor que puedo con lo que tengo.
Unos golpes al otro lado de la pared me hacen sobresaltar, detengo mi caminata y frunzo el ceño.
–¿Qué quieres?- le grito a Naira, no la veo pero sé que es ella.
–Deja de caminar, el sonido de tus pasos me tienen nerviosa. –su voz se escucha lejana porque la pared está por medio.
–Yo estoy nerviosa. Muy nerviosa. Aterrada. –digo mordiendo mi labio.
–Pues no deberías, ya saliste con él antes.
–Esta vez es diferente. –murmuro.
–¿Por qué es diferente? –pregunta Naira detrás de mí
–¡¿Qué demonios?! –grito asustada. –¿Cómo entraste sin que te escuchara?
–Estabas distraída –se encoje de hombros. –Ahora responde. ¿Por qué esta vez es diferente?
–Antes todavía estaba en shock por su invitación. Ahora sé que esperar de él y que espera él de mí.
–No te preocupes, todo saldrá bien. Cuando te dejó está mañana tenía un sonrisa de tonto enamorado. Tú tienes una sonrisa de tonta enamorada.
–Creo que soy una tonta enamorada –le susurro.
–¿Estás enamorada de Tristan? –pregunta sonriendo.
–No estoy completamente enamorada de él, pero estoy a un paso de caer por él. Pero es que es tan fácil quererlo.
–Ahí está otra vez esa sonrisa. Con eso sé que todo saldrá bien entre ustedes. Sin embargo creo que deberías preocuparte más por papá. Está "limpiando" su hacha desde hace 15 minutos.
–¡¿Qué?! –grito histérica. –Pensé que estaba bromeando con eso del hacha.
–Él no bromea con esas cosas, pero es inofensivo.
–¿Si quiera sabe utilizar un hacha? –pregunto riéndome.
–Te aseguro que terminaría en el hospital al minuto si la usara.
–Tenemos un papá muy raro.
–Pensé lo mismo cuando llegó a casa con una rata en vez el perrito que quería –dice Naira mirando con asco a mi hurón.
–Cállate, idiota. Es un hurón no una rata.
–¿No es lo mismo? –dice sarcástica.
–Claro que no, las ratas son...–el sonido del timbre interrumpe mi frase, veo mi reloj y son las 5 en punto, y entonces colapso –Oh Dios, oh Dios, oh Dios.
–¡Cálmate, Olivia! Juro que te golpearé sino dejas de caminar. Ahora baja a no ser que quieras que papá lo intercepte primero.
Dijo las palabras adecuadas porque vuelvo en sí, agarro mi celular y corro por las escaleras lo más rápido que puedo, pero es muy tarde. Papá abre la puerta con el hacha en sus manos. Debo decir que Tristan está muy apuesto, tiene un pantalón negro con una camisa de botones de color vinotinto, en sus manos lleva un ramo de tulipanes rojos, él me ve en el borde de las escaleras y sonríe.
–Buenas tardes, señor Benson –saluda, su voz ronca hace cosas a mi cuerpo que nunca admitiría en voz alta sin sonrojarme. –Hola ángel. Estás hermosa. –me acerco a la puerta y Tristan me da un beso en la mejilla.
–Yo soy el papá del "ángel" –papá cambia el hacha de mano y nos separa.
–Mucho gusto, soy Tristan. –dice sin perder la sonrisa.
–Sí, ya sé quién eres. Eres el niño bonito que pretende salir con mi hija –cambia el hacha de mano otra vez.
–De niño no tiene nada, cariño –dice mamá detrás de mí. Diablos, esto va de mal en peor.
–Buenas tardes, señora Benson. Estas flores son para usted –mamá se sonroja como una adolescente.
–¿De verdad? –pregunta encantada y le arrebata el ramo de flores de la mano. –Son encantadoras. Gracias. Olivia, ve y ponlas en agua.
–Mamá, Tristan y yo tenemos que irnos.
–Olivia, obedece –dice papá –mientras tendré una conversación con...¿Cómo dices que te llamas?
–Tristan, papá, se llama Tristan. Lo acaba de decir –digo avergonzada.
–Ve a poner las flores en agua, ángel –susurra
Agarro las flores y camino rápidamente a la cocina, busco un jarrón y lo comienzo a llenar de agua, mientras más rápido mejor. Trato de escuchar lo que le dice papá, pero no oigo nada. Dejo los tulipanes en su jarrón sobre la mesa y camino hasta la puerta.
–...me alegra que hayamos hablado –dice papá dándole la mano a Tristan. Mamá se limpia una lágrima que corre por su mejilla.
Qué. Acaba. De. Pasar.
–Ahora si nos disculpan, Olivia y yo tenemos que irnos para no llegar tarde.
–Adiós Tristan. Vuelve pronto –se despide papá y yo siento que estoy en una dimensión paralela.
Salimos de mi casa en silencio, Tristan me abre la puerta del auto, da la vuelta y se sube del otro lado. Lo que acaba de pasar sustituyó mis nervios por curiosidad por lo que hablaron cuando me fui.
–Ahora que estamos solos –susurra antes de besarme en los labios. Después de un beso que me deja mareada y con ganas de más Tristan enciende el auto –He pensado en volver a besarte desde que te dejé en tú casa esta mañana
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El ángel del Lobo
WerewolfSostengo a la bebé entre mis brazos, la miro con adoración y sus ojos violeta me devolvieron la mirada. "Eres mía pequeña y te prometo que nadie te hará daño" Obra registrada en SafeCreative