Antes
-Vamos cariño, es hora de tomar tu siesta.
-No quelo- dice a pesar de que sus ojos se cierran solos.
-Sí, si quieres- la cargo y la acuesto en la cama pero ella es terca y se levanta.- Hay que dormir.
-No.
-Sí.
-Duelme conmigo- dice sonriendo.
-De acuerdo ángel.
Me acuesto a su lado, ella se sube a mi pecho como siempre hace cuando dormimos juntos, segundos después siento como su respiración se hace más lenta y profunda, paso mi mano por su oscuro cabello y también me duermo.
Abro los ojos alarmado al no sentir el ligero peso de Libby contra mi pecho, me levanto de un salto y evalúo la habitación, pero ella no está. Joder. La busco debajo de la cama, en el baño y en todas las malditas habitaciones de la casa pero no hay ni un rastro de ella.
-¡Olivia! ¿Dónde estás?- grito desesperado y asustado como el infierno, saco mi celular y llamo a Ben.
-Hola.
-¡Ben! Necesito tu ayuda- digo caminando de un lado a otro.
-¿Qué? ¿No sabes hacer un biberón? Porque amigo yo todavía no sé hacer...
-¡Cállate! Olivia desapareció.
-¡Cómo que desapareció! Tiene tres años por el amor a la diosa.
-Estábamos durmiendo y cuando me desperté no estaba. La he buscado por toda la casa ¡No la encuentro!
-Joder amigo, primera persona que escucho que pierde a su bebé mate.
-Deja de hablar y ayúdame- digo desesperado.
-¿Por qué no lees las indicaciones de Aida? Tal vez encuentres algo.
Tomo su consejo y saco la lista que me dejó Aida y gruño al ver lo que dice
"A Olivia le encanta jugar a las escondidas y siempre se esconde en los lugares más insólitos"
-Mierda, tengo que colgar.
-Suerte amigo
Abro la puerta de cada armario, incluso reviso dentro de la nevera, paso cerca del cuarto de lavado y me detengo cuando escucho una risita, jadeo cuando veo a mi Libby saliendo por la puerta de la secadora.
-¡Boo!- grita.
-Por el amor de todo lo que es sagrado en esta vida ¡Olivia! ¡Nunca vuelvas a esconderte así! ¡Casi haces que muera de un infarto! – digo abrazándola contra mi pecho.
-Te asusté.
-Sí.
-¡Bien!
-Eres mala, ni si quiera sé por qué te digo ángel.
-Te quelo Trip.
-Yo también ángel.
-¿Cómo te va de niñera?- pregunta Lily entrando a la casa.
-Excelente- miento observando a Libby que está jugando con unos bloques de madera.
-Sí, claro- responde la novia de mi amigo sarcásticamente.
-¿Dónde dejaste a Ben? No se ha despegado de ti desde que te marcó- me burlo y sonrío al ver como se sonroja.
-Se quedó en casa, prometí venir rápido- se acerca a mi mate que frunce su ceño con concentración- Hola bebé.
-¡Lils!- grita y extiende sus brazos hacia ella.
-¿Cómo estás corazón?- pregunta cargándola.
-Bien, ¿Dónde tá tonto?- balbucea mirando sospechosamente a su alrededor.
-Tonto se quedó en casa.
-¡Sí!
-Vamos preciosa, es hora de su baño.
Lily va a venir todos los días para bañar a Olivia ya que Aida prohibió terminantemente que yo lo hiciera y yo estoy completamente de acuerdo, sería incómodo. Mientras Lily lleva a Oliva al baño yo le preparo su toalla amarilla que tiene una capucha que parece un pico de pato y su pijama.
-Aquí tienes sus cosas- digo entrando al baño- Oh, vaya.
-No digas nada- dice entre dientes Lily que está completamente empapada como si se hubiera duchado con ropa.
-¿Qué te paso?
-No tengo ni idea, me di vuelta un segundo y lo siguiente que supe fue que tenía una masa de agua sobre mi cabeza- ella frunció el ceño hacia Olivia que jugaba con su patito dentro de la bañera.
-Trip, mila patito- sonríe cuando me ve.
-Ángel no puedes mojar a Lily ¿De acuerdo?
-¿Lo siento?- se disculpa con una sonrisa tierna que hace que me derrita.
-Esa niña va a ser mi perdición- la informo a Lily mientras me voy.
30 minutos después Lily baja con una Olivia adormilada en sus brazos, extiendo mis brazos y ella me la da, mi ángel se acomoda en mis brazos y cierra sus ojitos, aspiro su aroma a jabón y a algodón de azúcar.
-Gracias por venir.- susurro.
-No hay problema, los veo mañana.
-Adiós
Apago todas las luces, subo a mi habitación y me acuesto con Olivia, ella se acurruca más cerca de mí, yo me siento como en el cielo
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El ángel del Lobo
WerewolfSostengo a la bebé entre mis brazos, la miro con adoración y sus ojos violeta me devolvieron la mirada. "Eres mía pequeña y te prometo que nadie te hará daño" Obra registrada en SafeCreative