Ahora
Salgo del salón de biología con el corazón en la boca, siento que mi cabeza está dando vueltas, falta una para que se termine la clase, pero yo no me puedo quedar ni un segundo más ahí, si lo hubiera hecho todos descubrirían que soy una fenómeno.
Estábamos haciendo un experimento con una pobre rana, yo simplemente no podía abrirla con el bisturí y ver sus órganos, sin embargo lo hice, pero cuando la toqué después el corte se curó solo y mis compañeros de mesa lo vieron todo, no me importó nada y salí corriendo de ahí.
-Dios, ahora qué voy a hacer- me siento en el frio suelo del pasillo tratando de contener las náuseas ¿Y si ellos le dicen a la profesora lo que vieron? Nadie, ni siquiera Naira sabe sobre mis extraños dones y quiero mantenerlo así.
¿Por qué no puedo ser normal?
-Libby ¡¿Estás bien?!- una voz masculina me hace sobresaltar.
-Eh...sí estoy bien- digo y me limpio las lágrimas rápidamente, levanto mi cabeza y veo a Tristan mirándome con sus increíbles ojos azules llenos de preocupación.
-No, no lo estás- susurra y me limpia la solitaria lágrima que cae por mi mejilla.
-¿Qué haces aquí? No deberías estar en clase – digo.
-Era una pérdida de tiempo, siempre he odiado la literatura.
-Oh- es lo único que digo, este chico me pone nerviosa, bueno, más nerviosa de lo normal.
-¿No vas a entrar de nuevo a clase?
-No, ya no puedo entrar allí de nuevo.
-Genial, entonces vamos- se levanta, extiende su mano hacia mi, yo la tomo y él me ayuda a levantar.
-¿A dónde vamos?- digo nerviosa
-Vamos a la cafetería, de seguro tienen una porción de pastel de chocolate.
-Adoro el chocolate- admito sonrojada.
Lo sé, dice una voz en mi cabeza.
No suelta mi mano en todo el camino, me pongo aún más nerviosa al sentir como se humedecen las palmas de mis manos ¿Tristan lo sentirá? Dios que vergüenza, ningún chico nunca ha tomado mi mano antes y es una extraña sensación, siempre pensé que me sentiría incómoda o intimidada, pero se siente...agradable.
Tristan me conduce a una mesa en el jardín, me sonríe antes de besar nuevamente mi mejilla e irse, siento como mi rostro se calienta y me cubro con mis manos. ¿Por qué siempre me sonrojo? ¿Por qué él me dio un beso? Apenas lo conozco y no soy tan bonita tampoco, me limpio mis húmedas palmas con mi pantalón y trato de relajarme.
-Aquí tienes- me pone una enorme porción de pastel de chocolate frente a mí, se me hace agua la boca con solo verla.
-Gracias- susurro.- ¿Y tú que vas a comer?
-Traigo mi sándwich- dice agitando su comida frente a mí.
Pruebo mi pastel de chocolate y gimo al sentir su dulce sabor contra mi lengua, venero al inventor del chocolate porque hace el mundo un lugar mejor. Siento mis mejillas enrojecer al notar la fija mirada de Tristan sobre mi.
-¿Qué?
-Nada, es que eres la chica más hermosa que he conocido.
-Entonces no has conocido a muchas chicas- murmuro sin verlo.
-Claro que lo he conocido a muchas chicas pero ninguna te supera.
-Gracias- susurro.
-Con todo el gusto. Dime ¿Qué te gusta hacer?
-Pues me encanta dibujar, tocar el piano, jugar con mi hurón y estar con mi familia.
-¿Tienes un hurón?
-Sí, se llama Oliver, una señora me lo regaló hace unos años cuando era un cachorro. Es muy adorable, curioso y juguetón, parece ser más inteligente que los demás hurones y es muy protector conmigo- explico sonriendo.
-Es una gran mascota.
-Sí ¿a ti que te gusta hacer?
-Me gusta cocinar, salir a correr y ver películas.
-¿Te gusta cocinar? Yo lo odio.- comento terminando mi pastel.
-Cocino muy bien, un día cocinaré para ti- le sonrío tímidamente.
-Seguro.
Nos quedamos en silencio hasta que suena el timbre y nos vamos a clase.
Son las 3 de la tarde cuando salgo de clase, Naira me ve y corre a mi lado. Tristan me ha acompañado a cada clase, llevando mi mochila o mi bandeja con el almuerzo a la mesa, también me da muchos besos en la mejilla y me toma de la mano, realmente nunca he tenido ese tipo de contacto con un chico antes, eso me pone nerviosa y me gusta en partes iguales.
-Así que, he escuchado que el chico nuevo va tras tus huesos- dice pícaramente.
-Solo es agradable.
-Agradable mi trasero, te acompañó a todas tus clases, te tomaba de la mano y tú no te apartabas, también vi como lo mirabas. Te gusta.
-Claro que no, apenas lo conozco.
-¿Y? ¿No crees en el amor a primera vista?
-En realidad no, el "amor a primera vista" es solo sobre el físico, nunca es amor verdadero, para amar a alguien tienes que conocer a esa persona. Yo no lo conozco.
-Dios, sí que eres difícil hermanita.
-Tú eres muy fácil hermana mayor- me burlo.
-Y lo disfruto, cariño.
-No digas esas cosas, me das nauseas.
-Te enamorarás de él, ya verás. Tengo un buen presentimiento.
-Lo que tú digas.
Llegamos a la casa, saludo a mi mamá que está lavando los platos y luego corro para saludar a mi papá, yo soy una niña de papá en cambio Naira es más una niña de mamá.
-¡Papá! Estás en casa- me siento a su lado y lo abrazo.
-Pequeña ¿cómo te fue hoy en clase?- pregunta besando mi frente.
-Un chico gusta de Olivia- anuncia Naira sentándose en el sofá.
-¡¿Qué?!- escucho que mamá grita y llega corriendo, papá se tensa a mi lado.
-Un chico nuevo llegó hoy y estaba detrás de nuestra chica aquí, le llevó la mochila, le invitó el almuerzo y le dio un beso en la mejilla.
-Eres una cotilla Naira- murmuro mirándola con odio.
-¡Por fin! Mi bebé tendrá novio.
-¡No!- grita papá- Es muy pequeña para tener novio. No, no lo apruebo.
-Yo ya he tenido novios desde más joven- interviene Naira.
-Tú no tenías remedio y sigo odiando a tus novios, ninguno de esos ignorantes te merece, en cambio Olivia es mi bebé, sin novios, cuando me muera puedes tenerlos.
-Eres un exagerado- dice mamá- ¿Cómo es él?
-Es solo un chico mamá, tengo que ir a pasear con Oliver.- digo tratando de alejarme de su inquisición.
Voy corriendo a mi habitación y saco a mi pequeña mascota de su jaula, Oliver salta en mis manos y me lame mi mejilla, se sube por mi brazo y se acuesta alrededor de mi cuello, esquivo a mi familia y me voy al parque.
Suelto a Oliver que se va a explorar su entorno, todos lo hurones son muy curiosos y hay que sacarlos a pasear para que corran y jueguen. Lo observo mientras recolecta los objetos que le llaman la atención, me los trae y hace un baile de la victoria.
-Hola- dice una gruesa y ronca voz detrás de mí.
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El ángel del Lobo
WerewolfSostengo a la bebé entre mis brazos, la miro con adoración y sus ojos violeta me devolvieron la mirada. "Eres mía pequeña y te prometo que nadie te hará daño" Obra registrada en SafeCreative