FORBES II: A Corazón Abierto|| Fanfiction||

11. Despedida

     Otra vez todo se volvía a repetir, una de ellos, en una camilla indefensa.

Las puertas traseras del hospital se abrieron y Caroline con su radiante vestido seguida por Klaus atravesaron el pasillo a toda pastilla mientras que preguntaban donde estaba Lexi Branson.

Encontraron a Damon en la sala de Tc, la rubia tenía una fuerte contusión en la cabeza. Klaus vio los escáneres  en el ordenador quitando casi a Damon de un empujón. Miró a Caroline con malos ojos y la rubia comprendió todo.
Como no operarán enseguida la hemorragia se extendería y ya no habría forma de salvarla.

No hizo falta hablar, Caroline salió disparada para pedir un quirófano, en ese momento Damon supo que ocurría, aunque sus ojos llenos de lágrimas no le permitieron mirar los escáneres de Lexi, sabía que significaba esa mirada. El alguna vez la había utilizado. Eso es lo peor de ser médico, que cuando estás en una situación como esa nadie te puede mentir diciendo que todo saldrá bien, no pueden aludir cosas porque tu ya sabes que es exactamente lo que pasa, puedes reconocer las miradas, los gestos, los suspiros e incluso a veces los pensamientos.

Damon pensó que le tendría que haber dicho a Lexi mucho antes todo lo que sentía. Y ahora por fin que tenía lo que tanto tiempo había estado anhelando no podía permitir que se fuera, les quedaban tantos momentos por compartir, tantos besos, tantas caricias...

Cuando el moreno se quiso dar cuenta se encontraba sólo en esa inmensa sala, Klaus había salido disparado y se había llevado a Lexi con el. No sabía a qué quirófano pero eso no iba a ser difícil de averiguar.

Cuando Damon llegó al quirófano 4, estaba Elijah esperándole en la puerta, aunque ya se había puesto el pijama para entrar.

     –No Damon– paro Elijah a Damon con la mano– tu no vas a entrar.

     –Tu no me lo vas a impedir– estaba cabreado, necesitaba verla, si, agarrarla de la mano aunque no sintiese nada, ella era su mejor amiga, y más que eso, ella era la ironía, la chica por la que dejaría todo.

     –Me ha dicho Caroline que te lo prohíba.

     –¿Pero su perrito faldero no era Klaus?– dijo riéndose.

     –Yo no soy su perrito, pero sabemos lo que significaba Lexi para ti, y como cruces esta puerta van a pasar dos cosas– con una mano le cogió del cuello de la camisa y con la otra le apuntaba con el dedo, amenazándole– la primera es que no te vas a concentrar y vas a conseguir que muera, y la segunda es que haré que te den una baja forzosa.

Damon miró con mala cara a Elijah, y si, tenía razón pero en lo único en lo que pensaba era estar a su lado. Tenía la seguridad que el mejor neurocirujano estaba allí para salvarla la vida.

     –Vale– dijo el ojiazul finalmente mordiéndose la lengua– pero Elijah, salvarla o te juro que te arrepentirás.

     –Sube a la galería Damon, no pienso hablar más contigo.

Elijah se dio la vuelta y entró en el quirófano, por el contrario Damon salió disparado hacia la galería golpeando todo lo que tenía a su paso. Llegó a la galería y se acero tanto al cristal que cualquiera podría haber jurado que estaba pegado a el, sus ojos se depositaron en Lexi, luego en Klaus y por último en Caroline, que también le miró.

Sus ojos estaban a punto de estallar, aún así enseguida volvió la mirada a su amiga indefensa tendida en la cama.
Klaus estaba con todos los sentidos, concentrado plenamente en esa operación tan peligrosa, el succionador no le dejaba ver bien. Había sido una gran hemorragia.

Klaus sabía que salvarla iba a ser casi imposible, el supuesto coche que les había arrollado impacto totalmente con el cuerpo de la rubia, destrozando todo lo que se podía llegar a salvar en una operación normal. Si todo salía bien Lexi podría quedarse paralítica, que era lo más probable, y ese solo era el mejor de los casos.