17. Conversación Inesperada.

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Caroline se despertó acurrucada en los brazos musculosos de Klaus. Abrió los ojos, pero temía que si se movía tendrían que levantarse para volver el trabajo. Miró el despertador, la alarma no había sonado y eso que la hora a la que normalmente la ponía ya había pasado. Había sido una buena idea eso de quitar la alarma. Si un día llegaban tarde no importaba, ella era la favorita del Jefe y Klaus era... bueno él era Klaus, el neurocirujano más perfecto del mundo, no, aun mejor, el hombre mas perfecto del mundo.

Caroline comenzó ha acariciarle el pecho despacio, para que no se despertara, y se iba parando con cada hundimiento de sus músculos. Su pecho se movía con su respiración y ella se sentía en el cielo. En el paraíso.

Si, es verdad que el sexo con Klaus era de lo mejor que había probado en el mundo, pero el hecho de verle cada día, cada vez que se despertara a su lado, eso era insuperable. Porque él era suyo y ella suya.

Con una ráfaga de suave viento Klaus abrió poco a poco los ojos y lo primero que se encontró fue esos luminosos ojos azules mirándole cariñosamente.

    – Buenos días amor– dijo de manera tierna mientras posaba un beso en aquellos carnosos labios.

    – Buenos días – le respondió con una sonrisa– te tengo que decir una cosa.

    – Dime.

    – Ayer apague la alarma– Klaus se sobresalto un poco– pero tranquilo que tu busca no ha sonado.

    – Estas echa una granuja– dijo el rubio divertido– de verdad que me encantaría quedarme toda la mañana contigo pero tenemos que trabajar.

    – Que va – Caroline se volvió a acurrucar en su pecho– tu eres un prestigioso neurocirujano, y no creo que te molesten si no tienen un caso importante que solo tu puedas tratar y curar, y yo.....– suspiró – soy como la hija del jefe, se me camelar a Alaric.

    – Claro amor, por eso mismo nos tenemos que levantar, Alaric lo esta pasando mal con esta fusión, y se esta apoyando en mi, y tú preciosa, por ser la hija del jefe – dijo con rin tin tin – tendrías que apoyarlo también.

    – Si yo lo apoyo– respondió con un puchero.

Se quedaron un rato en silenció. No se oía a nadie en la casa. Katherine se debería de haber quedado en el hospital a dormir y Kol estaría con Davina. ¿Pero donde estaba Stefan?

La verdad es que Caroline hacía bastante que no lo veía.

    – Vamos amor nos tenemos que levantar – la empujo suavemente hasta el extremo de la cama y el se levanto.

Ahí estaba, Klaus perfecto, desnudo, su espalda era ancha, tenia el pelo perfectamente alborotado, se dio la vuelta y miro a Caroline que estaba embobada.

    – Amor, me voy a ir a la ducha ¿me acompañas?

    – Con mucho gusto– dijo con una sonrisa de oreja a oreja.


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    – Perdona Katherine ¿sabes donde esta Caroline? V pregunto Dean después de abrir la puerta de una sala de descansos y ver a la morena tumbada mirando el techo.

    – ¿Desde cuando tenemos estas confianzas Winchester? – dijo sin apartar la vista del techo. Parecía que estuviera embobada.

    – Lo siento Doctora Saltzman– dijo con un tono de burla. Justo cuando estaba negando con la cabeza e iba a cerrar la puerta oyó los sollozos de Katherine y volvió a abrir la puerta– Doctora, ¿Se encuentra bien?

FORBES II: A Corazón Abierto|| Fanfiction||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora