Capítulo 7: Un nuevo aliado

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No podía hablar. No entendía realmente qué estaba pasando. Un nudo me oprimía la garganta, impidiéndome hablar. Mis ojos se llenaron de lágrimas y mi boca formó un puchero. Los ojos de Simone se suavizaron un poco. De todos modos, seguía de brazos cruzados frente a mí con el ceño fruncido.

–Estoy esperando, Amy. Puedo entrar en tu mente pero quiero que tú me lo digas.

Me sorbí la nariz y tomé la determinación de abrir la boca de una vez.

–¿Podemos irnos de aquí para conversar? –me abracé a mí misma, mirando a nuestro alrededor. Nuevamente, sentía que éramos observadas. ¿Cómo Simone, con sus súper poderes, no podía notarlo?

Me ordenó que la siguiera. Llegamos al estacionamiento y ahí se giró para tocarme un hombro. Acto seguido, aparecimos en el amplio salón del departamento de Lucas.

–Después de lo que estuviste a punto de hacer no debería traerte aquí –me dejé caer en el sofá pero ella permaneció de pie, dando vueltas sobre la alfombra.

–Hay algo que no logro entender… no puedo explicarlo…

–Partamos por el principio. ¿Cómo es que te pillé a punto de besar a un completo desconocido? ¿O lo conocías de antes? –sus ojos se iluminaron como si, de pronto, hubiese hecho un gran descubrimiento.

Respiré hondo un par de veces, antes de contarle todo. Hablé rápidamente pero no me sentía muy segura de mis palabras puesto que ni yo entendía lo ocurrido.

–Por alguna extraña razón acepté bailar con él. Luego todo pasó muy rápido –me llevé una mano a la frente, donde el malestar persistía–. De un momento a otro me vi pegada a él, al mismo tiempo que sentí un dolor muy fuerte en la cabeza.

–Espera, ¿cómo fue ese dolor?

–Cuando practico contigo para leer mentes o cuando me esfuerzo mucho para comunicarme con Lucas a través de nuestras mentes, siento el mismo dolor. Pero ahora yo no estaba haciendo ni lo uno ni lo otro. Por eso no lo entiendo. ¿Por qué me iba a doler tanto la cabeza justo cuando no podía controlar mi cuerpo?

–Explica eso, ¿no podías?

–No. Quería apartarme de Nick, quería decirle que no me tocara pero… ¡no pude hacerlo! –mis ojos volvieron a llenarse de lagrimas.

–¿Todavía te duele la cabeza?

–No, ya no. Siento un malestar, pero ya no duele.

–¿Has sentido ese dolor durante el día?

–No, solo ahora. Pero… –me contuve de contarle sobre mis sospechas, quizás era muy precipitado.

–Cuéntamelo.

Claro que a Simone no podía esconderle cosas. Menos en este caso.

–Cuando me despedí de ti, esta tarde, sentí que alguien me perseguía. Tuve el mismo presentimiento en mi casa. Había cosas en mi habitación que no estaban en su lugar, como el televisor y mi laptop.

–Por eso estabas tan asustada cuando te fui a buscar –asentí en silencio.

–Cuando estaba bailando con Nick sentía lo mismo, hasta que salimos de la discoteca no dejé de sentirlo. Cuando me siento observada, siento un cosquilleo en la nuca.

–¿Qué es un cosquilleo?

–No creo que sea el mejor momento para explicártelo –ella se encogió de hombros, luego  fue a sentarse a mi lado, pasando un brazo por mis hombros.

–Creo que Lucas tendrá que volver antes de tiempo.

–¿Cómo? –por un momento me asusté. Era su hermana, quería lo mejor para él. ¿Qué tal si le contaba otra historia, la que ella había visto y no la que yo le estaba contando?

Un novio de otro mundo #2: OcultosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora