Un novio de otro mundo #2: Ocultos

Epílogo (Parte 2)

–¡Dave, Dave! –Simone se agachó, dándole palmaditas a Dave en su rostro–. Abre los ojos, pensé que no sería tan difícil de comprender. Quizás no debí decírtelo.

Aun zarandeándolo, sollozó en silencio pero continuó llamándolo de vez en cuando.

–Hmmm –se quejó Dave.

–Oh, vamos, abre los ojos.

–¿Simone?

–¿Si? Estoy aquí.

–¿Me caí?

–No, te desmayaste –respondió con cuidado, no quería alterarlo de nuevo.

Dave se sentó de sopetón y la miró nuevamente con los ojos bien abiertos.

–Entonces… ¿Es cierto? ¿Todo lo que me contaste es verdad, no fue un sueño?

–No, Dave. Es todo cierto –bajó la vista abatida. Sentía una pena tremenda, nada había salido como lo había imaginado. La reacción de Dave había sido todo lo que no quería que ocurriera.

–Vaya –Dave soltó una sorprendente carcajada–. ¡Es verdad!

Tomó las manos de Simone y la ayudó a levantarse. Cuando estuvieron de pie, la abrazó por la cintura con un brazo y con la otra mano acarició la línea de su mandíbula.

–¿No estás enfadado?

–¿Por qué debería? Descubrí que mi novia es más perfecta de lo que creía.

Soltando risas de alivio, Simone lo abrazó más fuerte y lo besó hasta el cansancio, aunque eso no ocurriría.

–Hazlo de nuevo.

–¿Qué cosa?

–Hablar en mi mente –sonrió, ansioso.

Simone hizo lo que él le pedía. Habló en su mente y le comunicó que debían tomar el té antes que el agua se enfriara. Dave llenó ambas tazas con agua y no dejaba de sonreír. Por eso, Simone ahora se había relajado y, además, se había sacado un gran peso de encima. Dave no la había juzgado y ahora ya no tendría que esconder sus poderes de él, tampoco su procedencia.

–Entonces, Lucas también tiene poderes –Dave parecía notablemente interesado.

–Sí, muchos más. Él es el más poderoso de mi raza.

–En… ¡¿En serio?! Con razón nunca lo pillaron cuando se escondía de la policía.

–Hey, no hables de eso que trae malos recuerdos.

–Bueno, bueno. Entonces, ¿Amy sabia de esto?

–Claro que sí. Lo supo desde… casi siempre.

–¿Supo que Lucas era diferente desde que lo conoció?

–Prácticamente, sí.

–Ahora entiendo muchas cosas.

Dave se llevó una mano al mentón y comenzó a recordar muchas cosas. Sobre todo recordó la muerte de su mejor amigo, en tan raras circunstancias. Le preguntó a Simone al respecto y ella le explicó aquella parte de la historia, desde la persecución de los Nephilim, la batalla y el huracán.

–Espera, espera. Entonces, ¿tú te hiciste pasar por mi hermana cuando ella estaba en esa isla?

–Sí, aunque muy pocas veces coincidíamos. Tú te pasaste mucho tiempo en la clínica y cuando volviste no salías de tu habitación.

–¿Te gusté entonces? –apoyó un brazo en la barra y se inclinó hacia ella, sonriendo pícaramente.

–Eso no lo sabrás –sonriéndole del mismo modo, Simone desapareció de su vista para reaparecer al otro lado de la barra, fregando los platos.