Capítulo 22: En los probadores

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Fanny se había empeñado en llevarme, más bien arrastrarme, al centro comercial. Decía que yo necesitaba nueva ropa, pero lo que ella desconocía es que Lucas me tenía una habitación-guardarropa repleta de cosas que ni yo había visto en su totalidad.

Pero es Fanny, así que no tuve más remedio que asentir y seguirla.

Llegamos temprano, porque ella debía encargarse de comprar un par de cosas para mi fiesta. Pasamos por prácticamente todas las tiendas. Tan solo había comprado unos lindos shorts que necesitaba para el verano. Además de eso, no había encontrado nada para usarlo esta noche. Digo, iba a terminar con Lucas, no necesitaba verme despampanante, ¿cierto?

–Mira, a esta no hemos entrado.

Fanny volvió a arrástrame hacia el interior de otra tienda cuyo nombre ni alcancé a verlo. Dimos varias vueltas, había cosas muy de mi gusto y, por primera vez, quise llevarme la tienda completa.

–¿Ya viste algo que te guste? –me preguntó Fanny, esperanzada.

–Eh… creo que me gusta casi todo.

–¡Genial! ve a probarte “casi todo”, entonces.

–Tú no me ayudas a ahorrar.

Así fue como terminé en el probador con más ropa de la que podía contar. A pedido de mi amiga, cada vez que me probaba algo debía salir para mostrarle, ella daría el visto bueno a cada atuendo.

Mientras nosotras estábamos en nuestro mundo, riendo y lazándonos ropa –si, a veces podíamos ser infantiles–, me di cuenta de un familiar chico que había ingresado a la tienda. Daba vueltas entre los colgadores, observando y esperando a la chica que lo acompañaba. Una chica alta y rubia.

De pronto mi corazón se detuvo. Sentí pánico nuevamente. Quise salir corriendo aunque llevara puesto un vestido no pagado.

El chico era Nick, pero quien me preocupaba era ella. Ella, la maldita bruja que lo único que quería lograr era separarme de Lucas.

–¿A quién estas…? Oh, así que Nick ya se buscó un reemplazo barato –oía la voz de Fanny algo lejana, tan solo quería verle la cara a la maldita.

Pero entonces la rubia se giró. Sus ojos no eran grandes y llenos de odio. Su nariz y su boca no eran tan perfectas. La chica, como decía Fanny, era una copia barata de mi versión. Sus ojos eran muy pequeños y no se alcanzaba a notar su color. En definitiva, esa chica no era Veronika. Suspiré aliviada y Fanny me miró raro.

–¿Qué? Pensé que sería algo más que la copia barata, ¿entiendes? –le dije, para su tranquilidad.

–Lo sé. De todos modos que lastima por ella. Ese Nick no tiene remedio. Deberías aparecerte frente a él con ese hermoso vestido que tienes colgado.

Me giré para verlo. Era un vestido hermoso pero no para la ocasión. Era largo, arriba estaba lleno de lentejuelas y brillos en tono plateado mientras que la parte de abajo era de gaza que se transparentaba desde la mitad del muslo. Es decir, tan solo era la celebración de un cumpleaños más, además debía fingir que terminaba con mi novio. En resumen, no sería un muy bonito recuerdo.

–Sí, me lo probaré.

Entré al probador con una sonrisa maliciosa y salí con la misma. Fanny sonreía del mismo modo, pues Nick estaba detrás de ella esperando a su chica, que también se estaba probando ropa.

Apenas nuestras miradas se cruzaron, Nick –que estaba apoyado en la pared del frente– se irguió y descruzó los brazos. Apreció mi silueta en reiteradas veces, mientras yo daba unos pasos al frente para observarme en los espejos.

Un novio de otro mundo #2: OcultosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora