Durante dos semanas todo estuvo muy tranquilo, a excepción claro de mi visita al doctor para quitarme el molesto yeso. Eso fue todo un suceso. Luego de una nueva ronda de preguntas por parte de los policías, Dave y yo tuvimos que explicar nuevamente los sucesos de aquella noche de navidad, cuando lo atacaron, y la noche en que Chris murió. Revivir aquellos recuerdos no me agradaba en lo absoluto pero fue un alivio darnos cuenta que los policías cada vez tenían menos pruebas para culpar a Lucas. Sin embargo, que él siguiera escapando significaba para ellos que sí tenía un grado de culpa, lo cual me daba solo una idea escalofriante: Lucas debía entregarse. Pero eso, claro está, quedaba fuera de discusión.
Y por culpa de los policías llegamos con veinte minutos de retraso a la consulta del doctor, cuyo nombre no me acordaba. Dave se había empeñado en acompañarme por más que yo hubiese protestado. Sería un encuentro muy incomodo.
No me equivoqué.
Apenas el doctor se percató de la presencia de mi hermano, su semblante cambió a uno más serio. Bueno, debía mantenerse así, todo profesional.
Mientras quitaba mi yeso yo miraba por encima de su cabeza, hacia las paredes con diplomas y posters de medicina. En esos diplomas pude leer el nombre del doctor, Nevin Schwarzschild. Es decir, un trabalenguas. Dave estaba sentado en una de las dos sillas para pacientes leyendo una aburrida revista sobre traumatología. No me di cuenta cuando el doctor ya había terminado y ahora me estaba mirando detenidamente, aprovechando el momento ya que mi hermano estaba pendiente en otra cosa.
–Estás lista –susurró, solo para que yo escuchara.
–Oh –observé mi brazo libre, gozando con el solo hecho de poder doblar y girar mi muñeca.
Pero él no quitaba su mano de mi brazo, hasta que el momento se volvió demasiado incomodo para mí y me hice hacia un lado sin miramientos.
–¿Estamos listos? –preguntó Dave, levantando al fin la cabeza de la revista.
–Sí –contestó el doctor, camino a su asiento detrás del escritorio.
–De acuerdo, vamos Amy.
–Así que… si sientes algún dolor no dudes en volver para un rápido chequeo –esta vez me miraba a mí, pasando por alto la presencia de Dave. Yo asentí en silencio, deseosa de salir corriendo de ahí.
–Si eso pasa probablemente vendrá acompañada de su novio –no sé con qué fin Dave dijo eso, pero finalmente lo dijo, sonriendo socarronamente.
–Ah, ¿tienes novio? –trató de sonar casual pero yo podía ver que su sonrisa era muy falsa.
–Sí…
–El más buscado de Brighton –agregó Dave, para mi asombro.
–¿Él es… tu novio? –todo mundo en la ciudad sabía quién era ese joven buscado, cualquier pista sobre él salía inmediatamente en el noticiario, junto con los avances de la investigación. Incluyendo la noticia de que Dave y yo habíamos declarado a su favor.
–Sí… –la afirmación salió de mi boca sin proponérmelo. Esto podía ser muy peligroso. No era necesario darle tanta información a un completo desconocido.
–Ah… –de un momento a otro su sonrisa había desaparecido, ahora estaba pálido.
–Pero no creo que tengas problemas, ¿cierto Amy? –Dave se giró para preguntarme directamente.
–Oh, no lo creo.
Así fue como dejamos la consulta riéndonos de la estupidez que habíamos hecho, pero satisfechos de tan solo ver el rostro de miedo de aquel doctor demasiado coqueto. Sin duda Dave le dio un susto, ese era su plan en primer lugar. Ahora sí ya no iba a molestarme ni aunque me topara con él en la calle.
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Un novio de otro mundo #2: Ocultos
Romance[Segunda parte de "Un novio de otro mundo: Destinados"] Luego del fin de una guerra legendaria de tres mil años, Amy y Lucas creían que podrían vivir al fin en paz. Sin la constante amenaza Nephilim, pensaron que con aquella batalla en año nuevo se...