Capítulo 12: Confianza

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Me alejé del estacionamiento porque en cualquier minuto llegaría algún conserje a mirar el árbol caído. Enjugando mis lágrimas, entré a la escuela y me fui directamente al baño de mujeres, donde me escondí hasta que la campana sonó. Mi aspecto, visto a través del espejo, era deplorable. No podía esconderme por más tiempo, tenía que juntarme con Fanny a la salida y ella me preguntaría una y mil veces qué me había pasado, quizás hasta Simone me preguntaba lo mismo pero, justamente ahora, no tenía ánimos de verla.

Si me encontraba con Simone tendría que explicarle todo lo sucedido, tendría que revivir la pelea con Lucas y no estaba en condiciones de hacerlo.

Dejé el baño y me acerqué a mi casillero. Saqué mi mochila en silencio, mientras muchos alumnos pasaban a mi lado, pero ninguno era mi mejor amiga.

–¿Por qué estas así? –¡rayos! Simone me miró con preocupación.

–Lucas me vio con Nick –expliqué en simples y cortas palabras.

–¡¿Qué?! Eso es… por tu cara puedo imaginar que mi hermano cabezota se puso ultra celoso.

–Se imaginó lo peor. Pero yo debí contarle lo de Nick el viernes, lo dedujo y se enojó aun más –mis ojos se nublaron otra vez, pero no quería seguir llorando, menos frente a toda la escuela.

–Hablaré con él, ya verá ese…

–Simone, gracias pero tenemos que resolverlo juntos.

–Yo también estuve de acuerdo con que le ocultaras lo de Nick, igual tengo parte de culpa. Además, te dije que le siguieras el juego hoy. Así que debo sincerarme con él para que se le pase el enfado, al menos un poco.

No tenía fuerzas para protestar. Nuevamente enjugué mis ojos, justo cuando Fanny se acercó a su casillero. Se quedó de piedra mirándome.

–Me tengo que ir, nos vemos –Simone se despidió de mi mejor amiga y luego se fue caminando rápidamente por el pasillo.

–Amy, ¿por qué estas así? –Fanny me abrazó sin esperar respuesta.

–Ay no, me harás llorar –cerré mis ojos con fuerza para no hacerlo–. ¿Vamos a mi casa y allá te lo explico todo?

–Claro, vamos.

No tuve muchos ánimos durante el trayecto a mi casa, ni para hablar. Dejé que Fanny me contara sobre sus ideas para la salida de fin de semana que estaba preparando con Eric, pero realmente no le presté mucha atención. De vez en cuando asentía en silencio y Fanny se callaba, intuyendo que algo mucho más importante ocupaba mis pensamientos.

Luego de veinte minutos estuvimos en casa. Mamá no estaba, lo cual era una buena noticia, así no hacía preguntas innecesarias al ver mi rostro. 

–Amy, ¿me contarás qué te tiene así? ¿O quién? –ella ya sabía, por supuesto. Me conocía de años.

–Lucas –respondí, escuetamente.

–¿Qué te ha hecho? –ahora parecía enfadada.

Solté un suspiro. Estábamos en mi habitación, sentadas una frente a la otra sobre la alfombra. Yo ya no tenía fuerzas para mentir. Sentía la tremenda necesidad de contarle toda la verdad, aunque eso podría exponerme a la locura. ¿Cómo contarle que Lucas tenia poderes y que hace medio año me vi expuesta en un mundo totalmente desconocido para ella y para mí? Tendría que contarle todo desde el principio para que comprendiera mi situación actual.

–Amy, entre nosotras no hay secretos –sí, ya le había mentido tanto.

–Hay muchas cosas que quisiera contarte pero no son secretos míos para decírtelos. Por eso solo puedo explicarte la situación de forma general.

Un novio de otro mundo #2: OcultosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora