Dave y yo nos sentamos frente a nuestros padres. La tensión en el ambiente era evidente, nadie quería abrir la boca primero, aunque si ellos nos habían convocado deberían ser los primeros en hablar. Intercambié una dubitativa mirada con Dave, que estaba notoriamente más impaciente que yo. Papá se aclaró la garganta y enfocamos nuestra atención en él, mamá le tomó la mano y sonrió quedamente.
–Su padre tiene muy buenas noticias.
–¿Y por qué la cara de muerte, entonces? –Dave se cruzó de brazos y apoyó su espalda en el respaldo de la silla, la cual crujió ante su peso.
Mamá apretó la mano de papá, incitándolo a continuar.
–Fui ascendido, lo cual significa que me hago cargo de la empresa en Brighton.
–Es decir que… ¿ya no tendrás que viajar tanto? –pregunté esperanzada. Dave se inclinó sobre la mesa.
–No, ya no tendré que hacerlo. Bueno, quizás solo por un fin de semana para la junta anual en Londres.
–¡Eso es genial, papá! ¡Felicidades!
–Felicidades, viejo. Al fin tanto trabajo dio frutos.
–Bien dicho –mamá miró a Dave como si su hijo se hubiese ganado un Nobel.
–Entonces, para celebrar, mañana iremos a cenar al mejor restaurant de Brighton –todos estuvimos más que de acuerdo con la idea de papá.
Pero justo en ese momento, recordé mi cita con Lucas. Todavía no hablaba con mis padres para pedirles su permiso pero además no podría pasar todo el día con mi novio, necesitaba saber a qué hora cenaríamos.
–Yo también quería hablar con ustedes –me miraron, papá me dedicó una mirada seria–. Luke quiere pasar el día conmigo, pero estaré antes en casa para la cena.
En vez de pedir permiso con cara de cachorrito huérfano, hablé muy segura de mi misma y simplemente les comuniqué mis planes ya resueltos para el día. Así no protestaban.
–¿Estas en condiciones de salir? –papá enarcó una ceja.
–¡Claro!
–De acuerdo, pero tienes que estar en casa a las seis.
Lo bueno de todo esto es que mis padres estaban de tan buen humor que no dudaron en ver con buenos ojos mi cita. Sonreí complacida y me despedí de los dos, necesitaba dormir. Me sentía exhausta. Dave también subió conmigo para continuar su estudio.
Al día siguiente desperté totalmente descansada y con muchos ánimos. El solo hecho de ver a Lucas me ponía de buen humor, pero además tendría al fin una cita con él y, más aún, tenía un plan que poner en práctica para volverlo loco.
Me encaminé al baño, donde preparé todo para darme un exquisito y relajante baño con sales aromáticas. Necesitaba descansar después de la paliza que recibí, también debía estar con las mejores vibras para mi encuentro con Lucas.
Cuando terminé con eso, me envolví en una gran toalla blanca, me fui a mi dormitorio y abrí mi closet para mirar la ropa que había elegido con la ayuda de Simone. Tenía todo lo necesario y más pero supuse que necesitaría nuevamente de su ayuda para maquillarme y peinarme.
Me puse primero una hermosa tanga morada de encaje que además tenía una cinta rosada en la parte de atrás, en la cola. Me miré en el espejo y me sonrojé. Yo, Amy Stenson me veía como un ángel de Victoria’s Secret. Solté una risa histérica y agarré rápidamente el corpiño, pero luego de meditarlo por algunos segundos tomé la decisión de no ponérmelo. Si iba a tentar a ese pervertido extraterrestre tenía que hacerlo bien.
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Un novio de otro mundo #2: Ocultos
Romance[Segunda parte de "Un novio de otro mundo: Destinados"] Luego del fin de una guerra legendaria de tres mil años, Amy y Lucas creían que podrían vivir al fin en paz. Sin la constante amenaza Nephilim, pensaron que con aquella batalla en año nuevo se...