Laila

Explicaciones

Noel tenía semanas insistiendo que debía ir a cenar a su casa. Cuando Daniela y yo aparecimos en su puerta él pareció desorientado.

- ¿podemos pasar? - pregunté. Él asintió y se hizo a un lado.

- Tenemos visita - gritó pero nadie respondió de vuelta.

Daniela pasó cruzando sus brazos. No se sentía bien.

- y...

- ¿no me reconoces Noel?

Noel parpadeó y miró la cara de Daniela. Pareció incomodo por lo que me hice cargo.

- ¿Dónde está Enriqueta? - pregunté.

Sus cejas se alzaron rápidamente. Su madre y yo no habíamos vuelto a vernos. De hecho me encantaría seguir posponiéndolo.

- ¿es por ella? - preguntó mi novio con recelo.

- Por ambas - respondí. - Sherryl está afuera. Levantando una frontera. Gabriel irá el fin de semana. Crees que Enriqueta pueda ayudarnos....

- Yo puedo entrenarlas - respondió Sebastian.

- Tu tienes que estudiar - se quejó Noel - siempre tienes que estudiar.

- Gracias - me apresuré a decir - pero esto no es algo que puedas solucionar.

Sebastian y Enrico intercambiaron miradas y preguntaron - ¿por qué?

Daniela maldijo y su celular empezo a sonar, desmarcó claramente infeliz.

- No te atrevas a molestarme. Si estoy en casa de Ricardi, muérete Leonardo. Haré que me maten solo para que tengas que sentirte responsable.

Sus nudillos se volvieron blancos de la fuerza con la que agarraba su aparato, me encogí de hombros, quizá yo si la tenía fácil. Noel respiró.

- ¿quién es? ¿Y qué hace aquí? - preguntó Enriqueta.

Me puse derecha y traté de parecer tranquila. Enriqueta intimidaba pero yo era Fabiana Andreína Romero.

- Ella es Daniela Joves - presenté.

- Adiós Leonardo. Llamaré a las 10 - soltó Daniela antes de colgar. - es un placer conocerla señora Ricardi. Soy Daniela Joves Matos.

- La hija de Serpiente - respondió Enriqueta. Pensé que iba a hacer un escándalo pero en cambio miró a la chica de arriba a abajo. - te pareces a tu hermana Ana.

Supuse que el semblante de Daniela iba a volverse sombrío pero solo se incomodo cuando Enriqueta dijo Serpiente, aparentemente parecerse a su hermana era algo bueno.

- Al fin haces algo bien Fabiana - comentó el señor Ricardi llegando a la sala - quizá deberías traer a Angie y...

Mi piel se volvió de gallina a la mención de Angie. Noel y Daniela se dieron cuenta de mi reacción pero Enrico dio un gran portazo y cuando sus ojos se encontraron con los míos supe que algo andaba muy mal.