El mensaje de Keith Daniels

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Las palabras de Damien pican, escuecen, son demasiado para asimilarlas, quito la ropa de mi en un borrón y dejo de mirar al mar como un imbécil esperando la iluminación divina y comienzo a nadar, nado como si tuviera que entrar a una competencia, nado como si Sofía estuviera presionandome para bajar de tiempo, nado como si no necesitara aire, nado restandole brazadas a mis vueltas y haciendo la vuelta tan rápido que me asusto, nado y dejo ir los problemas, nado y mi cabeza parece aclararse, mi remolino interior se pregunta ¿cuál es el plan? El plan siempre fue estudiar, tener un empleo que pagara las cuentas y me dejara ir de vacaciones a Cancún o a las Islas Griegas, el plan siempre fue un bonito auto y una casa blanca con una vitrina de cristales y fotos enmarcadas, el plan siempre fue ser feliz, el plan nunca fue estar atrapada con los Ricardi y dos puertas.

La imagen de Noel parpadea en mi cerebro, de no haberle conocido como lo hice supongo que le hubiera dado una oportunidad desde el principio, no sólo porque es cálido y amable, no solo porque tiene un sentido del humor bastante peculiar, no sólo porque puede seguirme el ritmo y mi hermano no parece querer saltar a su cuello, no sólo porque no veo mirando a través de mi para llegar a mi punto mas interno, es solo porque quizá y solo quizá eso diga mas de él.

Me detengo solo cuando me doy cuenta de que no estoy sola. Noel me mira, me extiende un paño por lo que salgo de la piscina con la piel de gallina recordándome que no soy inmune al frío.

- Yo... - comienza a decir pero no lo dejo.

Abró la app de buscar mi iphone y veo la localización de los dos dispositivos. Nohemi está en un restaurant un poco lejos pero Chel, Michelle no esta donde debería, me vestí rápidamente y detuve mi fiesta de autocompasión, algo estaba pasando, debía detenerlo, debía encontrar a Michelle.

Corrí con Noel siguiéndome, la app me llevo a un sitio no muy lejos del hotel, entre al local aun con el pelo escurriendome y la camisa totalmente pegada al cuerpo

- ¡chel! - susurre cuando entre al baño

- estoy aquí - respondió Michelle

- ¿Qué haces aquí? - pregunte mientras mi frecuencia respiratoria se normalizaba

- no me creerías si te lo dijera - contesto ella

- ¿te estabas escondiendo? - pregunte

- cuervos - respondió

No entendí, odiaba cuando no podía entender, ate mi cabello en una cola y camine de vuelta con Michelle, ella estaba temblando como una hoja, apreté su mano intentando traspasarle algo de confianza. No había nada que temer, no aquí, no ahora.

Noel se puso delante de mi haciendo que chocara casi con su espalda, entonces vi los cuervos, humanoides feos nos impedían el paso, estábamos en desventaja y para mas no tenía armas

- ¡Noel sacalas de aquí! - gritó Sherryl arrojando algo hacia nosotras y atacando a los cuervos del infierno

- ¡Sherryl! - grité pero ella estaba concentrada

- ¿no viste el mensaje de Keith? - preguntó mi tía una vez que nos abrió paso - tenemos que sacarte

- no es como si pudiéramos sacarla del país - soltó Michelle caminando a mi lado.

- De hecho podemos - comentó Noel

Yo gire y camine entre los autos, me gire para disparar al cuervo que tenía a la vista, corrí y empuje a Michelle para que no se separará de mi.

- la caza está suspendida para ti Fabiana - comento mi tía mientras entrábamos en el hotel

Los 4 corrimos con prisa por los pasillos del hotel y nos detuvimos cuando entramos al pasillo sin ventanas

- ¡¿Qué?! ¡¿por qué?! - protesto. No había hecho nada malo, no aún.

El mensaje de Keith llegó y entonces sentí mi estómago revolverse.

LailaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora