Lo que te escribí y nunca te dije.

Cirugía de corazón abierto

Y un día sin más, dejé de escribir....

Se fueron las voces y las emociones. Había un vacío y una soledad.

Sólo quedaban lágrimas silenciosas. Y mi mente en blanco.

Estaba viva. Así lo decía el ruido constante del latir de mi corazón.

Sin embargo no sentía. No vivía.

Ya no soñaba, ni imaginaba.

Contemplaba la vida como espectadora, pero no me involucraba. Me abstenía sólo a observar la felicidad de otros. Preguntándome que había perdido.

Que era lo que me faltaba. Estaba viva, pero no me sentía así. Quería sentir aunque fuera odio. Dolor.

Pero sólo estaba la nada.

Como si una niebla invisible me mantuviera alejada del mundo. En silencio... Muda.

Quería gritar, y tal vez lo hacía desde mi interior.

Pero estaba perdida, a la deriva.

Sólo estaba yo y mi silencio. Mi soledad.

Esperando pacientemente a ser despertada de un letargo. De un sueño del que parecía no poder despertar.

Del silencio, de la nada.

Dónde había perdido lo que era, lo que soñaba.

Mis pensamientos, mi inspiración.

La necesidad de crear e inventar...

De escribir.

Y es que no había nada más que heridas casi mortales.

Estaba llena de cicatrices que apenas sanaban, se volvían a abrir.

Y las lágrimas parecían estancarse dentro de mí. Negándose a dar alivio a lo que dolía, a lo que hería.

Era como un sueño, una pesadilla dónde vivía silenciosa y resignada.

Sólo me aferré a mi silencio. A aquello que creí no lastimaría.

Evadiendo el momento de jalar el "curita".

Evitando abrir mi corazón.
Postergando ese momento de abrir la herida desde la raíz.

Se necesitaba una intervención urgente.

Una cirugía a corazón abierto.

Sacar lo que ya no servía, destapar las heridas y dejar que fluyera. Que sanara.

Fue cuando desperté.

Dolía y aquella cicatriz me recordaba que aún sentía. Que aún podía llorar.

Necesitaba una cirugía a corazón abierto, una medida extrema.  

Pero era necesaria, no sabía si podía volver a usar aquel corazón. Tal vez era imposible reemplazarlo pero al menos era necesario abrir, y reanimarlo desde adentro.

Quería volver a sentir, a amar. En lugar de seguir solo sobreviviendo.

Quería despertar, y vivir.

Quería volver a creer, a desear.

Podía volver a sujetarme a un salvavidas. Es decir había uno disponible. Pero solo iba a cometer el mismo error.

Aceptar algo que no era amor, a cambio de mantenerme a flote. ¿Acaso no era mejor aprender a nadar sola?

De todas formas la vez pasada, tener un salvavidas no había funcionado. ¿Que me hacía pensar que esta vez si funcionaría, de alguna forma en que ninguno de los dos salgamos lastimados.

En cambio si acepto que abran, que revisen mi corazón, no habrá nada que esconder, y deberá sanar solo.

Quizás quede una gran cicatriz, pero...

Al menos seguiré viviendo. Seguiré en pie. Para empezar de nuevo.