Mi mayor defecto

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Soy una orgullosa, lo sé. Lo admito y créeme cariño cuándo te digo que a mí parecer también es mi mayor defecto.

¿Qué puedo hacer? Sólo una cosa que debí de hacer hace mucho tiempo. La palabra que más trabajo cuesta que salga de mis labios.
Y lo hago, lo haré porque ahora comprendo que en parte te perdí por orgullo. Te aleje por orgullo.

Mi peor defecto, mi más grande defecto, mi orgullo herido.

Sin embargo ahora pienso en tus detalles, en tus miradas, en cómo me veías y me protegias. Y no sé la razón para dejarte ir. Ni siquiera la recuerdo.

Ahora haré lo que debí hacer en ese entonces, me tragare el orgullo y por primera vez pronunciaré esa palabra que no siquiera existe en mi vocabulario.

Perdón cariño, perdóname amor. Sé que fuí una tonta y una orgullosa. Te perdí y lo lamento, lo lamento tanto.

No suelo arrepentirme, una pieza tocada es una pieza tocada y no hay marcha atrás.

Pero de perderte por orgullosa, si le arrepiento.
Perdón por haberte lastimado, por haberte alejado.

Quizás te sorprendas al oír estás palabras, pero si por algo vale la pena tragarse el orgullo es por amor. Aunque sea demasiado tarde para nosotros, necesitaba decírtelo, necesitaba que lo escucharás de mis labios temblorosos que no están acostumbrados a pedir perdón.

Preguntarás la razón para escribirte ahora, y la razón es que quiero que sepas que fue mi error, fue mi error dejar ir a un hombre cómo pocos sólo por mi estúpido orgullo.

Fui una cobarde y lo lamento, te herí mientras tú sólo me diste amor. Mi mayor defecto hizo que perdiera tu amor, tu cariño.

Herí tu corazón, y me siento culpable de lo que hiciste después, pero al final cada quién es responsable de sus actos, y tú deberás afrontar los tuyos y yo los míos.

Espero que un día puedas perdonarme cariño, y veas que si erré no fue por falta de amor, más bien fue miedo a tanto amor.

Tuve miedo de mí, de tí, de nosotros.

Sólo queda un lo siento, un lo lamento para tratar de remediar el daño. Quizás no lo merezca, pero eres mejor que yo en eso de perdonar, por eso te amé, por eso me enamoré de ti.

Al final resultó que si lastimé al hombre que amé.

¿Ves? No soy perfecta. Y fuimos víctimas de mi peor defecto.

Te queda la satisfacción de que te amé, y vaya que lo hice, tanto así que arrancaste de mis labios esa palabra que nunca había pronunciado, que a nadie le había dado la satisfacción de escuchar.

Perdón...





Lo que te escribí y nunca te dije.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora