Lo que te escribí y nunca te dije.

Entrenador Personal

¿Puedes culparme?

Tal vez tu respuesta sea: ¡Si!

Y no es que nunca haya pensado de la misma forma que tú.

Ahora comprendo cuando me dijiste que necesitabas encontrar un rumbo. Una ilusión para aferrarte. Para seguír luchando. Y no quise ser la tuya.

Y es que tenía miedo, era un desastre. Soy un completo desastre que siente que ha perdido el rumbo. A quien la tierra, el universo, el mundo ha cambiado.

¿Puedes culparme por ser yo la que ahora te necesita?

Tal vez no necesariamente a ti. Pero si necesito un motivo. Alguien que sea como esé entrenador personal en el gimnasio.
Que siempre está ahi para decirte que puedes, que te hace mejorar y te exige que te retes a ti mismo.

Necesito uno de esos. Y es que lo que he vivido me ha cambiado. Ni si quiera se si seguír en la carrera que escogí. Si me sigue gustando el mismo helado, el mismo postre.

Y es que cuando la vida te tira, tienes que levantarte. Sacudirte y seguir adelante a pesar de los raspones y lo que arden estos.

Pero al levantarte ves la vida de otra forma. Tanto que he perdido mi rumbo.

Lo que era prioridad para mi, ya no lo es.

¿Puedes culparme por cambiar de parecer?

Ahora soy yo la que te necesita de alguna forma. Por más cliché que parezca.

Pero si pasas por una prueba semejante a lo que he vivido en los últimos años, y sobrevives a esa tormenta solo. Y no cambias de parecer, de prioridades, podrás reclamarme.

O quizas sólo seas un idiota si pasar por el sufrimiento, dolor de alguien a quien amas no te marca.

Por que a mi me dejó una gran cicatriz. Algunas veces recuerdo que está ahi. Otras la olvido.

Y hay veces que arde, que incomoda.

Tal vez ahora no me mires de la misma forma.

Llevo una cicatriz profunda y eso cambia.

No creo que te haga más fuerte, sólo te hace ver cuán fuerte eres en realidad. Por que uno se subestima.

Pero eso no significa que no quiera un entrenador personal. Esé que no me dejé flaquear. Aquel que crea en mí cuando yo dude de mi misma.

Alguien a quien pueda mirar a los ojos y tratar de verme, de ver el potencial que tengo.

Se que debo creer en mi. Que todo depende de mi.

Pero no quiero hacerlo sola.
Ya no. Quiero retomar mi camino o cambiar de rumbo de una buena vez. Acabar con las dudas y las inseguridades.

Quiero alguien que pueda ser mi entrenador. Que me ayude a ponerme en forma y me de ánimo para el siguiente round.
Para seguír peleando.

Alguien que me de la fuerza aunque me duelan esas cicatrices, que me motive.
Que me haga ser mejor de lo que fui unos instantes atras.

Ponerme de nuevo en condición para volver a salir.

¿Y tu has cambiado de parecer?

¿O aún me quieres a tu lado?

Si no... No puedo culparte.

Ni yo misma se que quiero, que siento, que me hace feliz ahora.

Me siento viva, pero a la deriva, sin rumbo como si mo brújula hubiera desaparecido.

Necesito que alguien me ayude a encontrar esa estabilidad, que me ayude
a retomar el camino sin flaquear.

Quiero a mi propio entrenador personal.

Quiero ayuda para volver a hacerlo sentir, hacerlo volver a sentir dicha de nuevo.

Ponerlo en forma para que lata con la misma fuerza, el mismo ritmo o que aún sea más rápido, más inquieto, más intrépido.

Sacudirlo y hacerlo latir. Sentir, amar.